Nash Keen, el bebé más prematuro del mundo, llegó a su primer año de vida

Un nuevo certificado de Guinnes World Records, fue concedido recientemente luego de que fuera reportado como nacido vivo el bebé más prematuro del mundo.

Se trata de Nash Keen, hijo de Mollie y Randall Keen, quien nació el pasado 5 de julio de 2024 a las 9:51 de la mañana en el University of Iowa Health Care.

El pequeño bebé llegó al mundo con tan solo 21 semanas de gestación, lo que traduce haber estado en el vientre de su madre tan solo 147 días de los 280 (40 semanas), que son necesarios para completar su formación.

Según se dio a conocer en ese momento, el pequeño niño pesó 283 gramos (10 onzas), con un pronóstico reservado, pues las posibilidades de supervivencia eran muy bajas.

No obstante, luego de permanecer durante seis meses en una unidad de cuidados neonatales y bajo supervisión médica, el niño pudo ser llevado a casa a principios de este año.

“Pensaba que sería más frágil, y esas cosas. Pero él no. Es un niño muy decidido y curioso, y sonríe todo el tiempo”, detalló su madre en una entrevista reciente.

La mujer, que habría sufrido un aborto espontáneo que no le permitió concluir su embarazo, detalló que el pequeño pudo dormir tranquilo desde que salió de la unidad médica.

Cabe decir que, antes del nacimiento, la pareja temía perder el bebé, pues con tan solo 20 semanas de gestación, era poco probable que sobreviviera. No obstante, los esfuerzos médicos de la doctora neonatal de alto riesgo, Malinda Schaefer, permitieron a la feliz pareja, recibir a su pequeño.

“No soy yo quien vive con los resultados de las decisiones de los padres, así que es muy importante para mí tener conversaciones honestas y abiertas con los padres. Hay que informarlos plenamente para tomar la mejor decisión para ellos y su familia”, mencionó Schaefer.

En la actualidad, el pequeño Nash Keen sigue bajo cuidados médicos, pues debe ser alimentado por sonda, además, usa oxígeno y nació con una pequeña cardiopatía, aunque su desarrollo continúa fortaleciéndose con el pasar del tiempo, y los médicos auguran una buena vida para el pequeño.