Los vecinos

Es bien sabido en el mundo de las relaciones internacionales que con los vecinos hay que guardar especiales y ojalá muy buenas relaciones diplomáticas. Ese es el ejemplo que da la Presidenta de México todos los días.

Dos recientes incidentes de significativa importancia han ocurrido en los últimos días y por ello recuerdo esta especie de dogma de la vida internacional.

El primero de ellos, el trino que el presidente Petro envió desde la ceremonia de posesión del presidente Daniel Noboa, el cual fue considerado por este y sus conciudadanos, como ofensivo y muy descortés.

Y el segundo, el del impensable desaire al presidente José Raúl Mulino de Panamá. El Presidente de Colombia le puso cita en Montería para hacerle entrega formal de la presidencia de la Asociación de los países del Caribe.

El Presidente panameño esperó durante varias horas para luego enterarse de que un asunto, según la Canciller, de fuerza mayor, le impedía al presidente colombiano hacerse presente.

Es también una expresión de desprecio que a veces tenemos por ese tipo de relaciones diplomáticas. El presidente López Michelsen fue un ejemplo de unas relaciones excepcionales con Panamá, con el presidente Ómar Torrijos.

Las relaciones con Venezuela no parecen estar en su mejor momento y así podría decirse de las que corresponden con el Perú.

El tema de Panamá es clave, ahora más que siempre, por la insistencia del presidente Trump de recuperar el control sobre el canal de Panamá.

Nuestros medios de comunicación no informan sobre lo que han sido las protestas que se han venido presentando en ese país, ante lo que consideran una actitud muy complaciente del presidente Mulino.

Y hay una presencia no despreciable de colombianos en el sector financiero de ese país; y entiendo que ahora se ha convertido en una especie de domicilio fiscal.

El Ecuador, que había sido un país muy tranquilo y exento del problema de las drogas, se ha convertido en un país violento y en una plataforma para la exportación de drogas, y ambas situaciones tienen algo que ver con Colombia. Una época en la que las fuerzas armadas de ese país decían que no limitaban con Colombia, sino con las Farc. Tesis que me parecía inaceptable.

Y con Perú siempre hemos tenido una buena comunicación, no obstante, incidentes tan deplorables como la famosa guerra de Leticia o las tensiones resultantes del asilo que le ofrecimos en nuestra sede diplomática, en Lima, a don Víctor Raúl Haya.

La situación de Panamá, no obstante su prosperidad económica, según algunos expertos, muy mal distribuida, se está complicando socialmente y políticamente, y cualquier decisión del presidente Donald Trump inapropiada puede dar lugar a una verdadera explosión que no nos puede ser ajena.

Estar cerca de Panamá es indispensable y hacer algo para que una situación similar no ocurra es un deber de nuestra Cancillería.

Hemos tenido una relación muy amable, no obstante, los oscuros momentos de lo que llamamos la pérdida de Panamá. Y en lo que se refiere al tratado Torrijos Carter, el presidente López Michelsen se jugó una carta riesgosa, pero de enorme, generosidad y comprensión con el gobierno y el pueblo panameño. Eso es mucho decir.

Ojalá no seamos inferiores a una tradición diplomática que habla muy bien de Colombia y de lo que ha sido el trato con nuestros vecinos.