El Plateado es del Estado

El Gobierno Nacional no puede dar un paso atrás en su objetivo de recuperar el control de El Plateado, en el Cauca. A pesar de todas las dificultades que se han presentado desde la intervención de esta zona, en octubre pasado, y del secuestro de los 29 uniformados la semana pasada, recobrar este territorio es la prioridad.

“La toma del Micay, en Cauca, es una decisión militar, no retrocedemos y vamos para adelante”, fueron las instrucciones que el presidente Gustavo Petro le dio a su ministro de Defensa, Pedro Sánchez.

En el cañón en donde está ubicado El Plateado se concentra el 75% de los cultivos de coca en el Cauca. Son, según un informe de cultivos ilícitos de la ONU, unas 10 mil hectáreas sembradas. Pero otros cálculos y pobladores de la zona saben que pueden ser hasta 30 mil.

Para los grupos armados ilegales esta región montañosa es perfecta para su accionar, ya que navegando por los ríos Micay o Joaquín, se puede llegar directamente al Océano Pacífico y, en lanchas rápidas, dejar en mar abierto la coca que se consume en los Estados Unidos, América Central y Europa.

Es por esto que durante años los únicos uniformes camuflados que se veían en este corregimiento, de solo 8000 habitantes y perteneciente al municipio caucano de Argelia, era el de los hombres de ‘Iván Mordisco’. Por esa razón aún hoy es normal ver murales alusivos a las disidencias de las Farc y que sus integrantes anden con fusiles y armas por el parque principal o frente a la escuela.

Para El Plateado y otros territorios del Cauca, la falta de infraestructura básica, la escasa presencia del Estado y la carencia de oportunidades educativas y laborales son realidades que hacen interminable el ciclo de pobreza y violencia. Por ello, es fundamental que las políticas públicas no solo lleguen en tiempos de crisis, sino que se establezca una presencia efectiva y continua en la región para ofrecer soluciones a largo plazo.

Los diferentes ministerios deben articularse para llegar a esta zona con oferta social que perdure en el tiempo, con planes de vivienda, con centros de salud que no sean transitorios para dos o tres meses, con oferta académica que permita seducir a los jóvenes y evitar que se vayan a empuñar las armas y, uno de los puntos más importantes, con un plan de sustitución de cultivos ilícitos realizable en el mediano plazo.

“Si en el Cañón del Micay y El Plateado no hay una acción social que le demuestre al campesinado que el Gobierno está con ellos, los narcotraficantes ganarán. Habrá violencia y habremos perdido a Colombia”, dijo el presidente Petro, quien parece tenerlo claro, pero hay que pasar a la acción y que estas reflexiones no solo se queden en palabras durante los concejos de ministros en donde se abordan muchos temas al mismo tiempo, pero son pocos los puntos sobre los que se dan instrucciones precisas.

La mayoría de campesinos de El Plateado ya se cansaron de la violencia, quieren estar del lado del Estado y eso hay que aprovecharlo.