Salud
¿Qué se siente antes de sufrir una pérdida de la visión repentina?
La intervención temprana y el manejo adecuado de las condiciones crónicas son esenciales para proteger la visión y la calidad de vida a largo plazo.
La pérdida repentina de la visión es una experiencia alarmante y potencialmente devastadora. A menudo, esta condición llega sin previo aviso, dejando a las personas desorientadas y ansiosas. Sin embargo, hay ciertos síntomas y señales que pueden preceder a este evento y que es crucial conocer para buscar atención médica inmediata.
Signos de alerta: los primeros síntomas
Uno de los primeros indicios de que algo no está bien con la visión puede ser la aparición de destellos de luz o la percepción de sombras en el campo visual. Estos fenómenos pueden parecer inofensivos al principio, pero pueden ser síntomas de un problema más grave. Los destellos de luz, a menudo descritos como “relámpagos” o “estrellas”, pueden indicar un desprendimiento de retina. Este es un trastorno en el cual la retina se separa de la parte posterior del ojo, un evento que requiere tratamiento urgente para prevenir la pérdida permanente de la visión.
La visión borrosa o doble puede ocurrir de manera súbita y afectar uno o ambos ojos. También puede ser resultado de varias condiciones, desde migrañas hasta problemas más serios como un accidente cerebrovascular. En particular, si la visión borrosa se presenta junto con otros síntomas neurológicos como debilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o confusión, es crucial buscar atención médica inmediata.
Existen múltiples causas potenciales para la pérdida repentina de la visión, algunas de las cuales pueden presentar síntomas premonitorios. Una de las más comunes es la neuropatía óptica isquémica, que ocurre cuando hay una interrupción del flujo sanguíneo al nervio óptico. Las personas que experimentan esta condición a menudo describen una pérdida de visión en un ojo, generalmente acompañada de dolor ocular.
Otra causa posible es el glaucoma agudo de ángulo cerrado. Esta condición se caracteriza por un aumento repentino y severo de la presión intraocular, lo que puede dañar el nervio óptico y llevar a una pérdida rápida de la visión. Los síntomas iniciales pueden incluir dolor ocular intenso, enrojecimiento del ojo, visión de halos alrededor de las luces y una disminución de la visión.
Además, la retinopatía diabética, una complicación de la diabetes, puede conducir a una pérdida repentina de la visión. Esta condición se desarrolla lentamente con el tiempo, pero puede pasar desapercibida hasta que se produce una hemorragia en el ojo o un desprendimiento de retina. Los síntomas tempranos pueden incluir visión borrosa, flotadores y cambios en la visión nocturna.
Reconocer y responder rápidamente a los síntomas de advertencia es vital para preservar la visión. La pérdida repentina de la visión es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Las intervenciones tempranas pueden incluir medicamentos para reducir la presión ocular en el caso del glaucoma, procedimientos quirúrgicos para reanudar el flujo sanguíneo en casos de neuropatía óptica isquémica, o cirugía para reparar un desprendimiento de retina.
La evaluación médica inmediata no solo puede salvar la visión, sino también identificar condiciones subyacentes que podrían tener consecuencias más amplias para la salud. Por ejemplo, la pérdida de visión debido a un accidente cerebrovascular puede ser un indicio de un problema cardiovascular más amplio que necesita atención urgente.
Además, el manejo a largo plazo de condiciones crónicas, como la diabetes, es esencial para prevenir complicaciones oculares. Los pacientes deben mantener un control riguroso de sus niveles de azúcar en sangre, asistir a revisiones regulares con un oftalmólogo y seguir las recomendaciones médicas para minimizar el riesgo de retinopatía diabética.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.