Petro en alocución presidencial volvió a arremeter contra la prensa: “Los propietarios no están de acuerdo con las políticas de mi Gobierno”

Como lo ha venido realizando al inicio de la noche de casi todos los domingos, el presidente Gustavo Petro realizó una vez más una nueva alocución presidencial este 22 de septiembre. En esta oportunidad, advirtió que algunos sectores políticos le han dado una “puñalada” frente a las polémicas reforma sociales que ha radicado en el Congreso.

Asimismo, en el principio arremetió contra los medios de comunicación al sostener que los dueños de estos quieren dar una mala reputación de su Gobierno. Por otro lado, el mandatario expuso algunos de sus logros como las entregas de tierras a campesinos.

En cuanto a las nuevas pullas contra la prensa nacional, el primer mandatario aseguró que por parte de los medios existe una “insultadera” contra él, su familia y el Gobierno en general.

“Usted habrá visto hoy, ayer y en todos estos días y meses, noticieros por la televisión y la radio, que casi todos se dedican, en todo momento, a atacar mi persona, mi familia, la figura del presidente y el Gobierno. Algunos de ustedes las creerán. Otros verán y oirán con desconfianza. Otros y otras no miran los noticieros ya”, expresó Petro.

Al instante seguido, aseguró que en la historia del país nunca un presidencia había estado bajo un trato no debido por parte de los medios de comunicación. A raíz de ello, el mandatario dijo que esa era la razón por la que a diario se expresa por su cuenta de X (antiguo Twitter) y alocuciones presidenciales, en vez de atender entrevistas a los medios.

“Esa insultadera y grosería diaria se debe, básicamente, a que los propietarios de esos medios, las personas más ricas de Colombia, no están de acuerdo con las políticas que implementa mi gobierno ni con las reformas que propongo”, enfatizó.

Asimismo, el jefe de Estado indicó que los medios de comunicación han sido utilizados “para la bajeza, el insulto a mi persona y a mi familia”, en vez de abrir el debate con argumentos frente a las distintas problemáticas del país.

“Qué bien que salieran al debate. El debate de frente ha sido mi costumbre. Debe ser una costumbre de la sociedad. En muchas regiones de Colombia, cuando un pobre se enfrenta a otro pobre, cuando un joven negro se enfrenta a otro joven negro, siempre hay que recordar que, en vez de matar, hay que hablar. Una Colombia, para ser más pacífica y segura, necesita de mucha más equidad social, de muchas más oportunidades abiertas para todos y todas, sobre todo para la mujer y la juventud”, resaltó el mandatario.

Posteriormente, expresó que quiere una Colombia con más justicia en la cual “implica sistemas de pensiones, de salud, de educación diferentes a los que tenemos. Necesitamos producir más y más eficientemente, y eso implica un uso diferente de la tierra, una política de créditos bancarios más amplia, barata y productiva, más universidades, más ingeniería, más sociales, más historia, más matemáticas, más arte, etcétera. En estos temas, me concentro. Algunos, ojalá cada vez menos, como Olmedo, piensan es en robar. El robo en el Estado se acabará si vigilamos más. Si no vendemos el voto”.

Petro también aprovechó para manifestar que a lo largo del cambio que ha querido implementar en el país durante los primeros dos años de su Gobierno, han habido distintos poderes que han tratado de impedirlo. Como ejemplo y sin mencionar quienes, señaló que tribunales como la Corte Constitucional han derrumbado decretos o que el Congreso ha paralizado por varios meses los proyectos de ley de sus reformas.

Por otro lado, el mandatario se refirió a los jóvenes del país de quienes desea que reciban créditos para poder progresar, hacer artes o tecnologías y tener acceso a educación superior. “Colombia sería más hermosa con su juventud cantando, bailando, pintando, estudiando al máximo y viviendo y no con sus 6.402 jóvenes fusilados y silenciados a la fuerza”.

En la última frase, Petro lanzó una pulla a sus antecesores, ya que la cifra de 6.402 fueron de los falsos positivos, que según la JEP, sucedieron entre 2002 y 2008 durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez.