¿En qué se gasta la plata el Gobierno Nacional?; analistas desglosan el presupuesto

La situación de las finanzas públicas es compleja. Así lo ha reconocido el ministro de Hacienda, Germán Ávila Plaza, durante la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, en el cual se proyecta que el déficit total del Gobierno Nacional Central, GNC, podría llegar al 7,1 % del PIB este año.

Este resultado representa un aumento de 0,4 puntos porcentuales (pp )frente al 2024 y 2 pp frente a la actualización del Plan Financiero de 2025.

Dijo también que “muchos gobiernos han desplegado esfuerzos recurrentes para mejorar los ingresos, pero también se han trasladado presiones de gasto a este Gobierno, como los subsidios a los combustibles fósiles, energía y gas, o las presiones de caja de la Línea de Crédito Flexible”.

Sin embargo, reconoció que “la insuficiencia en los esfuerzos de ingresos ha generado una presión estructural sobre las cuentas fiscales, comprometiendo la sostenibilidad y amenazando la estabilidad macroeconómica”.

“O se compromete el cumplimiento de la regla fiscal o se restringe al extremo las capacidades del Estado para cumplir sus funciones de estabilización de la economía, de asignación de bienes y servicios sociales, y de redistribución del ingreso”, dijo.

Es por ello que, en aras de cumplir con las metas planteadas en el Plan de Desarrollo y seguir honrando la deuda, el Gobierno suspendió por tres años la regla fiscal al recurrir a la cláusula de escape, un mecanismo creado durante la administración de Iván Duque, pero que solo aplica en casos excepcionales, como por ejemplo, la pandemia de 2020.

Aun así, en la actualización del Plan Financiero se proyecta un aumento de gasto primario en 2025 de $ 20 billones y un menor ingreso por $ 18 billones.

Algunos analistas han alertado sobre el gasto excesivo del actual Gobierno, que podría llevar al país a una inestabilidad fiscal sin precedentes.

Pero, ¿en qué se gasta la plata el Gobierno Nacional?

Fedesarrollo realizó hace unos días un análisis sobre la evolución del gasto primario que se refiere al gasto total sin el pago de intereses, para tratar de entender cómo se han comportado los desembolsos en funcionamiento e inversión en los últimos años.

Según Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de ese centro de investigación, en el 2025 el gasto primario será cercano a los $ 332 billones, advirtiendo que, si se hubiera seguido la tendencia observada desde antes de la pandemia, el gasto primario sería de $ 261 billones.

“Lo que dice el ejercicio que hicimos desde Fedesarrollo es que el gasto primario hoy está en $ 71 billones por encima de lo que habría sido si se hubiera mantenido el crecimiento del gasto primario observado antes de la pandemia. Entonces ese es el tamaño del problema”, siguió.

Para Mejía, hay cuatro rubros que explican la totalidad de ese exceso de gasto. “Estamos hablando de $ 68 billones explicados por cuatro elementos sobre $ 71 billones de gasto en exceso frente a lo que se observó en la prepandemia”, reiteró.

En su orden de importancia son: el gasto en salud, que hoy día está $ 28 billones por encima de lo que habría sido con la tendencia en prepandemia.

Así mismo, el gasto de las transferencias a través del Sistema General de Participaciones, SGP, que está $ 15 billones por encima; el gasto de pensiones, que está $ 14 billones por encima y el gasto del Fondo de Estabilización de Precio de los Combustibles, que se encuentra $ 11 billones por encima.

“Dados esos elementos, pues naturalmente las soluciones a los ajustes por el gasto tienen que provenir de algunos de estos factores”, sostuvo.

Respecto al Sistema General de Participaciones, subrayó que la reforma a este planteó un aumento de las transferencias a las regiones, lo que ya es un elemento que ha presionado al alza el gasto público.

Por lo tanto, según Mejía, “hay que aprovechar la ley de competencias que se tendrá que discutir en próximos meses para poder hacer una revisión profunda de estas transferencias”.

Pero también mejorar la eficiencia del gasto en educación, en salud, agua potable y saneamiento básico y evitar que esto presione aún más el déficit fiscal, enfatizó.

Del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, destacó que al año está costando entre $ 10 y $11 billones por el subsidio al combustible diésel, por lo que recomendó eliminarlo de manera gradual, a través de un aumento del precio de ese combustible.

Presupuesto desbalanceado

Como se sabe, el Gobierno emitió por decreto el Presupuesto General de la Nación, el 30 de diciembre de 2024, con unas apropiaciones de $ 525,8 billones, frente a unas rentas de $ 513 billones, es decir, hay un faltante de $ 12 billones que el Minhacienda anunció será cerrado con una reforma tributaria que será presentada en el mes de julio con la que se espera recaudar $ 19 billones.

“Ahí cubrirá el faltante de financiamiento de $ 12 billones que está en el presupuesto de 2025 y tendrá unos $ 7 billones para reasignar como presupuestos adicionales, según es la intención del Gobierno Nacional de querer gastar más en este año”, explicó Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario.

Dijo también que “tenemos un gasto que viene de un alza muy grande en 2024 y que, según anuncia el Gobierno, sigue subiendo y sube por encima efectivamente del crecimiento”.

En ese sentido, recalcó que “nosotros crecimos en 1,7 % y cuando el gasto crece en el 8 % está creciendo cuatro veces más de lo que crece la economía”, afirmó.

Según el Ministerio de Hacienda, se estima que para el cierre del 2025 el nivel de endeudamiento neto de la Nación se ubique en un valor de 61,3 % del PIB, aumentando en 2 pp durante el año y manteniéndose alejado del límite de 71 %.

Pero Amorocho además llamó la atención sobre un rezago del 12 % de la ejecución presupuestal a abril de este año.

“Hay $ 525.000 billones apropiados, de los cuales $ 309 billones no se han comprometido. Por eso le digo que el presupuesto va rezagado en más del 12 % en ejecución. Y de lo que se ha comprometido, hay un dato muy interesante, los compromisos van por arriba y los pagos van muy quedados” sostuvo.

Y añadió: “Los compromisos en inversión fueron de $ 40,6 billones, lo que equivale al 48,4% de la apropiación vigente, que es de $ 84 billones y los pagos efectivos son de $ 10, 1 billones, es decir, 12,1 %. Los compromisos van en $ 40,6 billones, pero se han pagado solo el 12,1 %”.

Distribución del PGN

Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, Mfmp, más del 89% del gasto del Gobierno Nacional Central, GNC, es inflexible, es decir, que está comprometido por ley o por Constitución.

Ahora bien, ¿cuáles son los sectores que más están gastando?

De acuerdo con el Plan Financiero de Mediano Plazo son: Pensiones, Salud y Educación, que concentran más del 45 % del gasto primario.

De igual forma, el servicio de la deuda representa 29,6 % del total del Presupuesto General de la Nación, PGN.

“En 2025, el Gobierno Nacional Central proyecta un gasto total de $ 552,4 billones, de los cuales $ 438,7 billones corresponden a gasto primario, es decir, sin incluir intereses de la deuda”, señaló Julio César Alonso, profesor de Economía de la Universidad Icesi.

Este gasto se distribuye principalmente en: pensiones, $ 85,2 billones; salud, $ 70,4 billones; educación (SGP), $ 59,4 billones; funcionamiento (otros), $80,9 billones; pago de intereses de deuda, $ 113,7 billones; inversión, $ 66,2 billones; Fuerza Pública y entes de control, más de $ 20 billones, indicó Alonso.

¿Es viable un recorte en los gastos?

Según este académico, el Marco Fiscal de Mediano Plazo estima que para cumplir la regla fiscal sin activar la cláusula de escape se necesitaría un recorte de $30,2 billones en 2025, que equivale al 2,1 % del PIB.

“En el escenario de mediano plazo, el recorte tendría que ser de hasta $ 56,7 billones (4,0 % del PIB)”.

Esto no sería viable sin reformar legalmente rubros inflexibles como pensiones o transferencias, aclaró el docente.

“No obstante, entre los analistas hay un consenso de que es viable una fuerte reducción del gasto. El aumento de la nómina por prestación de servicios, así como otros rubros de viajes y eventos podrían reducirse para lograr buena parte del recorte necesario”, dijo el docente y agregó que para garantizar la sostenibilidad estructural se requieren $56,7 billones (4,0 % del PIB).

Para el profesor Alonso, la situación fiscal que atraviesa el país obedece a la falta de criterio técnico para proyectar los ingresos y aguantar los gastos acorde a la realidad de estos ingresos.

“Los dos años anteriores, el Gobierno realizó cálculos alegres, sin fundamento técnico, de los ingresos. Los analistas resaltamos que no era posible lograr esas metas de ingresos y no obstante todas las advertencias, se continuó proyectando ingresos muy altos que no se materializaron. Esto se acompañó de un gasto muy alto que acrecentó el problema fiscal del país”.

Las finanzas nacionales requieren de una profunda reestructuración tanto por el lado del gasto como por la modernización y racionalización de la estructura tributaria, pero “este Gobierno no tiene ni la voluntad política del cambio requerido ni el capital político para realizarlo en un año preelectoral”, puntualizó Alonso.

Para Álvaro Pío Gómez, investigador del Instituto de Prospectiva de la Universidad del Valle, y docente de esta alma máter, la alarma en este caso no solo viene por lo que los analistas externos al Gobierno puedan proyectar, sino “porque observamos que el propio Gobierno se puso unas metas para el manejo de las finanzas públicas y no las ha podido cumplir”.

El presidente Gustavo Petro había proyectado que iba a tener un déficit en el primer trimestre de este año 2025 de 0,2 puntos del PIB, y la realidad es que se subió a 2 % del PIB.

“Por eso es que el Comité de la Regla Fiscal dice que si seguimos por el mismo camino vamos a tener al final de año el déficit más alto de los últimos 20 años, porque ya lo es, en este trimestre, comparado con los de los años anteriores”.