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Valle del Cauca

El dolor de cabeza de pagar la deuda de Icetex; conozca el caso de tres profesionales

A inicios de año, la entidad anunció la suspensión de subsidios a las tasas de interés de créditos educativos. Las consecuencias se sintieron de inmediato en los bolsillos de miles de profesionales.

Con la eliminación de los subsidios a las tasas de interés se reanudó el dilema de miles de estudiantes con el Icetex.
Con la eliminación de los subsidios a las tasas de interés se reanudó el dilema de miles de estudiantes con el Icetex. | Foto: Colprensa

3 de jun de 2025, 10:26 a. m.

Actualizado el 3 de jun de 2025, 10:26 a. m.

Poco antes de salir del colegio, Mariana Molano tenía claro que, si no era por medio de un crédito, no podría entrar a la universidad, pues no contaba con el dinero suficiente para costear los semestres.

Por eso decidió aceptar el convenio que le ofrecieron en la Universidad Libre de Cali para ingresar a la carrera de derecho.

La apuesta era alta: aceptaría un crédito con el Icetex por el 80% de la carrera y costearía el restante por su cuenta, mientras estudiara.

Cuando se graduase iba a enfrentar la deuda mayor, y mientras tanto su familia la iba a ayudar con las cuotas menores, que no superaban los 230.000 pesos mensuales. Así pudo realizar sus estudios, que fueron desde el 2018 hasta el 2023.

Antes de graduarse, Mariana consiguió un empleo como asistente jurídica en una firma de abogados, pero el salario no era el suficiente como para afrontar la deuda con holgura.

El 27 de enero de este año, sin previo aviso, vio que las cuotas mensuales casi se habían triplicado: llegaban casi a 700.000 pesos. La sorpresa no podía ser mayor.

“No recibí ninguna notificación. Simplemente, me llegó la factura del mes por ese valor”, recuerda. Decidió llamar al Icetex. Ahí se enteró de lo que había pasado.

A inicios de este año, el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior, Icetex, hizo oficial la suspensión de los subsidios a las tasas de interés de los créditos educativos, que estuvieron en rigor durante el 2023 y el 2024, y que significaba un alivio importante para los estudiantes que, como Mariana, habían acudido a la institución para financiar sus estudios de nivel superior.

Esta suspensión, aseguró el instituto, se debe a la “compleja situación fiscal” que está atravesando Colombia.

Dicha noticia causó reacciones desde todos los sectores. El presidente Gustavo Petro culpó a la Corte Constitucional por haber tumbado uno de los artículos de la reforma tributaria destinado a cubrir estos montos; sectores estudiantiles salieron a desmentirlo, afirmando que la Corte no tenía que ver en el asunto.

Mientras el ruido mediático se evaporaba, el drama de los ahora profesionales apenas empezaba. Mariana no era la única afectada en la región: según cifras proporcionadas por el Icetex a El País, el número de créditos en el Valle del Cauca en mora para fines de abril de este año asciende a los 4.870, con un saldo de $15.830 millones.

En relación con Cali, la institución añadió un indicador total de cartera vencida a febrero de 2025, cuyo registro fue del 13,39%, cifra que al cierre del mes de abril ascendió al 14,90% del total.

Otro caso es el de Nicolás Castiblanco, un joven que quería estudiar psicología en la universidad pública, pero a quien su puntaje en el Icfes no le alcanzó para entrar a la Universidad del Valle.

Tampoco con más opciones, Nicolás decidió tomar el crédito que le ofrecía su universidad, la Icesi: 75% con el Icetex y el 25% por medio de una beca con la universidad, a cambio de su buen rendimiento académico.

Sin costos que asumir, Castiblanco pasó por la carrera sin pensar en estos inconvenientes. Sin embargo, cuando se graduó, su carrera no le permitió conseguir un empleo rápidamente.

Nicolás Castiblanco es uno de los miles de jóvenes que acudió a esta institución para financiar sus estudios y ahora acumula una millonaria deuda.
Nicolás Castiblanco es uno de los miles de jóvenes que acudió a esta institución para financiar sus estudios y ahora acumula una millonaria deuda. | Foto: Cortesía Nicolás Castiblanco

Cuando le notificaron que el periodo de gracia había acabado, tuvo que acudir a sus ahorros y a trabajos esporádicos para pagar las cuotas.

“Inicié pagando 700.000 pesos en noviembre del 2022. Así fue durante todo el 2023”. A finales de ese año, la inflación que vivía el país produjo otro aumento: pasó a pagar más de un millón de pesos. “Tuve que hacer un acuerdo con ellos, ampliar las cuotas para que me redujera el valor, porque no podía pagar más. Entonces pasé de tener una deuda a 10 años a tenerla a 15 años”.

Nicolás no esperaba que su recibo volviera a subir, esta vez alrededor de 350.000 pesos, ni que se terminaría enterando de la decisión que había tomado el Icetex por medio de las redes sociales.

“Fue superabrupto y sorpresivo, porque además de eso, un mes antes, la cuota me había bajado. Alcancé a aportar a capital”, explica. Nicolás también se comunicó con el Icetex de inmediato, pero no había nada que hacer: como ya había acudido a una extensión de las cuotas, no contaba con esta posibilidad. Debía asumir su nueva deuda.

Por su parte, a Cristian Lozano el pesimismo de las noticias diarias lo había preparado para el golpe.

Lozano había acudido al Icetex, también debido a que no tenía recursos económicos para costear la carrera que deseaba: comunicación social en la Universidad Autónoma de Occidente.

Luego de que le presentaran las opciones de financiamiento, decidió aceptar un crédito por el 75% del valor total, y mediante una beca con la universidad pagar el restante 25%, a través de un programa llamado Pilos, que implicaba que trabajara en la institución educativa a cambio de ese alivio económico.

Contrario a Nicolás y Mariana, su profesión le permitía un acercamiento mucho más atento de la realidad política nacional, razón por la cual seguía de cerca el proceso detrás de la ley de financiamiento que había radicado el gobierno nacional, con la que se pretendía cubrir 12 billones de déficits en el presupuesto del 2025.

Cuando la propuesta no pasó, Cristian tuvo una corazonada: “Supe que, a partir del mes siguiente, el ascenso de las cuotas iba a ser casi del 100%”. No se equivocaba. Su cuota pasó de 430.000 a 740.000 pesos.

Desde ese momento, estos tres profesionales tuvieron que hacer frente a una deuda que, de un día para el otro, se había casi duplicado.

La respuesta del Icetex: desazón y resignación

Consultado por El País, el director del Icetex, Álvaro Hernán Urquijo Gómez, aseguró que la entidad reconoce que “existen dificultades de algunos beneficiarios para mantener al día sus pagos, y por eso, a través de jornadas de soluciones que contemplan la condonación de intereses moratorios, apoyamos a miles de estudiantes para que se pongan al día y normalicen su cartera”.

Según la institución, actualmente se vienen realizando en todo el país eventos llamados Jornadas de Soluciones, destinadas a quienes estén en una mora superior a 30 días, para considerar alternativas al pago de estas deudas. Dichos eventos iniciaron el 19 de mayo y fueron hasta el 31.

El Icetex ha venido adelantando jornadas en distintos puntos del país para conocer la situación de los profesionales que tienen pendiente pagos de sus créditos.
El Icetex ha venido adelantando jornadas en distintos puntos del país para conocer la situación de los profesionales que tienen pendiente pagos de sus créditos. | Foto: Cortesía Icetex

Sin embargo, estas alternativas parecen no haber llegado a oídos de todos los involucrados a tiempo.

Al igual que a Nicolás Castiblanco en un primer momento, la única opción que le dieron a Mariana en el Icetex fue la de aumentar el número de cuotas, una opción que ella aceptó, aunque trabas burocráticas hicieron de este proceso un camino complejo y desgastante.

Según ella, para aplicar a esta nueva renegociación de su deuda debía enviar una solicitud, cuya respuesta tomaba 15 días hábiles. Mariana lo hizo, pero la factura que llegó el mes siguiente continuó por el mismo valor en el que había quedado con el incremento.

Llamó al Icetex y le respondieron que, sin saber cómo, su petición se había traspapelado: debía hacerla de nuevo. Fue un mes de enviar papeles y hacer correcciones, hasta que finalmente su solicitud fue atendida.

Pero no sirvió de mucho, a la larga. Debido al aumento posterior en los intereses de su deuda, a pesar de haber aumentado las cuotas con el objetivo de bajar su monto, la reducción terminó siendo casi simbólica.

“El valor de la cuota finalmente quedó en 690.000 pesos. Osea, que realmente no hice nada”, dice, y agrega: “He tenido que usar mis ahorros para poder costearlas. Eso ha generado una incertidumbre respecto al futuro”.

Molano actualmente cursa una maestría en la Universidad Icesi, gracias a una beca. Pese a que cuenta con un trabajo de medio tiempo, no le resulta suficiente: “Estoy acudiendo a otros mecanismos, porque el valor de la cuota corresponde a la mitad de mi salario”.

Ella lleva actualmente un proceso con psiquiatría y psicología, y asegura haber experimentado crisis de ansiedad debido a la angustia que esta situación ha implicado en su vida diaria.

Varios meses después del incremento en las cuotas, la búsqueda constante de noticias relacionadas con el Icetex, en las que se mencionen planes de alivio a su situación, ha hecho mella en su espíritu.

“Me encuentro en un punto en el que me siento agotada. Renuncié al hecho de seguir luchando y pago la cuota mes a mes sin quejarme”, dice.

Desafortunadamente, para Cristian Lozano esta no fue una opción, pues él ya había sido afectado por la inflación posterior al receso económico del covid-19, razón por la cual tuvo que renegociar su deuda por más tiempo, también de 10 a 15 años.

Para él también fue complejo obtener un empleo una vez se graduó, debido al poco espacio que existe para comunicadores en el mercado.

Durante su año de gracia con el Icetex, vivió de trabajos esporádicos y acudiendo a sus ahorros. Hasta que seis meses después de su grado pudo hacerse con un puesto formal.

Hoy en día su deuda con el Icetex no le parece tan preocupante, pues su situación financiera actual le permite asumir el aumento de las cuotas.

El impacto de las dinámicas de pago con el Icetex ha venido, en su caso, también desde la incertidumbre, pero con una ligera diferencia: la inflación que cada año se ve reflejada en el IPC (Índice de Precios al Consumidor) con el que se calcula el aumento de los intereses de su crédito educativo.

“Cada año tengo que estar a la expectativa de cómo se comporta el mercado durante el año para saber cómo va a ser el golpe el año próximo”, explica.

Frente al IPC, el Icetex manifestó que “para el 2025, dada la significativa reducción del IPC, las tasas de interés de estos créditos retornaron a las condiciones acordadas con el beneficiario al momento de la aprobación de la financiación”.

Debido a la fluctuación que puede sufrir su crédito por estos ajustes, Cristian no descarta otras opciones a futuro: “yo quisiera presentarme a una compra de cartera. Que un banco privado me compre la deuda y yo termine pagándosela. Siento que es mucho más cómodo negociar con un banco privado, y sé que no me va a variar la cantidad de la cuota cada año”, dice.

Pese a contar con los recursos para hacerle frente a su deuda, Cristian Lozano no deja de temerle a perder su empleo y lo que eso supondría.
Pese a contar con los recursos para hacerle frente a su deuda, Cristian Lozano no deja de temerle a perder su empleo y lo que eso supondría. | Foto: Cortesía Cristian Lozano

Nicolás Castiblanco también se encuentra estudiando su maestría en la Icesi gracias a una beca, y cuenta con un trabajo de medio tiempo. Gracias a esto puede pagar el aumento de la deuda, pero la situación no deja de causar decepción: “ver que uno paga y solo el 10% se va a la deuda, mientras que el 90% se queda en intereses, genera angustia, como de no saber cuándo uno va a acabar. Se vuelve una sensación interminable”.

Mientras tanto, guarda la esperanza de que, al haber pagado puntualmente las cuotas de su crédito desde un inicio, pueda ser beneficiario de algún descuento por parte del Icetex.

“Me dieron una página para inscribirme, pero hay que esperar a que se actualice. Llevo esperando desde febrero a que se abra la convocatoria a ver si se califica a este descuento”.

Pese a las dificultades económicas que ha significado el crédito en estos momentos, Mariana cree que su decisión valió la pena, ya que le ha permitido trabajar en lo que le gusta y seguir estudiándolo.

Esta misma sensación la comparten Cristian y Nicolás, para quienes la deuda que actualmente los ata con el Icetex ha sido el precio a pagar por acceder a un nivel de estudios superiores en un país como Colombia.

Pero no todos los días se levanta con los ánimos arriba: “Hay momentos en los que digo que no vale la pena, porque si hacemos la cuenta de aquí al final del préstamo, estaría pagando casi 100 millones de pesos, y el valor de mi carrera corresponde a 40”, admite Mariana.

Comunicador Social y Periodista con sensibilidad por las artes, las humanidades y la cultura. Con larga experiencia en la cobertura de la realidad social, tanto regional como nacional. Interesado en cubrir fenómenos de medioambiente, posconflicto y DD.HH.

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