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Esta es la historia del ‘Carlos Patiño’, el beligerante frente de disidencias de las Farc que disputa el Cañón del Micay en el Cauca

La disputa que ese grupo tiene con la Fuerza Pública por este corredor estratégico que utilizan para el narcotráfico tiene en vilo las conversaciones de paz con las disidencias de las Farc.

11 de noviembre de 2023 Por: Redacción El País
Frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc. | Foto: AFP

En las últimas semanas el beligerante frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc ha sido protagonista de los titulares de la prensa colombiana porque sus integrantes, a punta de presión militar, obligaron a los campesinos a expulsar al Ejército del corregimiento de El Plateado, municipio de Argelia, Cauca.

Pero, ¿cómo se formó esta facción al margen de la ley, la misma que llegó a controlar las áreas rurales de los municipios de Argelia, El Tambo y López de Micay, es decir, el denominado Cañón del Micay, hoy escenario de una guerra entre el Ejército y esta organización al margen de la ley?

Todo comenzó en el 2017 cuando Édgar Mesías Salgado Aragón, alias Rodrigo Cadete, cabecilla principal de frente 62 en el Caquetá, abordó a Óscar Eduardo Sandoval, alias Andrés o El Mocho para proponerle que asumiera el liderazgo de este grupo al margen de la ley, porque el objetivo era sacar militarmente al Ejército de Liberación Nacional, ELN, de esa zona del país.

”El Mocho había llegado ese año a Nariño por orden del Bloque Oriental para realizar charlas políticas, pasando desapercibido entre la población civil al no acogerse al proceso de paz, convirtiéndose en disidente. Trabajaba con alias Guacho, siendo así el cabecilla del grupo que este lideraba. Por eso comenzó a enfrentar a otras organizaciones armadas del sur país para que las disidencias controlaran este departamento”, narró un viejo guerrillero a Colprensa.

Andrés o 'el Mocho', líder del frente Carlos Patiño
Andrés o 'el Mocho', líder del frente Carlos Patiño | Foto: Colprensa

Andrés o El Mocho era muy cauteloso para darse a conocer entre la población civil, primero les hablaba a los campesinos para que se sumaran a la lucha armada, como forma de apoyar la causa de Manuel Marulanda Vélez, la cual aseguraba había sido traicionada por el viejo Secretariado de las Farc, que era la forma como él interpretaba el proceso de paz.

”Es un man de tez blanca, no tiene el brazo izquierdo, de una estatura de unos 1.70 metros. A pesar de hablar bien, es un hombre de gatillo fácil, violento, que tomó el control de las disidencias en Nariño para dejarlas a disposición de Gentil Duarte”, acotó el ex militante de la guerrilla comunista de las Farc.

Luego de esto, y como mostró capacidad para organizar a los disidentes, le dieron la misión de asumir la facción que, a finales de 2017 y comienzos del 2018, empezó a combatir a la guerrilla del ELN para tomar el control de corregimientos de El Plateado, El Mango, entre otras poblaciones.

El cultivo de coca y el procesamiento de cocaína estaba en su máximo nivel en esta zona del Cauca, y algunos campesinos, organizados, vivían de esta actividad ilegal como consecuencia de la salida del frente 60 de las Farc, cuyos comandantes dejaron las armas y comenzaron a liderar este proceso organización comunitaria.

El grupo armado aseguró que las operaciones en su contra continuaron en todo el país.
Las disidencias de las Farc presionaron a los campesinos para expulsar al Ejército del corregimiento de El Plateado. | Foto: Colprensa

”Reclutaron a varios jóvenes de Popayán y municipios vecinos para entrenarlos militarmente para que después entraran a la zona rural de este municipio, se autollamaron primero Stiven González, pero no dieron la talla, porque los masacraron casi a todos. Ahí es que El Mocho ya asume dicha misión”, explicó el ex guerrillero, hoy dedicado al comercio en la capital del Cauca.

Este líder disidente tenía la experiencia: contaba con el entrenamiento como explosivista, francotirador y manejo de la población, aspectos que le facilitaría el acercamiento con los pocos integrantes que habían quedado del frente Tercero ‘Oswaldo Patiño’, grupo disidente que intentó, en un primer momento, de controlar el narcotráfico en Morales y Cajibío, en el centro del Cauca.

”Al llegar a nuestro departamento, con el fin de no ser reconocido como Oliver Sinisterra, El Mocho propone a la estructura realizar el reclutamiento de ex combatientes de las extintas Farc de diferentes comisiones como la Jacobo Arenas y para respaldar a esta organización empezaron de lleno con el narcotráfico, de ahí que adquirieron armas de largo alcance”, explica esa persona que, al ver que estaba cansado de ese mundo violento, optó por vivir como un ciudadano del común.

Al finalizar el año 2018, la facción armada cambió el nombre, adoptando el de Carlos Patiño o Floresmiro Acosta, alias Caliche, ex cabecilla guerrillero de la antigua Columna Móvil Jacobo Arenas de las Farc, quien perdió la vida en operaciones Militares el 12 mayo de 2013 en el Departamento de Nariño. Luego decidieron quedar al mando de Gentil Duarte e Iván Mordisco.

La facción armada cambió el nombre, adoptando el de Carlos Patiño o Floresmiro Acosta, alias Caliche, ex cabecilla guerrillero de la antigua Columna Móvil Jacobo Arenas de las Farc, | Foto: afp

Por eso desde esa fecha la zona rural de Argelia es el escenario de una guerra a muerte, porque el entonces presidente Iván Duque militarizó la zona con la esperanza de acabar militarmente esta disidencia. Paradójicamente, este esfuerzo de la Fuerza Pública coincidió con la expansión militar de la Carlos Patiño, que recurría al asesinato de líderes sociales, para generar terror en la población.

Esta confrontación provocó el derramamiento de mucha sangre: fue una época de masacres, homicidios y atentados contra la fuerza pública.

De Argelia, la disidencia Carlos Patiño empezó a tomar poblaciones como El Tambo, Balboa, El Patía, en donde a diario se presentaban combates con el frente José María Becerra del ELN, grupo guerrillero que históricamente controlaba estos municipios. Al final El Mocho ganó la guerra, asumiendo el control de gran parte de este territorio, entre ellos el Cañón del Micay.Ahora, con la presencia del Ejército en El Plateado se ha reactivado esa guerra, para la que la Carlos Patiño no tiene problema en usar a la población civil en contra del Ejército.

Por Colprensa

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