¿Qué tan vivo bobo es usted?

Guillermo Piedrahita, un reconocido actor caleño, que dejó su huella en el Teatro Experimental de Cali, TEC, y en la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad del Valle, encarnó uno de los personajes más recordados por décadas en nuestra ciudad: ‘El Vivo Bobo’, protagonista de una exitosa campaña de cultura ciudadana, que surgió en la primera administración del exalcalde Rodrigo Guerrero, en 1993, y que revivió en su segundo paso por la misma, en 2012.

La campaña, creada por el publicista Fernando Berón, mostraba con ejemplos básicos y contundentes, a un ciudadano que se colaba en la fila del bus, tiraba desechos en las afueras del estadio, dejaba escombros en los parques, se pasaba el semáforo en rojo, no usaba el cinturón de seguridad y conducía tomado, entre otros.

El pasado miércoles, Guillermo, ‘El Vivo Bobo’, se fue al cielo, a sus 80 años, justo en la Semana de la Cultura Ciudadana, con la cual la Alcaldía buscó reforzar la importancia de esos pequeños gestos que en suma construyen grandes acciones por la capital del Valle. La partida del actor revivió decenas de sus mensajes que recordaban de manera humorística, pero con profundas enseñanzas, por qué el cuidado de Cali es responsabilidad de todas las personas que aquí vivimos, y por qué hay que cumplir los derechos y deberes que nos abrigan.

Siempre vivimos añorando el civismo, que por tanto tiempo nos distinguió en el país, en una nostalgia que pareciera extinguida. De acuerdo con el más reciente informe de calidad de vida del programa Cali cómo Vamos, el 62% de los encuestados considera que las caleñas y caleños nos comportamos mal en relación con las normas de tránsito; el 53% cree que no cuidamos y respetamos los espacios y bienes públicos (parques, zonas verdes, canecas, asientos…) y que el 50% incumple las normas ambientales.

En relación con el respeto por los demás, las cifras son también dicientes: un 38% considera que no lo hay por la población migrante; un 35% que nos falta respeto con las mujeres y las personas lgtbiq; un 27%, por quienes provienen de grupos étnicos distintos, y un 25%, por las personas con discapacidad, entre otros.

Frente a los retos de la cultura ciudadana en 2025, el informe entrega recomendaciones frente a temas como las violencia intrafamiliar, sexual e interpersonal, los comparendos y la percepción ciudadana. Sobre esta última, hace hincapié en que no son suficientes las acciones institucionales, ya que se requiere que “la ciudadanía asuma un rol activo desde la corresponsabilidad en la construcción de una cultura del respeto, inclusiva y sin discriminación. Esto implica fomentar espacios de diálogo, educación en derechos humanos y participación, que refuercen el valor de la diversidad como principio de convivencia”.

Gran parte de ello está incluido en la estrategia Sumémonos por Cali, de la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana, que esta semana certificó a un grupo de 20 organizaciones y 25 personas como embajadoras para construir ciudadanía, confianza, convivencia en la diferencia, armonía con el entorno y respeto por los derechos. La estrategia promueve, además un decálogo que resalta el valor del saludo, la amabilidad, el conocer y compartir nuestra historia, hablar bien de Cali, y ser buenos vecinos, peatones y conductores.

No parece tan difícil, ¿verdad? Entonces hagámoslo posible. La invitación es a preguntarse ¿qué tan vivo bobo es usted? y empezar a revertir uno a uno esos actos en los que por pasarnos de avispados terminamos embarrándola no solo con nosotros mismos, sino con la ciudad.