“A mí me iban a matar en esa vuelta” contó el sicario implicado en atentado a Miguel Uribe

El menor de edad, capturado por su presunta participación en el atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, reveló detalles escalofriantes sobre este caso, que sigue en investigación por la Fiscalía General de la Nación.

En su testimonio ante las autoridades, afirmó que fue contratado por $ 20 millones para cometer el crimen, suma que sería entregada únicamente después de ejecutado este ataque. Sin embargo, según declaró, nunca recibió el dinero y advirtió que probablemente sería asesinado tras cumplir la misión.

La oferta fue hecha, según su relato, por un hombre a quien identificó como “el patrón del barrio y el jefe de la olla”, una figura criminal de poder en la zona donde vivía y para la que trabajaba como jíbaro.

El joven indicó que aceptó la propuesta sin conocer el nombre de su objetivo. Solo minutos antes del atentado, una mujer desconocida le mencionó que se trataba del político Miguel Uribe.

En medio de su captura, el menor empezó a colaborar con las autoridades. Videos registrados por ciudadanos lo muestran gritando: “Yo les voy a dar los números. Déjenme levantar y déjenme darles los números. Si no me sueltan, necesito darles los números”.

Esa frase encendió las alarmas de los investigadores, quienes comenzaron a tirar del hilo que los podría llevar al autor intelectual del atentado.

El presidente Gustavo Petro destacó este testimonio, señalando en redes sociales que “lo que habló en un video es que le ordenó el hecho la olla”, frase clave para entender la estructura que está detrás de este ataque.

En sus declaraciones, el joven insistió en que la persona que lo contrató tiene control absoluto del territorio: “el jefe de la olla es quien manda en ese barrio y la podrían matar”, refiriéndose al temor por la seguridad de su abuela, a quien describe como la única persona que ha estado para él.

Seguridad para el menor

Ante los riesgos, la Fiscalía y el ICBF han ordenado medidas especiales para proteger al menor como a su familia. Según la fiscal general Luz Adriana Camargo, “Tenemos un primer avance, que tiene que ver con la inclusión de su familia en el programa de protección de testigos e intervinientes”. Con el ICBF, la entidad pidió un “internamiento preventivo” del menor para proteger su vida que, por el momento, será en el búnker de la Fiscalía.

Durante el relato, el joven contó como fue el día del ataque: recibió instrucciones precisas, fue recogido por un conductor de aplicación y llevado a Modelia, en el occidente de Bogotá, donde llevaría a cabo esta acción.

Aunque todo parecía calculado, concluyó que lo habían dejado solo intencionalmente para que no sobreviviera: “A mí me iban a matar en esa vuelta”, aseguró.

Finalmente, cuando se le preguntó por el pago, reiteró que nunca vio el dinero. El caso sigue en investigación por las instituciones encargadas y el menor se ha convertido en clave para identificar a los autores intelectuales.