BOLOS
Deporte sin Límites: Gracias a los bolos, Stiven Santander mira la vida de otra forma
Este caleño quedó ciego cuando recibió un disparo en la cabeza. Ahora es figura de los bolos y sueña con ganar el oro en los Juegos Paranacionales.
“No pude volver a ver porque atravesé una frontera invisible, recibí tres impactos de bala y uno de ellos me afectó la visión”.
Ese trágico hecho cambió la vida para siempre de Stiven Santander Zúñiga, un caleño que hace diez años sufrió un atentado en un sector del norte de Santiago de Cali.
Transcurría el año 2012, Stiven llevaba la vida normal de un joven de 20 años y un día tomó tal vez la peor decisión. Se atrevió a cruzar una de las mal llamadas ‘fronteras invisibles’, término que se usa para referirse aquellos sitios donde grupos ilegales se adueñan de sus territorios.
Relata el propio Stiven que era un lunes, en las horas de la mañana, cuando decidió pasar del barrio Floralia a San Luis II y fue sorprendido por hombres armados que le propinaron tres disparos.
“Lo que recuerdo es que ese día ingresé al barrio San Luis II y cuando iba saliendo de ese sector sentí en mi humanidad los tres impactos de bala. Recibí uno en la cabeza, el cual me afectó la vista, otro en el abdomen y uno en la pierna izquierda”, comenta.
Este fenómeno violento de los ‘límites’ ha cobrado muchas víctimas en la capital del Valle; sin embargo, y para fortuna de Stiven, allí no encontró la muerte, sino que desde ese instante le tocaría asumir su vida de una forma distinta.
“Alcancé a correr varios metros con los impactos en mi cuerpo. Caí al piso arrodillado y en ese momento comencé a solicitar auxilio y la ayuda más importante que pedí fue la de Dios para que no me dejara morir”, confiesa Stiven.
Tras quedar inconsciente, Stiven recibió unos días después la noticia más dura estando acostado en una cama de una UCI de hospital de Cali.
“Cuatro días después me desperté y pensaba que en el cuarto del hospital donde estaba internado no había luz. Transcurrieron un par de días más cuando mi hermana mayor fue la encargada de decirme que no volvería a ver. Mi reacción en ese instante fue romper en llanto, pero el apoyo que recibí de mi familia fue fundamental para seguir adelante”, expone Santander Zúñiga.
El proceso de adaptación de una persona que pierde totalmente la visión es sin duda un trauma grande que requiere de fortaleza mental y disciplina para continuar luchando.
Eso mismo le sucedió a Stiven, que debió afrontar un nuevo estilo de vida.
“El cambio fue total. Es como si volvieras a nacer. Es explorar un nuevo mundo sin poder ver. Te surgen dudas de la forma en la que voy a comenzar a ubicarme, cómo voy a estudiar o qué actividades puedo desarrollar. En su momento no tuve un horizonte claro”, agrega.
Debió pasar un año largo para que Stiven comenzara a conocer las herramientas para personas ciegas o con baja visión, que les ayuda a tener una vida funcional.
Por recomendación de una persona cercana llegó a la Sala Hellen Keller de la Biblioteca Departamental del Valle, donde aprendió actividades que le han ayudado para realizar ejercicios de orientación en la calle, quehaceres de la casa y actividades académicas.
“Comencé ese proceso porque no quería solo ser un ciego con un bastón, sino porque me daba pena del qué dirán. Duré seis meses y la ayuda de la sicóloga fue indispensable porque me liberó esas dudas de mi mente”, explica Stiven.
Los bolos cambiaron su vida
En el año 2016, y por sugerencia de un profesor también invidente que daba clases en la Biblioteca Departamental, Stiven conoció el mundo de los deportes para personas en situación de discapacidad y en especial para personas sin visión.
“Llegó una convocatoria de la Liga Vallecaucana para Limitados Visuales y me incliné por los bolos. Mi padre durante un tiempo trabajó en Bolerama, una de las boleras tradiciones de Cali, y eso me influyó para practicar esta disciplina”, agregó.
Stiven llegó hace seis años a los bolos y su proceso ha ido creciendo con el paso de los años.
Ya ha representado al Valle en los Juegos Paranacionales que se realizaron en 2019 en Cartagena y actualmente se alista para estar en las justas del Eje Cafetero que se desarrollarán en diciembre de este año.
“El bolo visual se divide en tres categorías. Stiven es un deportista que pertenece a la B1, donde se reúne a los atletas que no ven absolutamente nada. Él ha tenido una evolución muy importante en los bolos. A nivel nacional es uno de los bolicheros de menor edad en su categoría. Ya cumple con las marcas requeridas para eventos nacionales y cada vez se acerca a puestos de podio. Hoy en día está entre el quinto y sexto puesto del ranking en Colombia”, comentó José Luis Escobar, entrenador de la Liga de Bolos del Valle.
Su amor por los bolos ha llevado a este caleño a ser disciplinado en sus entrenos. Todos los días baja desde el barrio Siloé, donde vive ahora junto a su esposa e hijastra, hasta la bolera mundialista donde sigue forjando sus sueños deportivos.
“Estamos trabajando para llegar bien a los Juegos Paranacionales, donde aspiramos a ganar esa anhelada medalla que sería un gran logro para mi departamento, para mi familia y para mi vida”, explica.
Las jornadas de entrenamiento para Stiven requieren de sesiones con personal interdisciplinario apoyadas por Indervalle, que comprenden ejercicios físicos. Posteriormente, Stiven va a la pista de la bolera, donde se busca mejorar su técnica.
“Para entrenar atletas con la discapacidad de Stiven hay que buscar que mejoren en su concentración y coordinación en sus movimientos. Ellos tienen una ayuda que le llamamos guía, que se instala en la cabecera de la pista y que le sirve para apoyarse al momento de soltar la bola”, explica su entrenador.
Stiven es consciente que debe crecer profesionalmente en los bolos y de paso ser un deportista apoyado, algo que pretende para mejorar su economía.
“Los bolos se han convertido en una pasión para mí. Me han servido para tener un nuevo estilo de vida. Así tenga altibajos o no me vaya bien, siempre vengo a entrenar con mucho amor para poder algún día ganar esa medalla de oro y ser campeón nacional”, asegura con tono emocionado y motivado por lo que ha sido su proceso deportivo en los últimos años con la ayuda de profesionales.
Un ‘dulce’ emprendimiento
Stiven proviene de un hogar humilde donde las carencias económicas están a la luz del día.
Por ello, hace un tiempo decidió comenzar un emprendimiento junto a su madre y su esposa.
Ellos elaboran postres al igual que arroz con leche que venden en los distintos escenarios de la capital vallecaucana y cuando hay eventos deportivos en Cali.
Ya es normal ver a Stiven salir de su casa por las empinadas calles del barrio Siloé, guiado por su bastón y cargando su nevera de icopor donde lleva cerca de 50 pedidos diarios que son vendidos entre otros atletas, amigos y visitantes de los sitios donde todos los días se realiza actividad deportiva.
“Este emprendimiento me ha dado la oportunidad de emplearme de una manera autónoma y generar ingresos para aportar en el sostenimiento de mi familia. Mi madre hace los postres y mi esposa hace el arroz con leche. Se trata de hacerlos dos veces por semana”, explica el atleta.
Este deportista guerrero y soñador afirma que las limitaciones pasan más por lo mental que lo físico.
Su familia asegura que es independiente en sus actividades. Nicolle Gómez, su hijastra y también bolichera, es su principal admiradora. “El es una persona muy juiciosa en la casa. No necesita la ayuda de nadie para llevar su vida. Es sin duda todo un guerrero”.
Deportivo Cali, su otra pasión
Hincha confeso del Cali, Stiven no se pierde un partido del elenco verdiblanco cuando juega en Palmaseca.
Es asiduo asistente a la tribuna sur, donde le gusta vivir la emoción junto a la barra popular.
“La gente me dice que para qué voy al estadio si no puedo ver los partidos. Yo les digo que la pasión por el Cali no tiene límites. Para saber los detalles del partido, mi esposa, cuando va, o los amigos, me relatan el juego. Otra veces llevo un radio para seguir los detalles de mi equipo amado”, concluye Stiven.
Datos
Stiven Santander se alista para competir ahora en el mes de abril en un preclasificatorio a Juegos Paranacionales.
La disciplina del bowling se efectuará del 4 al 10 de diciembre de este año en la bolera Comfamiliar de Pereira.
En los pasados Juegos Paranacionales, el Valle fue campeón con 138 medallas doradas.
En bolos, Valle ganó dos preseas doradas, una de plata y una de bronce. Fue cuarto.