Discurso difícil

Apenas se conoció la encuesta de Invamer, empresa de amplia reputación, en la que apareció Iván Cepeda con 31,9 %; Abelardo de la Espriella 18,2 %; Sergio Fajardo 8,5 %; Miguel Uribe Lodoño 4,2 %; Claudia López 4,1 %. Salieron las voces críticas. Más abajo surgen las tres precandidatas del Centro Democrático, que sumados sus resultados no alcanzan el margen de error.

Todos los que figuran debajo de Cepeda exclaman a coro que esa medición electoral no es confiable, y uno se pregunta si la considerarían confiable si el candidato del Pacto Histórico hubiera resultado con un porcentaje parecido al de las tres señoras que siguen órdenes de Álvaro Uribe.

Desde luego, la derecha colombiana, a la que ya hay que incorporar a buena parte del Partido Liberal que acata directrices de César Gaviria, no sabe qué inventar para demeritar la medición de Invamer. Se oye crujir de huesos y rechinar de dientes, porque yo lo que veo en mis cinco amigos que forman en la oposición al gobierno del presidente Petro, es que están inquietos, y ya empiezan a hablar contra Cepeda con los mismos argumentos que emplearon contra Petro hace 4 años.

Que Cepeda es comunista. Que Cepeda nos conducirá a convertirnos en otra Venezuela. Que Cepeda estudió en Bulgaria. Que por ser Cepeda más culto que Petro es por eso más peligroso. Alguno de esos queridos amigos jura que Cepeda le quitará la pensión.

Todos esos riesgos que la oposición ve en Cepeda son idénticos a los que le acomodaron a Gustavo Petro en su campaña a la presidencia, pero ahora llegan a extremos increíbles, como la persecución que le han montado a la señora Verónica Alcocer, a quien acusan de alojarse en Estocolmo en hotel 5 estrellas, con olvido de que ella forma parte de una familia de Sincelejo con suficiente capital para alojarse donde le provoque.

Veo muy difícil cómo puedan los candidatos de la oposición, cualquiera que sea, idear un discurso lo suficientemente fuerte para convencer al pueblo colombiano que no son ciertos los resultados favorables que ha logrado el gobierno. La inflación controlada; el desempleo con un registro tan bajo como no se veía en los últimos 20 años; 800.000 hectáreas de tierra apta para la agricultura que han sido entregadas a campesinos desposeídos; más de un millón de hectáreas legalizadas con título de dominio; el dólar con tasa inferior a los 3800 pesos, que beneficia el pago de la deuda pública; el Banco Agrario que en el gobierno Petro ha entregado más de 50 billones en créditos a los agricultores colombianos; la educación gratuita para un crecido número de estudiantes, como se demostró con la inauguración de la universidad en el sitio que antes ocupó la Universidad Libre en Cali, con una inversión de 50.000 millones y a la que podrán acceder 9000 muchachos cada año.

Y ni hablar de la cantidad de escuelas en sitios apartados del país, y numerosos hospitales como el que se inauguró en Florencia.

Una de las mejores iniciativas oficiales es la recuperación de la red ferroviaria, que jamás he entendido cómo gobiernos anteriores la dejaron desaparecer, cuando es el medio más económico para el transporte de las mercaderías, especialmente las que van al exterior, como los bultos de café que salen por Buenaventura. Y el ingreso a los BRICS, nos libera de la dependencia total con Estados Unidos.

Repito que no es fácil el discurso para derrotar al candidato del Pacto Histórico.