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Esto es lo que le pasa al cerebro cuando pospone su despertador según la ciencia
Conozca los motivos por los que no debería posponer la alarma para dormir un poco más.
Posponer el despertador puede parecer tentador cuando la alarma arranca de las personas el sueño en la mañana. Sin embargo, la ciencia ha estado investigando cómo esta acción aparentemente inofensiva puede afectar el cerebro y la salud en general. En este artículo, podrá explorar los efectos que tiene en el cerebro, el hecho de posponer el despertador, y cómo esto puede influir en el día a día.
El acto de posponer el despertador: un hábito común
Posponer el despertador, también conocido como ‘snooze’, es un hábito común en muchas personas. El sonido de la alarma puede ser tan desagradable que la tentación de robar unos minutos adicionales de sueño es casi irresistible. Sin embargo, lo que quizás no es claro para las personas es cómo esta acción puede influir en el cerebro y en la rutina matutina.
La ciencia ha demostrado que posponer el despertador puede tener un impacto negativo en la fase de sueño. Cuando se establecen múltiples alarmas para dormir un poco más, el cerebro se ve interrumpido en su proceso natural de pasar por las diferentes etapas de sueño. En lugar de completar un ciclo completo y despertar en una fase de sueño más ligera, se interrumpe el ciclo, lo que puede llevar a que las personas se sientan más cansadas y aturdidas al levantarse.
El efecto de la inercia del sueño
Cuando se pospone el despertador para volver a dormir, el cerebro de la persona entra en un estado de inercia del sueño. Esto significa que se vuelve a entrar en una fase de sueño más profunda de la que estaba cuando sonó la alarma inicial. Cuando finalmente la persona se levante, es como si estuviera despertando desde un sueño más profundo, lo que puede generar sensaciones de confusión y somnolencia.
El ritmo circadiano, también conocido como reloj biológico, es responsable de regular los patrones de sueño y vigilia. Al posponer el despertador y alterar así la rutina de sueño, se puede confundir al ritmo circadiano. Esto puede llevar a una desincronización entre el reloj biológico y las actividades diarias, lo que a su vez puede afectar la calidad de sueño y el estado de ánimo.
Aunque posponer el despertador puede parecer una forma de ganar unos minutos adicionales de sueño, puede tener el efecto contrario en el estado de alerta y en el despertar. Cuando usted se levante después de posponer el despertador varias veces, es más probable que experimente una sensación de ‘despertar groggy’. Esto se debe a que ha interrumpido el proceso de despertar natural del cuerpo y del cerebro.
Consejos para una mejor rutina matutina
Si desea evitar los efectos negativos de posponer el despertador, es importante considerar una rutina matutina más saludable. En lugar de depender del “snooze”, puede probar con establecer una alarma a la hora en que realmente necesitamos levantarse. También es recomendable mantener un horario de sueño regular para que su cuerpo y cerebro se acostumbren a una rutina consistente.
En resumen, posponer el despertador puede ser tentador, pero es crucial entender los efectos que esto tiene en su cerebro y en su salud en general. Al comprender cómo la interrupción de su ciclo de sueño puede influir en su energía, estado de ánimo y rendimiento diario, podrá tomar decisiones más informadas para mantener así una rutina matutina saludable. Escuchar las señales de su cuerpo y respetar el ritmo circadiano puede llevar a un despertar más fresco, alerta y productivo.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.