Colombia
El francotirador de las esmeraldas: así fue el recorrido hasta el escondite del asesino de Hernando Sánchez
El tirador que acabó con la vida del poderoso esmeraldero se camufló entre la vegetación de los cerros orientales. El caso recuerda el crimen de su socio, también abatido con la misma modalidad.

Jesús Adolfo Chacín Silva
8 de abr de 2025, 03:31 p. m.
Actualizado el 9 de abr de 2025, 01:06 a. m.
En un espeluznante acto de violencia que parece sacado de una película de suspenso, la ciudad de Bogotá vuelve a ser escenario de un asesinato ejecutado con la precisión de un francotirador. Hernando Sánchez, un conocido esmeraldero del país, fue asesinado el pasado domingo al asomarse al balcón de su casa, ubicada en un exclusivo conjunto residencial al norte de la ciudad.
Lo que sorprende y atemoriza a las autoridades y a la opinión pública es la similitud de este homicidio con otro ocurrido hace menos de un año: el de Juan Sebastián Aguilar, más conocido como Pedro Pechuga, socio de Sánchez y también víctima de un francotirador en el mismo lugar. La modalidad del crimen, el blanco y el escenario, la similitud parece indicar que se trata del mismo autor o de un asesino profesional con claras instrucciones.

Una investigación periodística permitió reconstruir el camino del francotirador. La ruta empieza en un lote baldío ubicado entre un concesionario de vehículos y el conjunto residencial. Aunque hay presencia de vigilancia privada, unos pocos metros más allá se extiende un denso bosque húmedo, donde el silencio de la vegetación húmeda, la escasa iluminación natural y los caminos de barro ofrecen el escondite perfecto para el crimen.

El sendero peatonal que conduce hasta el punto desde donde se efectuó el disparo tiene múltiples señales de uso: cambuches, basura, pisadas y rastros de actividad humana lo convierten en un espacio que ha servido como refugio para consumidores de sustancias y posiblemente para otros propósitos ilícitos. Tras casi una hora de caminata, se llega al punto exacto desde el cual se presume que el asesino disparó: una torre de energía abandonada y cubierta por la maleza, con una vista directa a las casas de los esmeralderos.
Desde esa estructura oxidada, y protegido por el entorno, el francotirador tenía una línea de visión clara hacia el balcón de Sánchez, a apenas 100 metros de distancia, lo que hacía el blanco aún más accesible para alguien entrenado en este tipo de ataques. En contraste, el asesinato de Aguilar se produjo desde una distancia mayor, lo que aumenta la sospecha de que se trata del mismo autor con conocimiento experto en armamento.
En la escena, los investigadores aún conservan la cinta de seguridad, las huellas recientes de los agentes y la reconstrucción del momento exacto del disparo. La zona escogida por el tirador tenía todo: visibilidad, cobertura natural, una vía de escape rápida y un acceso casi imperceptible para los vecinos.

Las autoridades no descartan que este sea un nuevo capítulo de una guerra silenciosa en el mundo de las esmeraldas, un negocio que, pese a su legalidad, ha estado históricamente asociado a vendettas, traiciones y ajustes de cuentas.
La Fiscalía General de la Nación avanza con la recolección de testimonios, cámaras de seguridad y pruebas técnicas, mientras la Policía rastrea cualquier señal del francotirador que hoy sigue prófugo, pero que ha demostrado conocer al milímetro no solo la geografía del crimen, sino también la rutina de sus víctimas.

Este doble asesinato con la misma firma deja al descubierto una peligrosa modalidad que desafía los sistemas de seguridad urbana y pone en evidencia que en las montañas de Bogotá se pueden ocultar crímenes cuidadosamente planificados.
Nota realizada con información de SEMANA.
Jesús Adolfo Chacín Silva
Comunicador social y periodista de la Universidad Antonio José Camacho. Tecnólogo en Producción Audiovisual y técnico en Diseño e Integración Multimedia del SENA, además de especialista en Fotografía Publicitaria. Experiencia en periodismo de campo frente a cámara, redacción web y gestión de redes sociales
Regístrate gratis al boletín de noticias El País
Te puede gustar