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Cuando las mujeres lideran, la paz llega

La participación de las mujeres en la consolidación de los acuerdos de paz es apostarle a una paz integral que se configure más allá del silenciamiento de las armas.

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María Inés Salamanca Vidak.
María Inés Salamanca Vidak. | Foto: El País

2 de nov de 2025, 12:28 a. m.

Actualizado el 2 de nov de 2025, 12:28 a. m.

Este 31 de octubre el mundo conmemoró los 25 años de la Resolución 1325 de las Naciones Unidas, la cual reconoce una verdad ineludible: la paz duradera y sostenible depende de la participación plena e igualitaria de las mujeres en todos los espacios de decisión sobre la paz y la seguridad.

Durante estos 25 años, las mujeres han impulsado transformaciones profundas. Su liderazgo político, su labor en los territorios y su incidencia en los procesos de negociación han hecho avanzar la agenda global de Mujeres, Paz y Seguridad, incluso en contextos adversos. Las colombianas son hoy un referente e inspiración para el mundo por sus aportes y participación en el Acuerdo de Paz y su incidencia para que se incluyeran más 100 medidas de género. Y de manera más reciente, por la amplia participación de las mujeres en la formulación del primer Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325 (PAN1325), que ha sido precisamente reconocido a nivel mundial como el más participativo, un proceso que contó con las voces de más de 1500 mujeres de diferentes territorios del país.

El PAN1325 le apuesta a dignificar la vida de las mujeres y transformar las estructuras que perpetúan la violencia. Entre sus elementos más innovadores se destacan: la inclusión de la salud y el bienestar como condiciones para la sostenibilidad de la paz; la protección del territorio y la naturaleza; el compromiso con enfoques étnico, antirracista e interseccional y la incorporación de los desafíos de la movilidad humana y de la seguridad humana feminista. Este Plan de Acción es una muestra clara de la resiliencia y la capacidad de incidencia de las organizaciones de mujeres y del movimiento feminista, que es un ejemplo para toda la región y el mundo.

Estos logros son motivo de esperanza. Sin embargo, los desafíos siguen siendo enormes. Según datos del más reciente informe de 2025, sobre Mujeres, paz y seguridad, del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, 9 de cada 10 procesos de paz en el mundo no tienen negociadoras y las mujeres son solo el 14 % de las mediadoras globales. Y ante un escenario global desafiante, es urgente aumentar la inversión en la paz. Lamentablemente, en 2024 el gasto militar mundial superó los 2,7 billones de dólares en 2024, mientras que las organizaciones de mujeres en zonas de conflicto recibieron apenas el 0,4 % de la ayuda oficial al desarrollo. Hay que revertir estos números.

Para revertir esta tendencia se requiere de voluntad política, la diplomacia y la experiencia de las mujeres para el fortalecimiento de los avances logrados, e ir por más. La participación de las mujeres en la consolidación de los acuerdos de paz es apostarle a una paz integral que se configure más allá del silenciamiento de las armas.

El llamado de las mujeres constructoras de paz es: avanzar en el cumplimiento de la promesa que hace 25 años se hizo con la Resolución 1325 y que Colombia ha materializado en el PAN1325, que debe ser una política de Estado y un catalizador para toda la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad. El momento es ahora. Es urgente invertir en capital político y recursos financieros para garantizar la participación plena de las mujeres en la paz y la seguridad. Cuando las mujeres lideran, la paz llega. El mundo tiene la hoja de ruta; solo falta la voluntad de transitarla con las mujeres.

*Representante país a.i ONU Mujeres

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