cultura
La chef colombiana Leo Espinosa conquista un nuevo premio mundial; ¿de qué se trata?
En Gran Canaria, España, la chef colombiana Leonor Espinosa recibió el Premio Terrae 2025, por la preservación de las tradiciones culinarias y su labor a través de FunLeo.

La chef cartagenera Leonor Espinosa acaba de sumar un galardón a sus reconocimientos, esta vez por su impacto en la gastronomía rural y social. Se trata del Premio Terrae 2025, el cual le entregaron en medio del Foro Internacional de Gastronomía Rural que se realizó en Gran Canaria (España).
El Terrae, que ha reconocido anteriormente a figuras influyentes como el peruano Gastón Acurio, embajador de la gastronomía de su país, este año destaca el compromiso de Leo, como es conocida, con la preservación de las tradiciones culinarias, su trabajo al frente de los fogones y su valiosa labor a través de su fundación FunLeo, la cual reivindica a las comunidades indígenas y sus saberes gastronómicos.
El evento, celebrado en el Teatro Municipal de Agüimes (Gran Canaria), reunió a más de 50 chefs con estrechos lazos con el mundo rural, incluidos grandes nombres con estrella Michelin, junto a productores locales y expertos del sector.

Durante su intervención al recibir el galardón, Espinosa resaltó la importancia del contacto directo con los productos y los recursos naturales, afirmando que “el futuro de la gastronomía estará marcado por la tecnología, pero su esencia permanecerá en la conexión con lo rural”.
Asimismo, destacó el papel fundamental de la colaboración entre la cocina y el sector primario, uno de los pilares del foro Terrae.
La chef cartagenera es la líder de LEO, su restaurante ubicado en Bogotá y considerado uno de los mejores del país y del mundo.
Allí ofrece un menú basado en las diferentes tradiciones culturales de comunidades colombianas. Es una experiencia de ocho o trece pasos que reflejan los sabores de las diferentes regiones del país.
Su restaurante se nutre de ingredientes provenientes de comunidades vulnerables, incluyendo pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos, generando una cadena de valor que impacta social y económicamente en sus regiones.
El Terrae se suma a la lista de premios de la cartagenera, quien en el año 2022 fue catalogada como la mejor chef femenina del mundo por The World’s 50 Best, uno de los rankings de gastronomía más destacados a escala internacional.
Asimismo, recibió el galardón Basque Culinary World Prize por su trabajo a favor de los indígenas y la biodiversidad, que otorga el Gobierno Vasco, en colaboración con el Basque Culinary Center, en San Sebastián.
En 2024, la experta también recibió el Sferic Award, uno de los premios más importantes del gremio gastronómico, y se convirtió en la primera latinoamericana en obtener dicho reconocimiento, gracias a la biodiversidad y la innovación aplicadas en su trabajo.

Leo continúa al frente de la innovación en su restaurante, donde ha forjado una cocina distintiva, única y profunda, al mismo tiempo que busca utilizar la gastronomía como herramienta de desarrollo socioeconómico.
En su discurso en Agüimes, Espinosa también habló de la importancia de la biocultura, su propuesta, que significa “las memorias, los usos. Narramos nuevas historias de lo que puede ser la cocina colombiana, más allá del recetario tradicional. Tanto la parte líquida como la sólida, están sustentadas en los ecosistemas y en los ingredientes. Nos preocupamos de cómo generar un impacto positivo con las comunidades que lo habitan. Y esas comunidades, a la vez, generan un impacto positivo con el ecosistema, es decir, con el entorno natural”.
En su cocina, utiliza ingredientes locales como el romero, la manzana o el canelo de Páramo, pero no “el romero del Mediterráneo, sino uno muy especial, y la manzanita de páramo. El canelo de páramo es una hoja que nos da un toque picante. No solamente del páramo tenemos ingredientes, sino del Piedemonte, como el cacay, el sacha-inchi, o la pimienta verde del Piedemonte amazónico, o algunas frutas”.
Hablar de una sola fruta es impensable. “En Colombia hay muchas variedades de fruta, algunos tipos de teobromas y de frutas que no son conocidas, sino que pertenecen al ecosistema de selva que compartimos con otros países de Latinoamérica”.
Leo exalta la biodiversidad que reina en la gastronomía colombiana y permite diversos usos y cita el macambo, “uno de los hermanos de la familia del cacao que tenemos en el país, y hay tres muy importantes que se dan y que los usamos ya, que eran casi de uso indígena y ahora los usamos cocineros de Latinoamérica que trabajamos con el patrimonio amazónico”.
Admite que la cocina colombiana aún no circula en plataformas internacionales y que la que se conoce fuera del país es: “Tal vez una cocina colombiana de migrantes que van, sobre todo del centro del país, lo que nosotros llamamos paisas (Antioquia), que viajan con su comida, con los frijoles, con la arepita, y esa es la cocina que se muestra ante el mundo, una cocina mucho más popular. No tenemos grandes plataformas, como puede suceder con la cocina mexicana y la peruana”.
Esto se debe a que es “una cocina que apenas está transitando. Aunque se va a convertir en una cocina reconocida ante el mundo y eso va a generar mucha más demanda, como en todas las cocinas latinoamericanas”.
En datos
Luego de haber trabajado como ejecutiva de publicidad hasta los 35 años, la chef Leonor Espinosa cuenta que creció rodeada de una cantidad de señoras cocineras que trabajaban con su abuela alrededor de un fogón donde cada una contaba su historia.
“Tanto en la casa como en las fincas había un ejército de personas que trabajaban y que había que darles de comer, no solamente era la familia, sino todos los que trabajaban, que generalmente ella los hacía parte de la familia”, cuenta.
“La alta cocina es una cocina que pertenece a narrativas masculinas, pero cuando las cocinas se descentralizan y se vuelven más rurales, seguramente la participación de la mujer va a ser mayor”, dice Leo.
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