¿La nevera está sonando demasiado fuerte? Qué significa y cuándo preocuparse

Cuando una nevera comienza a emitir sonidos inusualmente fuertes, es natural que surjan preocupaciones sobre su funcionamiento.

Este electrodoméstico, esencial en cualquier hogar, está diseñado para operar con un zumbido suave, por lo que un cambio en su sonido habitual puede ser señal de advertencia. Entender qué significan estos ruidos y cuándo es necesario actuar puede evitar daños mayores o costosas reparaciones.

Uno de los ruidos más comunes que puede presentar una nevera es un zumbido continuo o intermitente. En muchos casos, esto está relacionado con el compresor, la parte encargada de mantener la temperatura adecuada en el interior del refrigerador.

Si el zumbido se vuelve demasiado fuerte o persistente, podría indicar que el compresor está trabajando más de lo debido, quizá por acumulación de suciedad, obstrucción en los conductos de ventilación o incluso una fuga de gas refrigerante.

Otro tipo de sonido que puede llamar la atención es un clic repetitivo. Este ruido suele provenir del relé de arranque del compresor. Si el clic se escucha constantemente sin que la nevera enfríe como debería, puede ser una señal de que el compresor está intentando arrancar sin éxito, lo cual sí representa un problema serio que requiere revisión técnica.

También puede escucharse un crujido o estallido esporádico, similar al de un plástico que se contrae o expande. Este tipo de sonido puede considerarse normal en ciertos modelos, especialmente cuando el electrodoméstico se adapta a cambios de temperatura internos. Sin embargo, si se vuelve demasiado frecuente o se acompaña de fallas en el enfriamiento, conviene consultar con un técnico.

El ventilador interno también puede ser una fuente de ruidos extraños. Si el sonido se asemeja a un zumbido agudo o a un golpeteo, es posible que el ventilador esté rozando con alguna acumulación de hielo o que haya sufrido un desgaste en sus aspas. Una revisión rápida y limpieza de la zona puede solucionar este problema, pero si persiste, se debe considerar el reemplazo de la pieza.

Ahora bien, ¿cuándo hay que preocuparse realmente? La señal más clara de que la nevera necesita atención inmediata es un cambio en su rendimiento. Si los alimentos no se mantienen fríos, si hay acumulación de escarcha excesiva o si el congelador no alcanza la temperatura adecuada, el ruido podría estar avisando de un fallo interno.

Otro punto clave es la antigüedad del aparato. Si el refrigerador tiene más de diez años, los ruidos fuertes podrían indicar que algunos componentes ya cumplieron su ciclo de vida útil. En estos casos, una revisión técnica periódica puede ayudar a detectar problemas antes de que causen daños irreversibles.