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Timothée Chalamet interpretó tan magistralmente a Bob Dylan que sorprendió al propio músico y hoy aspira al Óscar
Miembro de la generación Z, el actor francoestadounidense rompe el molde de las estrellas de Hollywood. Nace una nueva estrella.

Durante cinco años, Timothée Chalamet se preparó para convertirse en Bob Dylan, combinando técnica, teoría y una conexión emocional profunda con la obra de Dylan. Y tuvo maestros excepcionales en el camino, como Larry Saltzman, guitarrista veterano: “Timothée nunca quiso tomar el camino fácil”, le confesó a la revista Rolling Stone.
Saltzman (Simon & Garfunkel y Saturday Night Live) fue contratado a ciegas para entrenar al actor, sin saber que se trataba de Timothée ni del biopic: Bob Dylan, Un Completo Desconocido. Pero eso no fue problema para él, ya que ha sido afín a Dylan y a su música desde niño.
Al comenzar a prepararse para el papel, a sus 24 años —hoy tiene 29— Timothée solo sabía hacer un par de acordes. Su maestro escogió para él canciones como Masters of War, por su simplicidad, y Don’t Think Twice, It’s All Right, incluso, a petición del director, agregó canciones, que así no estuvieran en el guion, despertaran el fervor de Chalamet por el músico, compositor, cantante y poeta estadounidense.
El maestro, Saltzman, juntó en un archivo de Dropbox grabaciones, transcripciones y explicaciones detalladas de los patrones rítmicos y melódicos del músico, que juiciosamente Timothée estudió; aprendió detalles como que Bob usaba el pulgar para tocar acordes de Fa mayor o sus característicos “descensos” melódicos en las notas del bajo.
El buen alumno no solo aprendió a tocar las canciones de Dylan, sino también a interpretarlas emocionalmente, y a través de sesiones que incluyeron teoría musical en contexto; entendió que Dylan se comunicaba con sus músicos utilizando un lenguaje técnico muy accesible.
Además, recibió clases con Rob Paparozzi, experimentado armonicista, para dominar la armónica.
La preparación para el papel se extendió mucho más de lo previsto, debido a la llegada de la pandemia en 2020. El rodaje estaba planeado para empezar en abril de ese año, pero por las restricciones globales, el entrenamiento del joven actor se prolongó cinco años.
En días de Covid-19 las lecciones se trasladaron a plataformas como Zoom. “Para quienes no conocen tanto de Dylan, esta película será su Dylan”, le soltó Saltzman a Rolling Stone.

También aseveró que vio llegar al protagonista al set con un dominio completo del material, y que no requirió asistencia adicional.
Así, que sobran los méritos para que el actor franco estadounidense ganara en los Premios SAG Awards 2025, en la categoría Mejor Actor, gracias a su inmersión en la piel y el alma de la leyenda viva, de 83 años, justo volviendo a su pasado, en pleno ascenso a la cima musical a principios de la década de 1960.
Pero el mayor galardón para este actor fue leer del propio Bob Dylan, un mensaje en sus redes sociales que parecía de ficción: “Timmy es un actor brillante, así que estoy seguro de que será totalmente creíble haciendo de mí. O de un mí más joven. O de algún otro mí”.
“Fue más de lo que esperaba, la verdad”, dijo Chalamet, sin falsa modestia: De ahí que no se le hizo fácil responderle, “no esperaba tanto. Su afirmación y apreciación son algo muy valioso. Decir más que eso sería darme demasiada importancia, pero fue un momento increíblemente alentador”.
El propio Timothée vivió toda una transformación en el proceso de hallar a Bob Dylan en él. En entrevista con Searchlight Pictures admitió que antes de aventurarse en el proyecto de la película, “No era el discípulo de la iglesia de Bob Dylan que soy ahora”. Sabía sí que era una figura venerada en el imaginario artístico estadounidense y del mundo, pero no tenía una conexión con su música. Lo más cercano era el retrato de Bob que tenía un amigo de su padre colgado en su casa.

Intuyó, entonces, el porqué de tanta prevención sobre hacer una película del mito: “Si no está roto, no lo arregles, y el legado de Bob, su arte y su música estaban intactos”, dijo en voz alta Timmy.
Al bucear en las profundidades del Premio Nobel de Literatura 2016, “dejó de sentirse como un trabajo y pasó a ser un proceso natural” que lo impactó profundamente a nivel personal.
Nunca buscó imitarlo. Quería ser Dylan. Y no fue fácil. Practicó durante “diez mil horas”, fueron cinco años y medio del proceso, con pausas.
Tenía que ser así, dice ‘Timmy’. Eso lo aprendió de John Patrick Shanley cuando hacían la obra de Broadway: Prodigal Son: “Shanley podía estar trabajando conmigo durante 30 minutos sobre una sola línea, deconstruyéndola desde las cinco y media hasta las seis de la tarde con sus cejas fruncidas, y luego, a las seis, puntual, estaba yéndose a su casa. Para él era igual de importante poder desconectarse al final de la jornada”. Siguiendo dicho método, Timothée aprendió más canciones de las que están en la película, incluso algunas que no eran de esa época.

Ni cantar ni bailar, nada fue sencillo para este chico de 1,78 metros de altura y 68 kilos de peso, que tuvo que ejercitar músculos nuevos para lograrlo. Inspirado en Joaquín Phoenix, cuando habló de su motivación en Johnny & June: requirió de dosis de pasión y locura, “son las cosas grandiosas que te sacan fuera de tu zona de confort”.
Chalamet aplaude, a su vez, la guía de James Mangold, para él hizo un trabajo excelente con esta película, “porque sin una tragedia personal o los significantes más comunes del cine, existe el potencial de que contar la historia de alguien cuya carrera se disparó rápidamente, carezca de dramatismo”.
No duda en admitir que esta es una película coral, en la cual comparte set con Edward Norton, Elle Fanning, Mónica Barbaro, Boyd Holbrook y Scoot McNairy: “Todos estamos haciendo nuestro propio camino, pero afectamos a quienes nos rodean y ellos nos afectan a nosotros, y esta historia está presente en los personajes que Jim decidió incluir. Bob estaba en estas relaciones fascinantes que tenían un impacto sobre quienes lo rodeaban. Lo que Bob significaba para Sylvie o para Joan o Pete Seeger y lo que ellos significaban para él, era diferente para cada uno. Es la historia del Greenwich Village en esa época”.
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