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Avi Loeb detecta cambios sorprendentes en el cometa interestelar 3I/ATLAS: ¿señal extraterrestre?
El cometa interestelar ha despertado un intenso debate científico debido a una serie de comportamientos inusuales.
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27 de nov de 2025, 12:23 a. m.
Actualizado el 27 de nov de 2025, 12:24 a. m.
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El paso del cometa interestelar 3I/ATLAS por el Sistema Solar continúa generando debate en la comunidad científica, especialmente tras las recientes observaciones del astrofísico Avi Loeb, profesor de la Universidad de Harvard, quien ha planteado una serie de hipótesis sobre su inusual comportamiento.
Y es que, en una reciente publicación en su blog, titulada ‘Anomalías de 3I/ATLAS, Organizadas por Probabilidad’. Loeb señaló varias irregularidades que, a su juicio, no encajan del todo con lo que normalmente se espera de un objeto natural.
Por eso, aunque sus planteamientos han sido recibidos con cautela por otros científicos, es su postura la que ha reavivado la discusión sobre la posibilidad de que este cuerpo interestelar pueda tener un origen artificial.

Uno de los aspectos que más llamó la atención del investigador es la trayectoria que seguirá 3I/ATLAS en marzo de 2026, cuando pasará cerca de Júpiter a una distancia prácticamente idéntica al llamado radio de Hill del planeta, un límite gravitacional clave.
Para Loeb, esta coincidencia resulta llamativa y abre la puerta a la posibilidad de que el objeto esté diseñado para desplegar dispositivos tecnológicos en regiones estratégicas de este planeta, como satélites artificiales en los puntos de Lagrange L1 y L2, de Júpiter.
Otro elemento que genera interrogantes es que el cometa no pudo ser observado desde la Tierra durante su máximo acercamiento al Sol. A esto se suma su tamaño: las estimaciones indican que la masa de su núcleo supera ampliamente a la de otros objetos interestelares detectados anteriormente.

Ahora bien, desde el punto de vista químico, 3I/ATLAS también presenta características poco habituales. Las observaciones sugieren que la nube de gas que rodea al cometa contiene una proporción inusualmente alta de níquel en comparación con el hierro, una composición que recuerda a algunas aleaciones industriales utilizadas en la Tierra.
Y, por si fuera poco, durante los meses de julio y agosto, los astrónomos detectaron además un fenómeno poco frecuente: un chorro de material orientado hacia el Sol, conocido como “anti-cola”. Esta estructura fue confirmada por imágenes obtenidas desde una cámara orbital cercana a Marte, que mostraron una extensión brillante en la dirección de desplazamiento del objeto.

Loeb ha planteado que, si se tratara de una estructura tecnológica, este tipo de emisión podría responder a un mecanismo de protección contra partículas microscópicas presentes en el espacio. Sin embargo, la mayoría de la comunidad científica insiste en que, por ahora, no existen pruebas concluyentes que permitan afirmar que el cometa tenga un origen artificial.
Aun así y mientras crecen las especulaciones, el gran gigante rocoso se ha convertido en uno de los cometas más intrigantes observados en los últimos años, al desafiar las explicaciones de los científicos.

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