Columnistas
Peso fuerte, dólar débil
Son tres los hechos que conforman una tormenta perfecta que debería disparar la tasa de cambio.

29 de jun de 2025, 02:12 a. m.
Actualizado el 29 de jun de 2025, 02:12 a. m.
¿Cómo explicarse que el peso colombiano se siga fortaleciendo frente al dólar en medio de noticias económicas y políticas que deberían debilitarlo? Es otra de las paradojas de la actual coyuntura que parecerían ir en contra de la supuesta racionalidad de los mercados, aunque en este caso hay algunos factores económicos que lo explican parcialmente.
El fortalecimiento del peso es significativo. La tasa de cambio empezó el año en $4400 por dólar, y está terminando el mes cerca de $4050, es decir, una revaluación de 8,7 %. Solo en los dos últimos meses la revaluación del peso fue de 3,7 %, al caer el precio del dólar en cerca de $150.
La tasa de cambio está inclusive más baja que cuando empezó el actual gobierno, y frente al valor máximo que alcanzó en diciembre de 2022 ($4800), la revaluación ha sido del 19 %. Si además se toma en cuenta la inflación del período, se ve que un dólar hoy puede comprar en Colombia 38 % menos de lo que era su poder adquisitivo en esa última fecha. Contra los pronósticos pesimistas de algunos políticos, el peso colombiano se ha convertido en una moneda fuerte.
Lo paradójico es la reacción de los mercados ante las noticias económicas que deberían disminuir la oferta de dólares y aumentar su demanda, es decir, que deberían hacer subir su precio. Son tres los hechos que conforman una tormenta perfecta que debería disparar la tasa de cambio. Uno, la cancelación de la línea de crédito contingente del Fondo Monetario que fue anunciada el mes pasado; dos el anuncio de las calificadoras de riesgo de bajar la calificación de la deuda colombiana, y la posibilidad de que a fin de año se pierda el grado de inversión; tres, la noticia del incremento de la producción de cocaína que hace suponer que Colombia será descertificada por el gobierno norteamericano.
Esas noticias, en el contexto de un alto déficit fiscal, deberían llevar a que se haga más difícil y más cara la contratación de créditos externos, a que los inversionistas internacionales traigan menos dólares al país y a que los inversionistas nacionales busquen sacar dólares para protegerse de la devaluación. Aunque todavía no se ha perdido el grado de inversión, ni se ha producido la descertificación, se supone que los mercados son racionales y deberían anticiparse a esos hechos muy probables y aumentar la demanda de dólares. Eso no ha pasado.
La explicación que se ha dado a este comportamiento es que, por la incertidumbre que han generado las políticas de Trump, el dólar se ha debilitado frente a casi todas las monedas del mundo, de manera que el caso de Colombia es similar al de otros países. Es cierto, pero es solo una explicación parcial.
En efecto, en lo corrido del año el valor del dólar frente al resto de monedas (medido por el índice DXY) ha caído 10,4 %,es decir, un poco más de su variación frente al peso colombiano. La moneda más fortalecida ha sido el Euro, que ha ganado 13,7 % frente al dólar, mientras que el peso chileno y el real brasileño han ganado 7,5 % y 11,4 % respectivamente.
El fortalecimiento del peso se explica en parte por la debilidad del dólar, pero la diferencia con el promedio de las otras monedas, -solo 1,7 %- es muy pequeña ante la perspectiva de la pérdida del grado de inversión, la descertificación. La paradoja no está resuelta.