Columnistas
Creencias limitantes
La gratitud es la mejor manera de conectarnos con lo divino y volver a nuestro centro que también es parte de la divinidad infinita.
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

23 de sept de 2025, 02:48 a. m.
Actualizado el 23 de sept de 2025, 02:49 a. m.
Desde que nacemos, inclusive en el vientre materno, creencias que vienen del arraigo familiar, de la cultura popular y del inconsciente colectivo, nos instauran información que se traduce en patrones de pensamientos que, a medida que vamos creciendo, se convierten en comportamientos limitantes, negativos o positivos.
Cuando hablo de creencias limitantes, me refiero a esas que nos llenan de culpas y miedos, que terminan creándonos ansiedades y una manera de ver la vida desde el miedo y la vergüenza, nos llenamos de pensamientos limitantes que vienen de esas creencias, que no son otra cosa que la interpretación de la manipulación de nuestra especie, el creer siempre ser dueños de la verdad absoluta.
En la modernidad, donde las redes sociales están llenas de distintas verdades, o la capacidad de hacernos creer una cosa hoy y mañana lo contrario, solo nos está creando una adicción que viene acompañada de ansiedad y a veces se convierte en depresión.
Yo, en mi búsqueda incansable de respuestas espirituales, he pasado por el cristianismo, el budismo, el hinduismo y el chamanismo de nuestros pueblos latinoamericanos, e intento tomar lo bueno de cada uno y no los juicios descalificantes que vienen más de lo humano, que de lo divino. Un Dios amoroso, más que estar viendo nuestras fallas y nuestros ‘pecados’ debe ser la Divinidad que se regocija en la belleza de nuestros logros, en nuestra conciencia evolutiva y cuántica.
Somos dueños del libre albedrío y cada uno de nosotros puede escoger un camino donde haya más libertad y compasión, que caminos de temor y juicios, caminos que dejen una estela de buena vibra y tolerancia, sin culpas ni miedos.
Encuentro en el contacto con la naturaleza donde habita un Dios amoroso, una manera de acercarme más a un balance armonioso.
El observar y compartir con otras especies es una manera de traer paz individual y volverla colectiva, estamos en un momento donde la conciencia está despertando, que es la única manera de vivir en el respeto y la flexibilidad tan necesaria en un mundo tan polarizado.
La gratitud es la mejor manera de conectarnos con lo divino y volver a nuestro centro que también es parte de la divinidad infinita.
El odio, la rabia y nuestra constante necesidad de descalificar a los otros, no son buenos consejeros.
Yo hago un llamado para que durante la campaña electoral que se avecina no nos limitemos y nos aferremos solo a nuestro punto de vista, sino que nos abramos a escuchar a otros con el respeto que haría de esta campaña una más objetivas para el bien común y no nos sigamos polarizando más en los odios, que solo traen violencia y desasosiego.
No permitamos que las creencias y pensamientos limitantes gobiernen nuestras vidas, escojamos caminos de paz, humildad, tolerancia, gratitud y respeto, estoy seguro que por allí podremos tener una especie más armoniosa con nuestra misión en esta vida humana.
Un feliz día para todos.
Profesional de la fotografía en el Art Institute de Fort Lauderdale. Trabaja en el programa OYE CALI de la X Todelar y el canal Internacional FASHION TV esta emitiendo actualmente en su programa Phothographer Profile Un programa de 30 minutos dedicado a su vida profesional. Escribe para el diario El País desde el año 2008.