ESTAFA
¿Omega Pro fue otra estafa piramidal?: hablan las víctimas de la plataforma cripto que se 'esfumó'
El País conoció testimonios de colombianos que aseguran haber perdido su dinero en esta plataforma que prometía ganancias a sus inversores de hasta un 300%. Super Financiera insiste en que esta sociedad, que habría cambiado de nombre, no está autorizada para operar en el territorio nacional.
Valentina Casas estudia psicología. Vive en Guasca, Cundinamarca. En diciembre de 2021 leyó en las redes sociales acerca de una plataforma de inversiones con pagos en criptomonedas que estaba en boca de todos en el municipio: Omega Pro. Prometía a sus usuarios obtener hasta un 300% de lo que invirtieran, tras 16 meses.
Valentina hizo cuentas: tenía $600. 000 ahorrados. Si se cumplía la promesa de Omega Pro, se triplicarían hasta casi $2.000.000. Con ese dinero, pensó, se ayudaría a pagar su siguiente semestre de universidad. Nadie le habló de riesgos. Todo parece indicar que perdió su dinero.
– Al principio cumplieron, se veían reflejados los ingresos en criptomonedas en la cuenta digital que uno abre. Pero al final son números en una pantalla. Luego de unos meses quise hacer un retiro, pero el retiro nunca salió. Pasó un tiempo, volví a intentar sacar la plata, y en esa semana Omega Pro dijo que había sido víctima de un hackeo. La persona que me asesoraba se comunicó conmigo, me dijo que debía cambiar las contraseñas, hice todo, y hace un mes esta persona se comunicó de nuevo y dijo que la plataforma volvió a funcionar, que yo tomaba la decisión de si me retiraba o continuaba. Decidí retirarme, pasé toda la documentación que solicitan, pero no me han entregado mi plata.
*Carlos está en Bogotá. Pide que no publique sus apellidos. Es un empresario que asegura haber invertido seis mil dólares en Omega Pro, unos $30 millones en su momento. Hace unos días hizo lo mismo que Valentina: después de dos meses de incumplimientos en los pagos por parte de la plataforma, solicitó su retiro del proyecto y la devolución de su inversión. Le respondieron un correo electrónico que dice:
“Dear customer, Due to not filling out your cancellation request completely, meaning there are documents or information missing, we have cancelled your cancellation request. If you still wish to make a new cancellation request, we ask you to kindly provide all necessary documents and information so we can assist you as fast as possible. Best regards Broker Group.
“(Estimado cliente, debido a que no completó su solicitud de cancelación, lo que significa que faltan documentos o información, hemos cancelado su solicitud”...).
Carlos asegura que envió todos los documentos requeridos, incluso su pasaporte. Lo que hay detrás parece ser la vieja estrategia de este tipo de proyectos cuando están a punto de colapsar: ponerle trabas y candados a quien desee retirar su inversión.
Los expertos en criptomonedas advierten que el caso de Omega Pro podría convertirse en una de las estafas más grandes de la historia reciente. Durante una entrevista con la emisora Blu Radio, José Camilo Torres Duque, director del Control en el Ejercicio Ilegal de la Actividad Financiera de la Superfinanciera, dijo que la entidad no sabe cuánta gente invirtió en Omega Pro, pero sí que personas de todas las regiones de Colombia están involucradas. “Hay poblaciones en las que el 20% y 30% de sus ciudadanos están metidos en eso. Es un problema masivo”, dijo.
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El alcance no solo es nacional. La Superintendencia Financiera de Colombia informó que Omega Pro ha sido objeto de diversas advertencias a nivel mundial por parte de autoridades como la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España, la Comisión para el Mercado Financiero de Chile, la Superintendencia de Bancos y Seguros de Perú, la Comisión de Valores de Argentina, la Autoridad del Mercado Financiero de Francia y también la propia Superintendencia de Colombia, país donde nadie tiene autorización para promocionar o publicitar los servicios de inversión de Omega Pro.
Una decena de personas que lo hicieron ya fueron sancionadas. El castigo más reciente se expidió hace apenas un mes, a finales de diciembre de 2022, a Chenny Andrea Ramírez Álvarez. La Superintendencia Financiera le ordenó suspender “de manera inmediata” la promoción y publicidad de Omega Pro.
Según la entidad, Chenny Andrea, mediante la publicación de experiencias de vida y mensajes motivacionales en sus redes sociales, venía promoviendo los servicios de Omega Pro sin contar con las autorizaciones que se requieren.
En 2021 fueron ocho los sancionados por el mismo motivo: Sebastián Ortiz Pion, Hugo Fernando Hernández Rodríguez, Daniel Leonardo Velásquez, Angie Vanessa Pineda Amaya, Katerine Carlozama Castro, Harol Alfonso Alvarado Galván, José Rolando Rodríguez Loaiza y Esteban Pinto Salazar.
“La promoción que realizaban en el territorio nacional tenía como finalidad incentivar la compra de paquetes de inversión – ‘trading’ – para realizar operaciones complejas con activos financieros, incluyendo el mercado Forex. La promoción la venían realizando mediante un esquema de “referidos” y, al no contar con el conocimiento ni la experiencia adecuados, no advertían a las personas sobre los riesgos que tienen las operaciones en el mercado Forex, lo que puede derivar en la pérdida total de la inversión”, justificó la Superintendencia Financiera en el documento en el que detallaba la sanción.
Omega Pro, además, no está radicada legalmente en Colombia. Se desconoce su domicilio y la identidad de sus responsables.
Sin embargo, pese a los múltiples testimonios de personas que han perdido su dinero, diversos usuarios han advertido en redes sociales que el negocio sigue. Líderes de Omega Pro estarían atrayendo a otros inversores, solo que con una plataforma con otro nombre, GoGlobal.
Hace apenas unos meses, la historia era muy similar: decenas de caleños denunciaron haber sido estafados por un proyecto de inversiones en criptomonedas local llamado Daily. ¿Por qué, pese a las advertencias, sigue sucediendo?
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Gustavo Valenzuela es asesor de mercados y experto en el mundo de las inversiones en criptomonedas. Durante los últimos años se ha dedicado a ayudar a recuperar el dinero de los colombianos que han perdido su dinero en plataformas piramidales fraudulentas. Gustavo considera que todo parte del desconocimiento de quien invierte.
– La gente sigue confundiendo el mundo cripto con proyectos cripto, que son totalmente diferentes. A la gente le falta no solo investigar más, sino en realidad dedicarse a entender en lo que está invirtiendo. Porque por ejemplo, no es lo mismo que inviertas en dólares, a que inviertas en una compañía que supuestamente invierte en dólares. Lo mismo pasa con el mundo cripto. Es común escuchar a la gente decir que ‘Bitcoin es una estafa’, cuando es una criptomoneda, o siguen pensando que las criptomonedas es entrar a una de estas plataformas como Omega Pro, y no es así.
Omega Pro, explica Gustavo, era uno de los proyectos cripto más grandes en el mundo después de que se esfumara otro muy similar, Airbit. Varios líderes de Airbit se fueron a Omega Pro. Parte de la explicación al por qué siguen sucediendo estos casos en donde miles pierden su dinero es porque los fundadores de estos proyectos piramidales se la pasan saltando de proyecto en proyecto. Y muchos vuelven a caer, tentados por los exorbitantes intereses que ofrecen.
– Lo que sucedió con Omega Pro es que es un sistema montado desde el inicio con parámetros que no tienen nada que ver con las inversiones. ¿Por qué? Estamos viviendo, después del coronavirus, en un mundo que se llenó de inflación. Los últimos dos años han sido muy duros económicamente. Sin embargo, las compañías de este tipo prometen unas rentabilidades que no te ofrece ni el más grande fondo de inversión del planeta. Si el más grande fondo de inversión del planeta no obtiene esas ganancias – 300% como lo decía Omega Pro - o ellos descubrieron la piedra filosofal de la economía o te están engañando – comenta Gustavo.
La ecuación siempre es la misma: entre más ganancias prometa una inversión, mayor es el riesgo de perderla. Pero por lo regular en estos proyectos a nadie le hablan de riesgos. Al contrario, el discurso es que siempre se puede ganar más. ¿Cómo? Llevando nuevos inversores; como en una pirámide. Quien involucre a un nuevo inversor obtiene un bono.
– Por eso es tan normal que los líderes, entre comillas, de estos proyectos, llenen su Instagram de fotos en Dubai, junto a carros nuevos, relojes de lujo. Si llevan a alguien que invierta $50 millones, se pueden ganar comisiones del 30% 0 40% de esa inversión. Y es el gancho que usan: mostrar un aparente éxito para seducir a los inversores. Hace unos días brindé una capacitación sobre cómo vender proyectos de inversión. Hay dos maneras, venderlos bien o venderlos fácil. Vender fácil es ponerme unos zapatos Louis Vuitton, una correa Gucci, pedir un Mercedes prestado para que el inversor piense: a este le va bien con ese negocio. ¿Cómo se vende bien? Mostrando las posibilidades de ganancias, pero también los riesgos. Diciéndole a la gente: ‘invierta lo que esté dispuesto a perder, no sus ahorros, no su casa’. Pero a los líderes de estas plataformas piramidales no les interesa cuidar al inversor. Lo que quieren es que entre con todo el capital posible para sostener su éxito ficticio – agrega Gustavo.
Alejandro Useche, profesor de la Universidad del Rosario y también experto en criptomonedas, lo ha mencionado en diversas oportunidades: una ‘bandera roja’ que se debe tener en cuenta antes de invertir en proyectos cripto es cuando prometen ganancias fijas.
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Incluso en las criptomonedas más sólidas, las plataformas confiables, las cotizaciones siguen siendo supremamente volátiles. El precio de las criptomonedas sube y baja de una manera mucho más fuerte que los activos tradicionales como el oro o el petróleo. Eso hace, por un lado, que se pueda ganar mucho dinero con ellas, pero también se puede perder mucho. Y en esa volatilidad, ningún proyecto serio, responsable, se atrevería a garantizar ganancias fijas.
El asesor de mercados Gustavo Valenzuela añade que las criptomonedas, en los últimos 14 años, han repetido un patrón, un ciclo que se renueva cada cuatro años. En los dos primeros años de una cripto, la moneda sube muy fuerte. Después vienen dos años de caída en picada. Ese es el secreto, dice Gustavo, que también explica por qué muchos de estos proyectos piramidales tambalean en su segundo año. 2022 y este 2023, se espera, son los años de bajada del precio de las criptomonedas. Y en el mercado bajista, las empresas que prometen ganancias tan altas están condenadas a morir.
Aquello por supuesto no se lo cuentan a los nuevos inversores. En cambio, los líderes de las plataformas piramidales lo saben, necesitan generar emoción y confianza entre los ciudadanos, y para ello acuden a influencers, actores, famosos que promueven estos proyectos sin conocerlos. En el caso de Omega Pro, el humorista César Corredor, ‘Barbarita’, fue uno de sus principales promotores en las redes sociales, al igual que el actor Andrés Sandoval.
Desde hace dos años la Superfinanciera ha venido advirtiendo que Omega Pro no está autorizada para hacer operaciones en Colombia.
La Superintendencia Financiera ha emitido alertas en las que advierte que para hacer publicidad de estos negocios se requiere de su autorización previa, o de lo contrario quien lo haga se expone a multas cuantiosas.
Por lo pronto algunos inversores en Omega Pro aseguran que impondrán demandas por captación ilegal de dinero contra quienes los llevaron al negocio. El problema es que por lo regular son familiares, o amigos, o vecinos, que también cayeron en el engaño, y al final son pocos los que se atreven a demandar a alguien cercano, lo que termina blindando a estas plataformas ante la justicia.
Además, sus esquemas están montados de tal manera que no dejan rastros de los dineros que ganan sus fundadores. Todos los pagos para abrir las membresías los reciben exclusivamente en activos virtuales.
Aunque para las autoridades, comenta Carlos, el empresario radicado en Bogotá que invirtió $30 millones en Omega Pro, todavía no es prioridad perseguir a quienes engañan utilizando el todavía desconocido mundo cripto.
Traduciendo el desconocido mundo de las criptomonedas
Pese a que desde hace varios años en el mundo se hacen transacciones con criptomonedas, aún en Colombia no se conoce con claridad de qué se trata y es justo ese desconocimiento lo que permite la proliferación de plataformas piramidales en las que están perdiendo su dinero los ciudadanos.
Como lo explica el profesor de la Universidad del Rosario, Alejandro Useche, una criptomoneda es un medio de pago digital emitido y administrado por particulares, a diferencia del dinero tradicional, emitido y administrado por una entidad estatal como suele ser el banco central de un país. En el caso de Colombia, el Banco de la República.
En ese orden de ideas, es el Banco el que respalda la moneda y lucha para que conserve su nivel de compra. De ahí que tome constantemente medidas contra la inflación.
En el caso de las criptomonedas, como son emitidas y administradas por particulares, se convierten en un medio de pago en la medida en que otras personas las acepten y se forme una comunidad que comercie con ese activo. En ese sentido, explica el profesor Useche, las criptomonedas tienen como fundamento principal para su uso la confianza que puedan generar para que las personas las usen como medio de pago.
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“Las criptomonedas, entonces, son una forma de dinero, con particularidades que las hacen diferentes al dinero tradicional, pero buscan compartir las mismas características: que sirvan para unidad de cuenta, esto quiere decir que nos ayuden a medir los precios de las cosas; segundo, que sea un medio de pago, y tercero que sea un depósito de valor, que ayude a conservar poder adquisitivo a través del tiempo. Este es uno de los problemas de las criptodivisas, que pueden funcionar para hacer pagos, inversiones, pero son muy frágiles en cuanto a varias de sus funciones para que sean consideraras como dinero. Todavía para la sociedad no es fácil, no es entendible, contar el precio de las cosas en criptomonedas, por lo tanto, y al ser manejadas por pocas personas, tampoco son un medio de pago muy difundido y otro gran problema es que su valor sube y baja de una manera bastante volátil, por lo tanto tampoco son consideradas buenos medios de pago. Entonces son activos cercanos al dinero pero distan todavía del dinero tradicional en cuanto estas funciones para que puedan ser aceptadas como tal”.
Otro problema de las criptomonedas es la desconfianza en las mismas, al no estar respaldadas por Estados sino por particulares. En muchos casos se desconoce quién está detrás de las plataformas con las que se emiten y se tranzan las criptodivisas.
Además, al ser una moneda digital, cuando se comercia con criptomonedas no hay a quién acudir cuando se tiene un problema. La mayoría de las plataformas de criptomonedas están fuera del país. No existen oficinas locales que ofrezcan atención, guías, soporte.
“En el caso colombiano hay un terreno largo por recorrer. El problema, más allá de lo tecnológico, o lo legal, es que hay por un lado personas inescrupulosas tratando de aprovecharse del desconocimiento de la gente, y por otro personas que piensan que un método rápido para enriquecerse o para evadir impuestos es invertir en criptomonedas. La gente en Colombia creo que es consciente de que detrás de esto hay riesgos y que se puede estar metiendo en actividades ilegales, pero la codicia supera el temor a invertir el dinero en alternativas que pueden terminar siendo contrarias a la ley”, comenta el profesor Alejandro Useche.
Una buena manera de estar seguros antes de invertir en una plataforma es revisar si hace parte de las entidades confiables afiliadas al gremio de Colombia Fintech, que agremia a las empresas que utilizan las nuevas tecnologías para ofrecer servicios financieros.
*Nombre modificado a petición de la fuente