Exclusivo: relato de la esposa de un herido en el ataque terrorista de Meléndez; la mujer se “salvó” de la violencia en el Cauca, pero la alcanzó en Cali

Sully esquivó los explosivos en el Cauca, pero la violencia la alcanzó en el barrio Meléndez de Cali. Luego de la jornada sangrienta del martes 10 de junio, la mujer no se imaginó que su vida había sido salvada por milésimas de segundos.

Desde el pasado jueves, ella se encontraba en la ferretería de su madre ubicada en El Bordo, Cauca, ahí estaba ayudando en los quehaceres del negocio y tras varios días de trabajo había optado por regresar a su vivienda en la capital vallecaucana.

El periplo comenzó durante la noche del lunes 9 de junio, su primera parada fue el municipio de Popayán, donde optó por descansar antes de tomar la carretera hacia Cali.

“Salí a las 5:30 de la mañana del martes, cuando mi hermano me llama y me dice que explotó un carro bomba en El Bordo. A partir de ahí quedé en shock porque eso sucedió a la vuelta de mi casa”, relata Sully.

La comunicación se cortó de manera súbita y volvió a marcarle a su hermano. Tras varios minutos, que a su juicio, parecieron horas, volvió a hablar con su familiar y él le manifestó que todos se encontraban sanos y salvos.

“Mi mamá pasa al teléfono y me dice que tenga mucho cuidado en la carretera. Váyase despacio me repitió varias veces”, recuerda.

Tras recibir la noticia en medio de la carretera optó por realizar una parada en Pescador, una localidad ubicada en el municipio de Caldono. Ahí entre el miedo y la incertidumbre tomó su sorbo de café para seguir camino a Cali.

“Cuando pasé el río Cauca llamé a mi esposo y le dije: amor ya voy llegando, guárdame desayuno, entonces él me responde que iba a salir a dar una vuelta para comprar unas arepas”, menciona.

Sully en su entrada al departamento del Valle enciende la radio y escucha el anuncio de última hora donde informan de la activación de un artefacto explosivo en el barrio Meléndez.

“Me paralicé y le dije a mi hijo que me acompañaba que llamara al papá que había salido a comprar unas arepas. Entonces, lo intentamos y no nos contestó. Ahí dije: a su papá lo cogió la bomba”, sostiene.

El pánico se apoderó de la situación. Su respiración se aceleraba y le dijo a su hijo que tomara el mando del vehículo, ella ya no se encontraba en condiciones de manejar.

“Me enloquecí, yo sentí en mi corazón que mi esposo estaba ahí. Cuando llegué a Jamundí me llaman de la clínica y me dicen que él está herido. Yo no sabía qué hacer”, recuerda.

Salvada de milagro

En medio de la desesperación escribió en el grupo de WhatsApp de la familia que alguien le ayudara a ir a la clínica a ver su esposo, mientras ella llegaba a Cali, cuando en la radio suena otra noticia de última hora.

“Ahí escucho que en Villa Rica había explotado otra bomba y justamente mi hijo y yo habíamos pasado por ahí hace cinco minutos. Eso nos dejó en shock a los dos”, dice Sully.

Al llegar a la clínica, la mujer vio a su esposo malherido en una cama. Él presentaba múltiples heridas. A su juicio, ese fue el inicio de un nuevo calvario.

“Mi esposo está en la Unidad de Cuidados Intensivos estable. Necesita de una cirugía porque tiene una esquirla dentro de una pierna”, afirma.

El estado de salud del hombre se agravó con el pasar de las horas, tras identificarle una afección en su garganta.

“Lo único que le pido a Dios es que lo sane, porque tiene una lesión en la garganta y le están drenando los pulmones por el impacto de la bomba”, manifiesta.