Jamundí se transformará en una despensa agrícola para erradicar la violencia; esto se sabe de la iniciativa

El municipio de Jamundí, ubicado al sur del departamento del Valle del Cauca, y vecino inmediato de Cali, será objeto de una transformación territorial para devolver la paz y la tranquilidad a sus casi 190 mil habitantes, azotados por la violencia de grupos al margen de la ley y organizaciones criminales dedicados a las rentas ilícitas: narcotráfico, minería ilegal, extorsión y secuestro, entre otros.

Así lo anunció durante un consejo de seguridad, el pasado domingo, el ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, quien estuvo acompañado de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro; el alcalde de Cali, Alejandro Eder; y la cúpula tanto militar como de la Policía nacional y regional.

Durante su intervención, Sánchez, quien destacó la reducción de homicidios en Cali de 4,4 diarios a 1,2, sostuvo que la seguridad de la capital vallecaucana comienza también en lo que pasa en el sur de la misma ciudad: en Jamundí.

Por eso, agregó, “estamos en una definición que se tardará unas semanas en determinar un plan de transformación agroalimentaria, de lograr que en esas comunidades haya productos agroalimentarios que nos aseguren también, valga la redundancia, la seguridad alimentaria y que nuestros campesinos se sientan orgullosos de lo que cultivan”, para que puedan caminar con total libertad por esos territorios.

Desde el Ministerio de Defensa indicaron que el plan tiene como objetivo también transformar a Jamundí en una despensa agrícola regional, y a su vez, ofrecer alternativas lícitas, sostenibles y autónomas de generación de ingresos para las comunidades campesinas, promoviendo la sustitución de economías ilícitas.

El ministro Sánchez destacó que esta estrategia con la Alcaldía de Cali, “combinará seguridad territorial, desarrollo rural, orgullo campesino y libertad comunitaria, debilitando el control financiero y territorial que ejercen los grupos armados organizados sobre esta región”.

Sin embargo, el jefe de la cartera de Defensa no dio mayores detalles de cómo se adelantará esta sustitución de cultivos, cuántas hectáreas serán intervenidas, con qué proyectos productivos o a cuántas familias beneficiará inicialmente, pero además, cómo se garantizará la seguridad de las comunidades que se acojan a esta iniciativa.

Atención contundente

Días previos al consejo de seguridad, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, cuestionó las políticas del Gobierno Nacional en torno a los cultivos de uso ilícito que afectan al sur del departamento, específicamente a Jamundí.

El Mandatario distrital reiteró su llamado a que atendiera de “manera contundente a los grupos narcotraficantes que están en la parte alta de Jamundí y en el norte del Cauca, porque toda esa producción de cocaína está inundando a Cali y el 63 % de los homicidios en Cali se deben al microtráfico”, aseguró.

Dijo también que era inaceptable “que haya 2000 hectáreas de coca sembradas en Jamundí, nuestro querido municipio vecino, como para los bogotanos sería inaceptable 2000 hectáreas de coca sembradas en Chía”.

Cadenas productivas

La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, informó que en quince días se conocería la estrategia planteada por el ministro Sánchez.

Para la Mandataria regional es fundamental que “podamos iniciar unas cadenas productivas para que en la zona alta, los campesinos puedan cambiar los cultivos ilícitos por otros que sean legales, por eso, en quince días se tendrán ya las estrategias claras y concretas y así poder actuar en esta problemática de Jamundí que afecta al Valle”.

Consultada la alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, sobre lo que se habló en el consejo de seguridad, la funcionaria respondió: “Le informo que a ese consejo de seguridad no fui convocada, ni a nadie de nuestro municipio le informaron, por lo cual no puedo confirmarle nada de lo que sucedió en esa reunión que por lo que vi en medios, fue con el Ministro, Gobernadora y Alcalde de Cali. Tienes que pedirle a ellos la información detallada de esta reunión”, manifestó Castillo.

Jamundí, escenario crítico

Consultados algunos expertos en seguridad sobre la situación en el municipio de Jamundí coincidieron en que es “crítica”.

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en 2023 se cultivaban en el Valle del Cauca un total de 3361 hectáreas, siendo Jamundí la población con el mayor número de hectáreas de coca con 1795, seguida de Buenaventura con 1345 hectáreas.

Hoy se estima que estas cifras se han incrementado considerablemente, aunque no se tiene un dato exacto de cuánto habrían aumentado los cultivos ilícitos en la región y especialmente en Jamundí.

Willy Valdivia Granda, director ejecutivo de Orion Integrated Biosciences y especialista en inteligencia artificial aplicada a la defensa, sostuvo que Jamundí, recientemente integrado al Área Metropolitana del Suroccidente (AMSO), “enfrenta un escenario crítico donde convergen intereses criminales, económicos y políticos en una disputa por el control territorial, narrativo y simbólico del municipio”.

Desde la administración municipal, agregó, se han impulsado proyectos de infraestructura vial y desarrollo urbano en territorios estratégicos como San Antonio, Villacolombia, La Liberia y Timba. “Estas acciones, aunque no están vinculadas a denuncias formales, han generado especulaciones sobre beneficios indirectos para actores políticos o económicos locales”, dijo Valdivia Granda.

Aseguró que los cultivos están en toda la zona de ladera, pero lo más preocupante es que no solo ha aumentado la producción sino que se han vuelto 23 % más efectivos en producción de cocaína con la misma cantidad de hoja.

Por su parte, Salomón Majbub, investigador del Área de Transformaciones Territoriales para la Paz de Indepaz, explicó que en el municipio de Jamundí hay más de 1700 hectáreas de coca, y que el grupo armado que ejerce control sobre esa economía y las comunidades que cultivan esta planta es el Frente Jaime Martínez del Estado Mayor Central, adscrito a la disidencia de Iván Mordisco.

“Es importante mencionar que en Jamundí también vienen apareciendo cultivos de marihuana que se están expandiendo desde el Norte del Cauca”, reiteró.

En Colombia, anotó, según la última medición del Simci de la Unodc, hay 253 mil hectáreas de coca.

“En Valle del Cauca hay más de 3 mil hectáreas, de las cuales más de 1700 las tiene Jamundí, que es el municipio con más coca del departamento”.

Sin embargo, aclaró que las 1700 hectáreas que tiene Jamundí “realmente no lo hace un municipio cocalero, a diferencia de otras regiones como Catatumbo o Nariño, donde municipios como Tibú registraron 42 mil hectáreas de coca”.

Para Francisco Javier Daza, investigador de la fundación Pares, “este plan pasa por poder ganarle el control a los grupos armados en Jamundí, pero se vuelve también difícil toda vez que el Estado Mayor Central y estos frentes o bloques que lo componen actualmente, no tienen un proceso de diálogo activo con el Gobierno Nacional, lo que puede representar un escenario de riesgo para esa sustitución”.

Garrote y zanahoria para erradicar las economías ilícitas en el país

El Estado ha iniciado operaciones militares conjuntas (Ejército, Policía e inteligencia) en estas zonas, orientadas a desmantelar estructuras armadas, recuperar el control institucional y proteger tanto a la población como los procesos democráticos, aseguró Willy Valdivia Granda, director ejecutivo de Orion Integrated Biosciences y especialista en inteligencia artificial aplicada a la defensa

Agregó que la intervención tiene también un valor simbólico: recuperar territorios antes ocupados por el Estado (como el antiguo Batallón de Alta Montaña) y desactivar la narrativa de abandono estatal.

Por otra parte, un experto en seguridad que prefirió omitir su nombre, afirmó que sí es viable la sustitución de cultivos ilícitos en el municipio de Jamundí, “si se fortalece el poder coercitivo del Estado a través de sus Fuerzas Militares y la Policía, es decir, intensificando las operaciones militares (para eso es imperativo ser mucho más agudo con la inteligencia militar y policial, y no solo ofrecer recompensas) y paralelo se tiene que erradicar (manual o incluso con glifosato) con proyectos sostenibles de sustitución de cultivos.

Además de llevar la oferta institucional completa: salud, infraestructura (vías terciarias), educación, etcétera, indicó el analista.

Pero, recordó que Jamundí no tiene el presupuesto, por lo que se necesitan recursos del Gobierno.

Según Francisco Javier Daza, investigador de la Fundación Pares, este plan tiene los mismos retos estructurales de otras zonas del país donde se están implementando también esa sustitución. Y además porque en el gobierno de Iván Duque no se hizo una sustitución efectiva de cultivos ilícitos como parte de la implementación del Acuerdo de Paz 2016, por lo que representa un vacío a llenar.