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El Óscar
Mucho le debe el cine a Martin Scorsese. Pensé que su película, Los asesinos de la luna, correría con mejor suerte, y que la actriz principal, la indígena Lily Gladstone, sería ganadora, pero no lo alcanzó.
Cada año, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas monta una gala espléndida en el Teatro Dolby de Hollywood para hacer entrega de los Premios Óscar a actores y actrices principales y de reparto, y a otros aspectos en los que se desarrolla una película: música, edición, efectos especiales, etc.
Ahora fueron nominadas: Ficción a la americana, Anatomía de una caída, Barbie, Los que se quedan, Los asesinos de la luna, Maestro, Oppenheimer, Vidas pasadas, Pobres criaturas, y La zona de interés.
Quienes somos aficionados al cine, por lo general, coincidimos con las nominaciones y luego con la entrega de las estatuillas doradas, cuyos favorecidos alcanzan alto reconocimiento en sus carreras, que les permite cobrar más altos honorarios por actuaciones futuras.
En esta ocasión, Oppenheimer estuvo ‘cantada’ como triunfadora indiscutible a mejor película, con su director Christopher Nolan, y se alzó con otros seis premios.
A mi juicio, la Academia acertó con este escogimiento, pues el director llevó a la pantalla con precisión de cirujano la vida del genio que inventó la bomba atómica, y el conflicto interior que sufrió al haber causado la muerte de más de 200 mil seres humanos cuando del avión gringo salió la mortífera carga sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, que precipitó la rendición del Japón, que se resistía a la incondicional que le exigía Estados Unidos.
La actuación de Cillian Murphy protagonizando al científico norteamericano merecía el premio, pero si yo hubiese sido jurado, lo habría entregado a Paul Giamatti por su rol de profesor de secundaria en Los que se quedan, pues pocas veces he visto a un actor con una más perfecta interpretación.
A casi todas las nominadas las vi en Barcelona y las repetí en Cali. Allá y aquí aprecié Pobres criaturas, que también merecía el galardón porque la película del griego Yorgos Lanthimos raya con la perfección, y la actuación de Emma Stone, que lo recibió como actriz principal, fue merecido. Su compañero de reparto, Mark Ruffalo, excelente.
La zona de interés ganó en la categoría de película internacional, pero creo que La sociedad de la nieve, del español Juan Antonio Bayona, que revive la tragedia del avión uruguayo que se accidentó en los Andes en 1972, es verdaderamente magnífica y merecía más el Óscar. Bayona vuelve por los fueros del cine español, porque recrear la lucha por la vida de esos muchachos uruguayos que tuvieron que acudir al canibalismo para sobrevivir a más de 4000 metros de altura, y cuando ya se habían suspendido los intentos de rescate, es de una veracidad pasmosa.
Mucho le debe el cine a Martin Scorsese. Pensé que su película, Los asesinos de la luna, correría con mejor suerte, y que la actriz principal, la indígena Lily Gladstone, sería ganadora, pero no lo alcanzó. Esta chica tiene un futuro abierto en su carrera.
Si alguien me pregunta cuál es mi lugar ideal, respondo sin vacilar: la penumbra de una sala de cine.