Masacre en Putumayo: asesinaron a tiros a cuatro personas en Mocoa

Las autoridades investigan un nuevo hecho violento presentado en las últimas horas en Mocoa, Putumayo, donde se reportó en la noche de este 25 de agosto la masacre de cuatro personas que fueron ultimadas con arma de fuego sin mediar palabras por desconocidos.

Según reportes preliminares de las autoridades los hechos se presentaron sobre las 9:00 p.m. en zona boscosa del antiguo barrio San Fernando donde al parecer estas personas se encontraban consumiendo sustancias alucinógenas.

Hasta el momento las autoridades se enfocan en determinar la relación de lo ocurrido con las víctimas, a quienes también tratan de identificar, pero todo apunta, según el reporte oficial, que el hecho violento estaría relacionado con la venta y consumo de drogas en esta zona de la capital de Putumayo.

Esta situación se trata de la segunda masacre que se confirma en el país en menos de 48 horas luego de que el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, acompañado de altos mandos militares y de policía confirmara el asesinato de otras cuatro personas en la vereda San Pablo del municipio de Cáceres, Bajo Cauca del departamento.

Entre las víctimas se logró identificar el cuerpo de Luis Miguel Echavarría, presidente de la Asociación de Barequeros de San Pablo, Bolívar, situación que inclusive generó el pronunciamiento por parte de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.

“Nos solidarizamos con sus familias y comunidad. Se responsabiliza a las AGC de esta atrocidad, la masacre es una afrenta contra la paz”, publicó en su cuenta oficial de X (anteriormente Twitter) la entidad del Gobierno nacional.

De acuerdo con reportes entregados por organizaciones de derechos humanos en el departamento, en el caserío de la vereda la noche del pasado 23 de agosto habrían incursionado hombres armados de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia quienes a partir de amenazas obligaron al confinamiento de la población en la escula del centro poblado y trataron de restringir los servicios de comunicación telefónica y de internet.

Tropas de la Fuerza de Tarea Aquiles, adscritas a la Séptima División del Ejército Nacional, solo lograron llegar hasta el lugar de los hechos hasta la mañana del 24 de agosto para verificar lo sucedido. Según indicó el general Juan Carlo Fajardo, comandante de la Cuarta Brigada, la dificultad del terreno, intercambios de disparos que se escuchaban a kilómetros de distancia e incluso hostigamientos a la fuerza pública retrasaron las acciones de presencia y control en la zona.

Al tratarse de un asesinato múltiple, el gobernador Gaviria manifestó que en las próximas horas llegará a ese territorio proveniente de Bogotá una fiscal especializada para liderar las primeras acciones investigativas que a su vez permitan dar con el paradero de los responsables de esta nueva alteración al orden público que genera preocupación de cara a las elecciones regionales de octubre.

La Defensoría también se pronunció

La entidad del Ministerio Público fue crítica tras los sucedido en Cáceres manifestando que el hecho violento fue la consumación de un riesgo advertido en reiteradas ocasiones y desde hace varias semanas sin que la institucionalidad haya actuado diligentemente.

“La respuesta del Ministerio del Interior, lamentablemente, se redujo a ofrecer un taller de seguimiento”, señaló el defensor del pueblo, Carlos Camargo Assis, ante la Alerta Temprana 045-2020, que según reportes de la institución, lleva más de 25 oficios de consumación y un informe de seguimiento.

“Hace tres semanas habíamos advertido sobre la crítica situación que atraviesan los habitantes de 33 veredas del municipio de Cáceres y lamentablemente no ha sido atendida con la celeridad que demanda”, aseguró Camargo.

Desde la Defensoría hicieron también un llamado a los grupos armados que están en la zona para que no atenten contra la población civil y los dejen por fuera de sus actividades criminales. Esto porque también en semanas anteriores la fuerza pública había advertido en este municipio acciones de instrumentalización a las que estarían siendo sometidas las comunidades para impedir el accionar de sus tropas.