Informe exclusivo: Malpelo, el santuario en la mitad del Pacífico Colombiano
MALPELO: Navegando al corazón del Pacífico Colombiano
La riqueza natural de Colombia es única, trasciende el territorio continental y se aleja 500 kilómetros mar adentro en el Océano Pacífico para surgir en el Santuario de Fauna y Flora de Malpelo, nombrado, desde el 2006, uno de los dos Patrimonios Naturales de la Humanidad por la Unesco que hay en el país.
Aunque es una roca, o mejor una isla volcánica oceánica, está llena de vida. Bajo el agua es un hábitat de importancia vital para varias especies marinas en peligro de extinción a nivel mundial, y en su entorno terrestre alberga especies endémicas, es decir, que no viven en ningún otro lugar del mundo.
Con invitación de la Fuerza Naval del Pacífico de la Armada Nacional, el equipo de El País se embarcó en un viaje solo de ida hacia el Santuario, porque, de vuelta, todos aseguraron regresar distintos. Un poco más felices, un poco más conscientes.
“Malpelo hace parte de nuestro corredor marino del Pacífico Este Tropical. Es un corredor conformado por varias islas oceánicas y una continental, con un acuerdo de conservación entre cuatro países: Colombia, donde se alberga Malpelo y la isla Gorgona; Panamá, con la isla de Coiba; en Costa Rica, la isla de Coco, y en Ecuador están las islas Galápagos”, cuenta Héctor Montaño, funcionario de Parques Nacionales y técnico administrativo del Santuario de Fauna y Flora.
A más de 100 metros de altura de la superficie oceánica, encontró asiento entre un par de rocas semiplanas para admirar nuevamente la isla, que ya ha visitado varias veces y es la persona de la tripulación que más lo ha hecho.
Hay brillo en su mirada como si la viera por primera vez porque asegura que todo es bonito en Malpelo, “las rocas, islotes, las corrientes oceánicas, el paisaje”. Dice que es la cereza del pastel de los paisajes del Pacífico Colombiano, con un listado de especies único.
“En la parte terrestre de Malpelo tenemos un registro de más de 70 especies de aves, entre ellas marinas, residentes, migratorias, vagabundas, especies que van de paso en su migración desde el sur hacia el centro o Norteamérica y que usan a Malpelo como sitio de descanso. También tenemos algunas especies de reptiles como el lagarto punteado, el anolis de Malpelo, el gecko de Malpelo, especies de cangrejos como el cangrejo rojo, entre otras que aún se están descubriendo e investigando en la isla”, explica.
De las que mencionó, las últimas cuatro son endémicas, por lo que requieren una mayor protección y coincide con que son las especies que más se pueden observar en la isla, junto con las diferentes variedades de piquero (sula) que ocupan, de manera literal, todo rincón de la roca. No hay decámetro al cuadrado que no tenga al menos un ejemplar.
Aunque no es exclusiva de este espacio, el Santuario sí tiene la población más grande de sula granti en el mundo. Según Héctor, son en promedio 140 mil individuos que habitan de manera permanente ese lugar.
"Es la especie que más abunda en esta isla y es la que trae prácticamente la energía, lo digo porque es la que tiene que salir a pescar cuando está en época de anidación, trae el pez a su cría y la alimenta, y cuando desecha algo, de eso se alimentan los lagartos, los cangrejos, los otros animales que viven en la isla”, añade.
Pero, como es de esperarse, la mayor variedad de especies de fauna está en el mundo marino, donde Malpelo es reconocida por ser un ‘trampolín’ para muchos animales que están realizando largos recorridos a lo largo del Pacífico Tropical, pero también muchas especies han encontrado un lugar ideal para habitar durante todo el año.
Para los humanos del común y buzos inquietos, la isla atrae en especial por sus grandes paredes rocosas completamente verticales bajo el agua, con caídas abruptas de hasta 60 metros, y por la alta probabilidad de ver muy de cerca varias especies de tiburones, entre ellas, el tiburón martillo.
También destacan sus formaciones coralinas con pendientes menos pronunciadas, donde se refugian y alimentan alrededor del 50 % de las especies de peces e invertebrados que nadan alrededor de la roca, lo que las convierte en espacios vitales.
“La importancia del sitio no solamente es porque es una de las pocas áreas protegidas en el Pacífico Colombiano que tienen formaciones coralinas, ese es uno de los primeros puntos. Los corales son especies amenazadas, que están en peligro crítico de extinción y más cuando hablamos de calentamiento global, si se pierden estos organismos, pues obviamente eso también puede traer unos impactos gigantes a la conservación de la biodiversidad y esos procesos que suceden bajo el agua”, sostuvo Sandra Bessudo, directora de la Fundación Malpelo.
Los guardianes que custodian a la isla de Malpelo, un tesoro de la biodiversidad
Los hombres de la Armada permanecen en la roca todo el año.
No hay que bajar la guardia
Entre Parques Nacionales de Colombia, la Armada Nacional, la Fundación Malpelo y Biodiversity Conservation Colombia se encargan de la protección en todo momento del Santuario de Fauna y Flora de Malpelo.
Aunque comentan que el área tiene muy buenos procesos de cuidado gracias a la coordinación que existe entre ellas, también dejan claro que sí hay impactos y que las personas no pueden bajar la guardia en la protección del ecosistema.
“El daño es por diferentes lados, pero digamos que la disminución de los tiburones en todos los monitoreos y las investigaciones que hemos venido realizando, no solo en Malpelo, sino en la región, han demostrado que varias de las especies de tiburón están en peligro crítico de extinción y esto es debido a la sobrepesca, a la pesca ilegal dentro de las áreas marinas protegidas o por destrucción de hábitats en las zonas costeras”, explica Sandra Bessudo.
La contaminación es otro aspecto, ya que mucho de lo que es arrojado a los mares en Colombia y algunos países de Centroamérica llega hasta Malpelo e impacta a las especies, debido al sentido y la fuerza de las corrientes.
En los recorridos que se realizan en catamarán y el bote de la Fundación Biodiversity Conservation Colombia alrededor de la isla, mensualmente se llegan a recoger hasta unos cuatro bultos de basura de las corrientes, en los cuales predominan los productos plásticos, las botellas de vidrio y algunas latas, entre otros desechos.
“Es un patrimonio histórico no solamente de los colombianos, sino de la humanidad, por lo que este Santuario necesita todos los niveles de atención y es por ello que hacemos una presencia permanente en procura de sostener esa soberanía y defender los intereses en defensa de nuestro territorio marítimo”, expresa el almirante Rafael Aranguren, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico de la Armada.
Sin embargo, al mismo tiempo advierte que es compromiso de todos proteger este espacio. Incluso muchos buzos, que inicialmente visitan la zona para maravillarse con la riqueza natural, llegan a impactar cuando se asientan en las estructuras coralinas o afectan a las especies marinas. “Quienes hacen eso también forman parte del problema”, indicaron las organizaciones en conjunto.
Malpelo es un parque natural de Colombia desde 1995 y pronto completará 20 años como Patrimonio Natural del Mundo, por lo que, desde Parques Nacionales y las ONG, reiteraron el llamado, incluso a las autoridades administrativas.
“Este es más que todo un mensaje para las administraciones de las Alcaldías, las Gobernaciones, que mejoremos mucho la parte del manejo de los residuos sólidos en nuestras comunidades, que le metan más el diente a que sus comunidades tengan un mejor manejo de todos los desechos sólidos”, pidió Héctor Montaño, de Parques Nacionales.