¿Frío o caliente? así se debe tomar el té de orégano con limón

El orégano es una planta muy utilizada en diferentes preparaciones culinarias, pero también es considerada ideal para aliviar algunos malestares gracias a sus propiedades calmantes, antiinflamatorias, expectorantes y digestivas.

Mientras tanto, el limón es uno de los cítricos más populares, por su alto contenido de vitamina C y flavonoides, antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres que pueden dañar las células del cuerpo.

Por eso, la infusión a base de orégano y limón es considerada un remedio ideal para la digestión, para la circulación o para aliviar los síntomas de un resfriado. Dependiendo de la razón por la que acuda a esta medicina natural, puede optar por un té frío o caliente o por consumirlo antes o después de comer.

La preparación de este té es muy simple, pues solo necesita agua, orégano, limón y, si desea, algún endulzante. Estos son los pasos que debe seguir para conseguir la infusión:

• Poner a hervir un litro de agua.
• Añadir dos cucharadas de hojas de orégano seco.
• Una vez la preparación haya hervido, deje reposar durante unos tres minutos.
• Agregue limón y, si desea, una cucharadita de miel para endulzar.

¿Cuáles son sus propiedades?

• Para la digestión: se cree que el té de orégano ayuda a regular los procesos digestivos, pue estimula la función biliar. Es muy utilizado por quienes padecen estreñimiento o digestión lenta, por lo que se recomienda tomar una taza después de cada comida.

• Para el insomnio: las infusiones de orégano también pueden ser beneficiosas para quienes tienen dificultades para conciliar el sueño. La sugerencia es beber la infusión una hora antes de ir a dormir o cuando se sienta tensionado.

• Para la circulación: se dice que el orégano funge como un antiinflamatorio, por lo que puede ser útil en caso de que necesite aliviar algún dolor o inflamación.
• Para la tos: el orégano posee propiedades expectorantes y sirve para tratar la tos excesiva o los problemas que afectan los bronquios. En estos casos, lo ideal es tomarlo tibio o caliente, en la mañana y antes de dormir.