ROBERTO ORTIZ
Preocupación en Cali por hurtos durante la cuarentena
Si bien hay una reducción en los hurtos respecto al 2019, entre enero y mayo del año en curso se robaron 1896 celulares, 823 motocicletas y 471 vehículos, entre otros. Analistas aseguran que hay que prepararse pues la inseguridad irá en aumento durante la postpandemia.
El delincuente de casco y camiseta blanca entra en una panadería en Quintas de Don Simón y con arma en mano intenta arrebatarle el celular al hombre sentado en la primera mesa.
En una reacción normal, la víctima trata de aferrarse al teléfono, pero el delincuente le dispara en la cabeza. La silla se voltea y la víctima cae inmóvil al piso mientras el atacante recoge el celular y huye en motocicleta. El video lleva unas horas en las redes y tiene miles de visualizaciones.
La sensación de inseguridad en Cali crece con escenas similares en las que delincuentes disfrazados de policías intentan ingresar en residencias, varios hombres atracan un vehículo en la Avenida Ciudad de Cali a plena luz del día o los delincuentes rompen los vidrios de los carros y huyen con lo que encuentran en su interior.
La cifra de hurtos registrada en la ciudad durante la cuarentena da cuenta de la indisciplina con la que buena parte de los caleños asumió el llamado al aislamiento social para prevenir la propagación del virus.
Pese al tiempo que llevamos de confinamiento, los ladrones en las calles encontraron entre el 1 de enero y el 13 de mayo pasado a 2583 personas a las que despojaron de sus pertenencias, según el censo delictivo de la Fiscalía General de la Nación.
Aunque hay una reducción respecto al 2019 del 36,3 % en este tipo de delitos, entre enero y mayo se robaron 1896 celulares, 823 motocicletas y 471 vehículos, entre otros.
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Algunas explicaciones
Una de las razones por las cuales no se ve reflejado un mayor aumento en la reducción de delitos como el hurto, señala el experto en seguridad John Marulanda, “es porque la Policía ha estado más dedicada a cuidar lo referente a la disciplina social para el control de la pandemia que su actividad rutinaria de control sobre focos de delincuencia”.
“Hay sectores de la población que necesitan conseguir dinero ante la falta de trabajo y eso lleva a un aumento en este tipo de delitos, pero básicamente es porque la Policía está enfocada protegiendo centros comerciales, el transporte masivo y garantizando la disciplina social para prevenir un mayor contagio”, dice Marulanda.
Por su parte el concejal Harvy Mosquera se muestra preocupado por los niveles de inseguridad en Cali, “nada consecuentes con una población confinada. Las cifras son altas y la percepción de inseguridad se ha elevado. La Fuerza Pública no la vemos en las calles, da la impresión de que esta acuartelada, contribuyendo a la zozobra de la ciudadanía”.
“La Policía se enfocó en los infractores del aislamiento y ante la criminalidad solo actúa de forma reactiva. En cambio el crimen muta, se adapta a las circunstancias y sigue operando a la ofensiva. Necesitamos que la autoridad se anticipe al accionar delincuencial, evidencie su presencia y garantice el bienestar ciudadano”, pide Mosquera.
Pero más allá de la sensación de que han aumentado los hurtos en Cali, el secretario de Seguridad, Carlos Alberto Rojas, asegura que una cosa dicen las redes sociales y otra las estadísticas.
“Las redes sociales son un fenómeno indomable y es difícil administrar esa capacidad que tienen de generar realidades virtuales. Lo que le he pedido al equipo es que hagamos más proceso social con las comunidades y que lo que comuniquemos lo hagamos a partir de los hechos”, asegura Rojas
Un panorama aún más complejo
Antes de cerrar este informe un nuevo video sacude las redes sociales. Un hombre en el barrio San Carlos intenta ocultarse en un local comercial mientras el victimario lo persigue con una pistola hasta el interior de la propiedad para arrebatarle su teléfono móvil.
Frente a lo que ocurre en Cali en las últimas semanas, el concejal Roberto Ortiz asegura que en la cuarentena los hurtos y homicidios volvieron a crecer y el atraco callejero y robo de celulares esta volviendo a cifras del 2019.
“Cuando inició el confinamiento obligatorio decretado por el Gobierno Nacional disminuyeron los hurtos, pero no pararon. La comunidad denunció atracos y los negocios que podían abrir fueron víctimas de los antisociales. Pero adicional a eso, me preocupa la forma como aumenta el nivel de violencia en los atracos; en el barrio el Caney durante un robo asesinaron a una joven médica y su padre”, indica Ortiz.
En esa misma línea se pronunció la también concejal Alexandra Hernández, quien asegura que los hurtos y la inseguridad en general tiene distintos factores, incluida la sensación de impunidad que hay en Cali.
“La gente en Cali siente que incumplen normas y no hay consecuencias; esa sensación de impunidad alienta la delincuencia. La ausencia de Fuerza Pública en las calles, unida a la necesidad económica y la rabia social elevan los hurtos y pinta un panorama complejo a futuro”, dice Hernández.
La postpandemia
Lo más complejo, según el consultor en seguridad John Marulanda, está por venir. “Viene la postpandemia y veremos un crecimiento no solo de la actividad delincuencial sino de la violencia; serán días complejos de orden público”.
Ante esta situación, el concejal Juan Martín Bravo considera que “la Alcaldía tiene que trabajar mancomunadamente con Policía y Ejército; proteger el comercio, supermercados y plazas de mercado para evitar saqueos. También hacerle frente al microtráfico, al gota a gota y que la Policía vigile las entradas a Cali porque está ingresando de todo”.
Sobre las medidas a futuro, el secretario de Seguridad, Carlos Alberto Rojas, pronostica que el efecto colateral de la pandemia en materia de seguridad irá hasta el segundo semestre del próximo año, cuando empiece a reactivarse la economía con cierta fuerza.
“Eso implica para nosotros pedir ayuda al Gobierno Nacional para generar mayor presencia policial en algunos sectores de la ciudad. La Policía ya tienen un esquema, pero necesitamos entre 300 y 500 hombres más; haremos una inversión importante en tecnología como cámaras de detección de rostro que se instalarán en sectores críticos de la ciudad y la intervención de trece sitios turísticos que tienen ‘colonizados’ estructuras del microtráfico”, concluye Rojas.