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Así es el MÍO Cable casi 10 años después de su inauguración; un sistema que necesita más pasajeros

El MÍO Cable, un sistema que engalana a Cali, pero que aún tiene muchos retos, entre ellos aumentar el número de usuarios.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
Tierra Blanca es la estación temática de la música. Es escenario de clases y presentaciones de bachata y salsa los domingos. | Foto: Bernardo Peña/El País

29 de jun de 2025, 02:24 p. m.

Actualizado el 29 de jun de 2025, 02:24 p. m.

A las 7:10 de la mañana, la estación Unidad Deportiva se empieza a llenar. La hora pico del MÍO Cable —que, según Metro Cali, comienza a las 6:00 a.m.— ya ha pasado.

El flujo ha disminuido. Quien sube a esa hora, lo hace sin afán. En sentido contrario, bajan jóvenes camino a sus estudios y una madre empuja a su bebé en un coche.

El recorrido desde la parte baja inicia en la Terminal Cañaveralejo y asciende hacia Tierra Blanca, Lleras Camargo y Brisas de Mayo, ubicadas en la parte alta de la Comuna 20. En la primera de estas, resiste una pequeña biblioteca. “Sí la usan”, dice uno de los trabajadores.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
Diseñada bajo la temática de mitos y leyendas, la estación Brisas de Mayo destaca murales que narran tradiciones populares de Cali como Buziraco, el Diablo de Juanchito y la Viuda Alegre. | Foto: Bernardo Peña/El País

Luego de pagar los $3200 del pasaje, se atraviesa el túnel que conecta con la terminal inferior, donde se encuentran paredes decoradas con mosaicos del Museo Libre de Arte Público de Cali.

Cerca, hay un solo vendedor, un adulto mayor con boina en su cabeza, habla por teléfono mientras ofrece bombones, galletas, maní, platanitos y papas.

Un torniquete más y el MÍO Cable espera en lo alto. La cabina llega. Nadie más sube. Cápsulas hechas para diez personas se convierten en espacios privados suspendidos sobre Cali. En algunas viaja uno. En otras, dos. Ninguna se llena. A esa hora, la mayoría puede darse el lujo de viajar solo.

Siloé también empieza su jornada: techos de zinc y tejas de barro, casas de ladrillo que tapizan la montaña, sobre las que se proyecta la sombra de los pilones y de las cabinas en movimiento. Grafitis lavados por el sol, ropa colgada en los balcones. Hacia el sur están las unidades residenciales más nuevas; más allá, los Farallones que vigilan el cable desde antes de que existiera.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
El MÍO Cable fue diseñado para movilizar hasta 25.000 personas al día, pero actualmente transporta menos de 5000 usuarios diarios. | Foto: Bernardo Peña/El País

“Yo soy uno de los que ha salido a pie desde la loma hasta el Centro”, cuenta Kevin Daniel Bermúdez, de 24 años, quien trabaja en un almacén de pinturas y vive en Lleras Camargo desde los 8 años. A las 7:45 a.m. ya va tarde para el trabajo.

El trayecto que menciona, cuesta arriba o cuesta abajo, le tomaba una hora y media caminando.

“Yo fui reacio a usar esto por más o menos un año después de que lo inauguraron, porque no sabía cómo usarlo”, dice.

Con el tiempo, se adaptó incluso a lo que todavía impone respeto: “Siempre siente uno el vacío en el estómago, pero ya uno se acostumbra. Ya es muy normal”, dice sobre los momentos en los que la cabina se detiene en el aire cuando se reinicia el sistema.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
La Ruta Turística MÍO Cable cuenta con 235 piezas distribuidas en sus cuatro estaciones, fruto de un trabajo conjunto entre la Secretaría de Turismo y el Museo MULI. | Foto: Bernardo Peña/El País

Eso, incluso, ha ocasionado que en una de las estaciones se amarrara de manera improvisada una cinta amarilla de seguridad alrededor de uno de los botones de emergencia que detienen el cable, para evitar que niños curiosos se acerquen, según explicó un empleado.

“Antes de que esto estuviera (MÍO Cable), usaba los jeepetos, las gualas rojas”, recuerda Kevin. “Estudié en el centro. Yo entraba a las 6:45 a.m., entonces faltando cinco para las seis, tenía que estar esperando el jeepeto que me llevara para allá”, agrega.

Cada estación tiene su propio ritmo. En una, una señora barre el piso; en otra, alguien trapea.

Mío cable
En las ventanas de las cabinas se observan rayones con nombres, referencias a equipos de fútbol y números de celular. | Foto: Mío cable

Las ventanas de las cabinas están rayadas, como si quienes las usaron antes hubieran sentido la necesidad de dejar constancia de su paso.

Algunos decidieron dejar su nombre: ‘Felipe Vega’, ‘Miguel Escobar’, ‘Mauricio Escobar’. Otros optaron por declarar su amor: ‘Camila p+e’, ‘Asley y Yordi’, ‘J+n (dentro de un corazón)’, ‘(Corazón) 100pre’.

Están también quienes dejaron su número. Algunos quizá esperando una respuesta anónima, pero alguien, por ejemplo, lo dejó con nombre propio: “Alex, llámame, baby”, confiando en que él vería el mensaje y marcaría algún día.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
Aunque la ceremonia oficial del MÍO Cable se celebró el 17 de septiembre de 2015, fue el 18 de septiembre cuando realmente se abrió al público y los usuarios pudieron empezar a usar el servicio. | Foto: Bernardo Peña/El País

La pasión barrial aparece con frases como ‘La 30’, ‘San Pedro’, mientras que el fervor futbolero se plasma en letreros como ‘Junior para siempre’, ‘Atlético Nacional’, ‘Solo Cali’, ‘BRS 1927’.

“Eso tiene que ver con la falta de cultura, del sentido de pertenencia”, opina Kevin.

Roselver Zúñiga trabaja como operario en el Centro y también usa el MÍO Cable con frecuencia. “Es bastante accesible. Vos llegás y ya está pasando la cabinita, te subís y listo. A diferencia del masivo, que siempre se satura bastante”, comenta. Aunque admite que a pesar de eso, mucha gente aún no lo usa.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
Según el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018, la Comuna 20 está habitada por 48.409 personas. | Foto: Bernardo Peña/El País

“El jeep cuesta lo que cuesta un pasaje normal, $ 3200. Tiene la ventaja de que en ese mismo llegas hasta donde vas. El ‘motorratón’ sí es más costoso. Normalmente cuesta $ 4000 y solo te baja hasta la parte plana”.

Sin embargo, agrega una sola queja: “Un familiar entra a trabajar a las 6:00 a.m. y el MÍO Cable, los fines de semana, empieza a trabajar un poco más tarde”.

De lunes a sábado el horario de operación es de 5:00 a. m. a 11:00 p. m., y de 6:00 a. m. a 10:00 p. m. los domingos y festivos.

Felipe García, director de operaciones de Metro Cali, reconoce los retos: “El sistema tiene capacidad para mover 25.000 personas al día, pero apenas mueve unas 5000”.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
El MÍO Cable fue inaugurado el 18 de septiembre de 2015 como una apuesta de movilidad para conectar la Comuna 20 con el sistema masivo de Cali. | Foto: Bernardo Peña/El País

De las 60 cabinas posibles, se usan 40 en este momento, determinación que ayuda a disminuir el peso y permite cuidar los motores eléctricos, lo que disminuye el costo operativo. “Cuesta $10.200 millones al año y solo recauda $2300 millones. El resto de la operación está subsidiada”, añade.

Para García, este proyecto, que cumplirá 10 años el 15 de septiembre, ha transformado el entorno: “Antes del MÍO Cable, la ladera era otra. Hoy hay rutas turísticas, caminatas. Hay una percepción distinta de la Comuna 20 y en buena parte es gracias al cable”.

Señala que hay un trabajo constante con colectivos comunitarios. También, que las estaciones tienen temáticas para dinamizar la zona como destino de interés, con la intención de atraer visitantes y, de paso, incrementar el número de pasajeros. “Eso ayuda a que la gente se apropie del sistema”, añade.

Pero hay obstáculos que no dependen de la voluntad, como las tormentas eléctricas. “El cable actúa como pararrayos. Es usual que se afecten componentes electrónicos sensibles. Si no tenemos inventario, se complica la restitución del servicio”, explica García. Por eso, suspender el servicio cuando hay tormenta es obligatorio.

El MIOcable cumple 10 años de servicio.
El MíO cable cumplirá 10 años de servicio. | Foto: Bernardo Peña/El País

“Me parece un sistema muy completo, solamente hay fallas cuando llueve, cuando hay mucho aforo se dificultan mucho los horarios. Yo soy uno de los que siempre va tarde al trabajo y hay momentos en los que se necesita recargar en la taquilla y se encuentra con una fila”, dice Kevin.

El MÍO Cable hay que seguirlo cuidando, pero muchos coinciden en que es hora de buscar más estrategias para aumentar el número de pasajeros.

Una década en diez datos curiosos

  1. Diez años conectando la ladera: El 18 de septiembre de 2025, el MÍO Cable llegará a su primera década de operación como una apuesta de movilidad para integrar la Comuna 20 al sistema masivo de Cali. En estos años, ha movilizado a millones de residentes de sectores como Siloé y Tierra Blanca. Su recorrido, de aproximadamente 2080 metros, se sostiene sobre 14 pilonas que atraviesan la ladera occidental.
  2. Cinco años para nacer: Aunque el tiempo estimado de construcción inicial era de 16 meses, sufrió paradas y litigios que extendieron el plazo a cinco años. En un principio, la licitación en 2010 se adjudicó por $ 67.000 millones. Sin embargo, tras interrupciones en 2012 y una disputa legal que exigió desembolsar más de $ 30.000 millones adicionales, el costo final ascendió a los $98.000 millones.
  3. La suspensión más larga: El corte más prolongado en la historia del MÍO Cable ocurrió entre el 11 de enero y el 1 de junio de 2023, un total de 137 días sin operar. Durante ese período, se realizaron labores de mantenimiento preventivo y correctivo, incluyendo la renovación de cables, poleas y sistemas de frenado. Además, la reactivación se retrasó por trámites administrativos y permisos del Ministerio de Transporte.
  4. El pasaje cuesta menos de lo que vale: El costo por viaje es de $3200, pero la tarifa técnica es de $ 5358 en 2025. La diferencia es asumida por la Administración Distrital. Además, no todos los pasajeros generan ingresos directos. Solo aportan quienes ingresan por la estación Cañaveralejo, el pago de los que llegan desde el sistema troncal se queda en la operación de los buses.
  5. Cuesta mucho más de lo que recauda: Operar el MÍO Cable le cuesta a Metro Cali cerca de $10.200 millones al año, pero el sistema solo recauda alrededor de $ 2300 millones, lo que representa apenas el 22,5 % del costo total. Para cubrir la diferencia, el sistema cuenta con una fuente de financiación autorizada por el Concejo de Cali mediante el Acuerdo Municipal 0563 de 2023, que destina una parte del recaudo por multas de tránsito.
  6. Una ruta cultural en las alturas: Cada una de las cuatro paradas cuenta con su propia temática cultural: Cañaveralejo aborda la historia del transporte en Cali; Tierra Blanca está dedicada a la música, especialmente la salsa; Lleras Camargo se centra en la naturaleza; y Brisas de Mayo explora mitos y leyendas locales. Estas estaciones hacen parte de la ruta turística MÍO Cable.
  7. Gualas y MíO Cable: Desde el año pasado, Metro Cali trabaja en un piloto para integrar a los camperos con el sistema masivo, pero aún no hay nada concreto. Se han adelantado conversaciones y planes con la Secretaría de Movilidad y las gualas de las comunas 18 y 20, como se hizo durante 2023 en Cañaveralejo que involucró a la empresa La Estrella, pero todavía no se ha materializado.
  8. Tarifa integrada: La tarifa del MÍO Cable siempre ha sido la misma que la del sistema MÍO troncal, desde el inicio de su operación en 2015. En ese entonces el pasaje costaba $1700, y tras varios ajustes a lo largo de los años, hoy está en $ 3200. Gracias a este esquema integrado de tarifa única, los usuarios pueden usar el teleférico y luego transbordar a buses sin pagar un valor adicional.
  9. Manizales ayudó a ponerlo en marcha: El MÍO Cable y el Cable Aéreo de Manizales fueron construidos por Leitner Ropeways, una firma italiana, y contaron con el mismo operador inicial. El Cable de Manizales se edificó entre marzo de 2008 y su inauguración fue el 30 de octubre de 2009, en un plazo de casi 19 meses.
  10. El tiempo no siempre es el mismo: La duración del recorrido varía según la hora del día. El trayecto entre Cañaveralejo y Brisas de Mayo puede fluctuar entre 12 y 16 minutos, dependiendo de si es hora pico o valle. En los momentos de mayor demanda, el sistema opera a velocidad máxima, pero cuando baja la afluencia, también se reduce la velocidad para ahorrar energía.

Periodista web en elpais.com.co, comunicador social y periodista, con énfasis en reportería para distintas fuentes de información.

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