Educación
El difícil panorama de las mujeres ‘trans’ en Cali
Estudio realizado por la Universidad del Valle reveló que 6 de cada 10 mujeres transexuales están desempleadas, 3 no tienen seguro médico y solo una recibe atención especializada para su transición de género.
Cerca del 64 % de las mujeres ‘trans’ en Cali están desempleadas y un 54 % viven en estratos 1 y 2. Muchas de ellas se sienten vulnerables al acoso, la violencia y la discriminación. 6 de cada 10 mujeres transexuales en la ciudad han sido víctimas de discriminación tanto verbal como física.
Estos son algunos de los resultados que arrojó el estudio ‘Vulnerabilidad social y salud en mujeres ‘trans’, Cali – 2021′, realizado por el grupo de investigación Condiciones de Vida y Salud, adscrito a la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle.
La investigación contó con el liderazgo de Constanza Díaz Grajales, profesora de la Escuela de Salud Pública, con maestría en Salud Pública, especialista en gestión aplicada a los servicios de salud y directora del Grupo de Investigación Condiciones de Vida y Salud. A su lado, Nicolás Ortiz Ruiz, profesor de la Escuela de Salud Pública, con maestría en Salud Pública, Sociología y un doctorado en Salud Colectiva. También participaron otros investigadores del grupo de investigación Condiciones de Vida y Salud.
La investigación nace por la inquietud y necesidad de analizar la mirada y las formas de respuesta social e institucional hacia aquellos grupos con mayor desventaja o vulnerabilidad social. “Esta investigación permite que la comunidad científica y el público general entienda las relaciones existentes entre las condiciones de vida y la salud de las comunidades y en especial de los grupos que experimentan mayores niveles de vulnerabilidad social”, explicó la líder de la investigación, Constanza Díaz.
El estudio analizó distintas dimensiones: biológica, cultural, psicosocial, socioeconómica, ambiente y entorno. A lo largo de la investigación y con la participación de mujeres desde los 19 años hasta los 56 años, se aplicaron 165 encuestas, 11 entrevistas individuales, se llevaron a cabo 2 reuniones colectivas y se contó con la presencia de la lideresa social ‘trans’ Sara Michel.
De acuerdo con la directora de la investigación, Constanza Díaz, se han logrado mejoras en la atención de las mujeres ‘trans’ por parte de los servicios de salud, al igual que en la calidad de estos, pero todavía hay prácticas de discriminación y falta de oportunidad. “Hay condiciones que ponen a las mujeres ‘trans’ en una situación desfavorable de vida. No a todas, pero sí a muchas. En el país se estima que el 96 % de la población está afiliada al sistema de salud y nos encontramos que casi un 30% de las mujeres encuestadas no tenían seguridad social, lo cual es una barrera para acceder a los servicios de salud para ellas”, aseguró la especialista en Salud Pública.
Verónica Ramírez*, de 26 años, es una de las chicas ‘trans’ que participó en la investigación y manifestó que “el porcentaje de mujeres que accedemos, tampoco la pasa fácil. En algunas ocasiones los plazos de las citas son muy distanciados. Yo tengo una prima que tiene una amiga ‘trans’ y ella se automedicó hormonalmente y le dio un derrame. Muchas mujeres se automedican y corren el riesgo de tener una enfermedad o una situación crítica”.
Evidenció además el estudio que el 35 % de las mujeres ‘trans’ consultaron las farmacias por problemas de salud y casi todas toman hormonas para transformar su cuerpo siendo orientadas por sus amigas que ya han vivido el proceso. 3 de cada 10 no tiene seguro médico y solo una recibe atención especializada para su proceso de transición.
De acuerdo con el profesor Nicolás Ortiz, existe el prejuicio de que toda mujer ‘trans’ es portadora de VIH y eso no es cierto. “No todas las mujeres ‘trans’ son portadoras. Hay una incidencia importante y precisamente, las que se encuentran sin seguridad social son las que tienen más dificultades para acceder a los tratamientos”. Según la investigación, el 12,1 % de las mujeres ‘trans’ es portadora del VIH.
En cuanto al consumo de sustancias psicoactivas, no todas lo hacen, pero sí hay un número importante de ellas que tienen esta práctica. Se estima que 7 de cada 10 consume marihuana, 6 de cada 10, alcohol, y 4 de cada 10 perico/cocaína, entre otras sustancias.
Discriminación: una realidad
La investigación también arrojó que 6 de cada 10 mujeres ‘trans’ en la ciudad, han sido víctimas de discriminación, tanto verbal como física. “Una discriminación que viven a diario desde los servicios de salud es que son tratadas desde su nombre original. Por más que la persona que la atienda observe una figura femenina, la llaman por su nombre masculino y pareciera que quisieran hacer evidente ese desconocimiento de su identidad”, expresó el profesor de la Escuela de Salud Pública, Nicolás Ortiz, quien además, añadió que las trabajadoras sexuales también son discriminadas por parte de la Policía.
“Yo fui maltratada por los policías. A veces me tocaba correr porque me tiraban agua o me llevaban al calabozo. Es más, me dieron hasta bolillo solo por estar parada en una esquina, sabiendo que la prostitución es legal en Colombia. Ahora las cosas han cambiado; por lo menos el policía que se atreva a hacerlo, sabe lo que le puede venir encima”, declaró Violeta Norato, de 42 años, quien también fue una de las chicas que participó en la investigación.
En cuanto a la seguridad, 3 de cada 10 mujeres encuestadas perciben que el lugar donde viven es muy inseguro. En el trabajo, siempre y cuando no sea en la calle, se sienten seguras simplemente porque son reconocidas, pero fuera de la comunidad se sienten vulnerables al acoso, la violencia y la discriminación. Además, en el ejercicio de la prostitución callejera no reciben ningún apoyo ni garantías para cumplir acuerdos mínimos con los clientes.
Según otros estudios y reportes estadísticos que analizaron los investigadores, hay una alta proporción de asesinatos de población diversa que se concentran en las mujeres ‘trans’. “Podríamos llamarlos feminicidios atribuidos a la condición. Adicionalmente, la esperanza de vida de las mujeres ‘trans’, reportada en otros estudios es muy baja, se ha definido entre 37 a 41 años, señaló la directora del Grupo de Investigación Condiciones de Vida y Salud, Constanza Díaz.
Tal es el caso de Shaina Vanessa Pretel Gómez, una mujer ‘trans’ de 28 años de edad que era conocida en la comunidad como una activista LGBTIQ+ y fue asesinada el pasado 26 de febrero cerca de las 4:38 a.m. Shaina resultó herida con arma de fuego en el barrio El Poblado II, en el oriente de la ciudad de Cali. Pese a que fue trasladada al Hospital Carlos Holmes Trujillo inmediatamente, falleció en el centro asistencial por la gravedad de las heridas. El presunto homicida de Shaina fue identificado como Brayan Andrés Gutiérrez, y fue enviado a la cárcel para que responda ante la justicia privado de la libertad.
Desde la cuenta oficial de Seguridad y Justicia, el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, Daniel Gualdrón dijo que “las indagaciones determinaron que fue un hecho lamentable de intolerancia”.
De acuerdo con el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, con esta muerte violenta ya son 19 líderes asesinados en lo corrido del año en Colombia. Shaina Vanessa es la única caleña y pertenecía a la Comunidad LGBTIQ+.
El estigma laboral que deben afrontar
Otro de los hallazgos de la investigación es la condena a ciertos trabajos que realizan las mujeres ‘trans’. “Parece como si socialmente estuviera impuesto que los trabajos de las mujeres ‘trans’ sean de trabajadoras sexuales y peluqueras”, expresó el especialista Ortiz. De acuerdo con el estudio, cerca del 64 % de las mujeres ‘trans’ se encuentra sin empleo, el 60% tiene nivel educativo de secundaria y el 22 % técnico superior. Según la profesora Constanza Díaz, muchas de las mujeres ‘trans’ que logran acceder a la educación superior, al final desertan “porque la discriminación hacia ellas es tan fuerte que prefieren salirse”.
Las mujeres ‘trans’ recalcan que desde el Estado y las empresas privadas no existen iniciativas o programas de inserción laboral, pese a que algunas de ellas cuentan con educación formal y experiencia profesional certificada. “Nosotras lo que queremos es la posibilidad de poder trabajar sin tener que estar encasilladas en la ‘puta’ o la peluquera, no hay ningún problema con que algunas trabajen en eso, pero también podemos ser camareras, aseadoras, recepcionistas o contadoras”, manifestó Violeta Norato.
De acuerdo con la profesora Constanza Díaz, las mujeres que contaron su experiencia buscando trabajo, manifestaron que en algunas ocasiones debían ‘disfrazarse’. “Decían que si se presentaban como mujeres ‘trans’ no las llamaban, pero que sí lo hacían como hombres, sí. Recuerdo que una de ellas me llamó llorando diciendo que se sentía disfrazada al irse al trabajo como un hombre”, declaró Díaz.
Es vital el apoyo de las familias
Las mujeres ‘trans’ que cuentan con el apoyo de su familia desde el comienzo son pocas, y aquellas que sí reciben apoyo tienen mejor desarrollo en su vida afectiva, económica y formativa. “Muchas familias suelen juzgar a las mujeres ‘trans’ porque no estamos bien vistas ante los ojos de Dios, pero yo profeso la religión cristiana y en mi familia tenemos un concepto diferente. Para nosotros Jesucristo vino a salvar almas, por consiguiente, lo que pase con mi cuerpo no es lo importante”, sostuvo Verónica Ramírez.
“Cuando les preguntamos a las chicas si se sentían satisfechas con la vida nos dimos cuenta de que había una necesidad en el plano afectivo. Lo cual es paradójico, porque quien se supone que te ama, te juzga y te maltrata; La Policía que debe protegerte, te violenta; el Estado debe asegurar tus derechos y te niega servicios”, dijo el profesor Nicolás Ortiz.
Por consiguiente, lo que esperan las mujeres ‘trans’ de la sociedad en general para lograr una inclusión social y reducción de la vulnerabilidad es tolerancia. “Lo que más le falta a la sociedad es tolerancia, eso abarca todo: respeto, religión, género y raza. Si no educamos a la sociedad para que tenga una mayor tolerancia a lo diferente no llegaremos a ninguna parte”, declaró Verónica Ramírez.
En relación con la vinculación a organizaciones de defensa de las mujeres ‘trans’, los investigadores descubrieron que la mayoría de mujeres no participan porque se sienten excluidas. “Yo no participo en eso porque aparte de que hay mucha rivalidad y discriminación, también hay rosca. Te piden ciertos cursos, si no eres bachiller no puedes hacer ciertas cosas, si no te ves tan femenina como las otras, te juzgan”, declaró Violeta Norato. Según el estudio, 6 de cada 10 se han sentido excluidas de espacios de participación ciudadana.
Entre los aspectos positivos encontrados a lo largo del estudio, se resaltó la importancia del trabajo que viene realizando el movimiento LGTBIQ+ en la construcción de organizaciones de género por medio de las cuales las mujeres ‘trans’ encontraron redes de apoyo y grupos de ayuda mutua e invitaron a otras mujeres ‘trans’ de la ciudad a una participación más activa.
Tanto el grupo de investigación como las mujeres ‘trans’ involucradas en el proyecto hacen un llamado a la sociedad a eliminar el estigma y la discriminación y a las autoridades de los sectores sociales y económicos a crear programas eficientes y efectivos de inclusión social, que generen oportunidades de empleo y garanticen sus derechos y la calidad de la atención en los servicios de salud.