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Luis Felipe Uribe alegra a Colombia en París 2024: destacada actuación en clavados de 3 metros
El colombiano cerró su participación en los Juegos Olímpicos con varios elogios encima.
Luis Felipe Uribe se despidió de París 2024, luego de una destacada participación en la gran final de clavados (trampolín de 3 metros). El deportista colombiano ocupó la sexta casilla con un puntaje total de 421.85 luego de seis saltos. Esto le valió para quedarse con diploma olímpico.
La primera salida no fue la esperada para Uribe, pues obtuvo un puntaje de 49.30 que lo dejó en la última casilla (12). Sin embargo, en la segunda se repuso del mal arranque e hizo 71.40 que, aunque lo seguía dejando último, significó el inicio de la recuperación.
En la tercera salida vino un gran golpe de autoridad por parte del deportista nacional. Su salto le permitió hacerse con un puntaje de 79.95, traducido en remontar hasta la séptima casilla del acumulado total.
La cuarta ronda significó la permanencia de Luis Felipe en el séptimo lugar, mientras que la quinta lo dejó en la octava casilla. Así, llegaba a su último salto con un promedio de 344.85, en busca de mejorar la posición y pelear por un mejor puesto en la tabla final.
Ya en la sexta ronda, el colombiano obtuvo un puntaje de 77.00 que le alcanzó para sumar un promedio total de 421.85 puntos. Esto le permitió ocupar el puesto 6 en el acumulado definitivo de la gran final.
“A Luis Felipe le aterraba el agua”
Así reseñó Andrés Camilo Beltrán, CM del Comité Olímpico Colombiano (COC), la historia del clavadista nacional. En sí, Luis Felipe es hijo de don Luis Alberto, quien trabajaba como ayudante para la liga de natación de Risaralda, y Mercedes Bermúdez, administradora de la cafetería del complejo deportivo. Además, es hermano de Viviana Andrea Uribe, también clavadista.
“Para Luis Felipe la historia fue otra, a él le aterraba el agua. Su miedo era tal, que cuando su padre lo mandaba a practicar natación prefería convencer a los entrenadores para que no le contaran a su padre de la inasistencia a la clase, pero un día en el que se estaba escondiendo vio entrenando saltos a su hermana y algo se le encendió por dentro, sus ojos se iluminaron, vio que era una disciplina totalmente distinta en la cual no tenía que nadar, únicamente saltar”, reseña la página web del COC.