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En México, ¿Por qué tiembla tanto en septiembre? UNAM responde
Los ciudadanos deben estar preparados ante los frecuentes sismos, pues algunos de ellos podrían ser fuertes.
Septiembre es un mes que se ha ganado una reputación peculiar en México: es el mes en el que tiembla con mayor frecuencia y, tristemente, también es recordado por dos de los peores sismos que han sacudido el país, ambos ocurridos en la misma fecha, pero con 32 años de diferencia, el 19 de septiembre de 1985 y 2017, respectivamente. Ante esta incógnita sísmica, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha estado investigando las causas detrás de esta tendencia sísmica y proporciona algunas respuestas.
Los sismos de septiembre de 1985 y 2017: un paralelismo trágico
El 19 de septiembre de 1985 y el 19 de septiembre de 2017 quedaron grabados en la memoria de los mexicanos como dos de los eventos sísmicos más devastadores de la historia del país. Ambos sismos ocurrieron en la misma fecha, pero con un lapso de 32 años entre ellos, lo que plantea la pregunta: ¿Hay una razón científica detrás de esta coincidencia?
El contexto geológico de México: una zona de alto riesgo sísmico
Para comprender por qué tiembla tanto en septiembre en México, es fundamental considerar el contexto geológico del país. México se encuentra en una región conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de alta actividad sísmica y volcánica que rodea el Océano Pacífico, esta ubicación la hace propensa a la ocurrencia de terremotos.
Gran parte de la actividad sísmica en esta zona se debe a la subducción de la Placa de Cocos bajo la Placa Norteamericana. Este proceso geológico es el motor detrás de la mayoría de los terremotos en la región. Cuando la Placa de Cocos se desliza debajo de la Placa Norteamericana, se acumula energía en la corteza terrestre que eventualmente se libera en forma de un terremoto.
¿Por qué septiembre?
Aunque México experimenta terremotos a lo largo del año, la pregunta clave es por qué hay una concentración notable de sismos en septiembre. La UNAM y otros expertos sugieren que esta coincidencia se debe a la variabilidad natural de la actividad sísmica y no necesariamente a un patrón predecible.
Según los investigadores, la variabilidad sísmica en México se debe a la forma en que se acumula y libera energía a lo largo del tiempo, por lo que la actividad es cíclica y depende de una serie de factores geológicos y geodinámicos. Estos factores incluyen la tasa de subducción de la Placa de Cocos, la acumulación de estrés en las fallas geológicas y la liberación periódica de esa tensión en forma de terremotos. Así que no se le puede atribuir a un mes este patrón.
Los sismos de septiembre: un recuerdo permanente
Aunque no existe una explicación definitiva de por qué tiembla tanto en septiembre en México, los sismos de 1985 y 2017 siguen siendo recordados y conmemorados en el país. La tragedia y la solidaridad que surgieron en respuesta a estos desastres naturales han dejado una huella indeleble en la memoria colectiva de México.
Dado el riesgo sísmico en México y en muchas otras partes del mundo, la preparación y la mitigación de desastres son fundamentales. Las autoridades mexicanas han implementado programas y políticas para fortalecer la resiliencia de las comunidades ante los terremotos, incluida la mejora de los códigos de construcción y la capacitación en respuesta a desastres.
La UNAM desempeña un papel crucial en la investigación sísmica en México; sus científicos trabajan arduamente para comprender mejor la actividad sísmica y desarrollar sistemas de alerta temprana que puedan salvar vidas en caso de un terremoto. Además, promueve la educación pública sobre la prevención y la seguridad sísmica.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.