Cuidado con los ladrones: la lista de carros que más roban en Colombia; revise si está el suyo

El robo de vehículos en el país continúa siendo una problemática que genera preocupación entre las autoridades y la ciudadanía.

Y es que las condiciones actuales siguen facilitando este delito, cuya raíz no está solo en el robo del vehículo en sí, sino en el mercado ilegal de piezas que se beneficia del desmantelamiento y reventa de vehículos robados.

Esto ocasiona que las bandas criminales encuentren rentabilidad en este delito, principalmente por la alta demanda de repuestos usados y la débil regulación que existe sobre su procedencia.

Listado de las marcas más hurtadas

Las marcas más afectadas por el robo vehicular coinciden con las de mayor presencia en las calles del país, entre estas:

• Kia
• Chevrolet
• Renault
• Toyota
• Mazda

Carlos Andrés Pineda, presidente ejecutivo de Asopartes, explicó a La FM que el alto volumen de ventas de estos vehículos genera una demanda sostenida por piezas de repuesto, lo que las convierte en objetivo prioritario de las redes criminales.

Además, se informó que en Bogotá, modelos como el Kia Picanto, el Chevrolet Spark y la camioneta New Sportage LX encabezan la lista de los más robados.

Se trata de vehículos que, además de ser comunes, son fáciles de desarmar y de introducir en el circuito informal de la posventa.

Localidades como Kennedy y sectores específicos como Castilla, Candelaria y Ciudad Montes concentran los casos más frecuentes de este tipo de delitos, que abarcan desde motocicletas hasta vehículos de alta gama.

Modus operandi de estas bandas

Las autoridades han identificado un patrón sistemático en la operación de las bandas dedicadas al robo y la venta de piezas de vehículos.

En la mayoría de los casos, el hurto ocurre mediante la modalidad de “jalado”, es decir, aprovechar un descuido del conductor para llevarse el auto. Esta técnica representa el 69 % de los robos en el país y frecuentemente se utilizan llaves maestras para facilitar la acción.

Una vez sustraído, el vehículo es llevado a talleres clandestinos donde es desmantelado por completo. Las piezas se clasifican y se comercializan en establecimientos que, en muchos casos, operan bajo fachada legal.

Cabe señalar que esta práctica les permite sortear los controles y dificultar la trazabilidad de los repuestos, generando ganancias.

Debido a lo anterior, las autoridades recomiendan a los consumidores adquirir piezas únicamente en concesionarios autorizados o establecimientos certificados que ofrezcan respaldo, garantía y autenticidad.

Desconfiar de precios demasiado bajos también es una práctica clave, si una pieza cuesta entre 20 % y 50 % menos que en el mercado formal, probablemente tenga un origen ilegal.

Finalmente, teniendo en cuenta estas marcas y las modalidades de robo, es más sencillo tomar medidas de precaución ante este tipo de casos.