Salud
El truco japonés para bajar de peso de forma natural sin dietas
Con ejercicios sencillos usted puede adelgazar y conservar el peso ideal.
Cuando se habla de perder peso inmediatamente llegan a la cabeza pensamientos como “tengo que hacer una dieta estricta, o, debo pasar interminables horas en el gimnasio para quemar todas las calorías que necesito”.
El secreto está en llevar a cabo el truco japonés para perder peso.
Desde hace muchos años la cultura oriental ha ganado popularidad en los países de occidente. Una de las técnicas más famosas es el truco japonés para perder peso. Sólo se necesita dedicar entre 2 y 10 minutos al día y disminuir los excesos de grasa en el cuerpo.
Este método se hizo popular en todo el mundo luego de que el actor japonés Miki Ryôsuke lo divulgara en Youtube. Ryôsuke aseguró que perdió 13 kilos con estos ejercicios y redujo en 12 centímetros el tamaño de su cintura. Todo esto, sólo en unas pocas semanas.
Paso a paso
Antes de comenzar, es necesario adoptar una posición especial. Muy importante tener en cuenta que la base de este método es la respiración. La postura debe ser acompañada por una fuerte inspiración y una exhalación para expulsar todo el oxígeno de las vías respiratorias. Cuanto más oxígeno se inhale, más grasa se quema al expulsarlo.
1. Póngase de pie y adelante una pierna.
2. Tense los glúteos.
3. Transfiera el peso hacia el pie que quedó detrás.
4. Inspire 3 segundos. En simultáneo, levante los brazos por encima de la cabeza.
5. Exhale fuertemente durante 7 segundos. El objetivo es sacar todo el aire de las vías respiratorias.
Otros trucos que usan los japoneses para mantenerse delgados
- Comen alimentos de fácil digestión: los japoneses llevan una alimentación basada en comidas que resultan fáciles de digerir por el organismo. De hecho, están acostumbrados a consumir productos crudos durante los meses de verano (lo que les ayuda a afrontar el calor) y optan por los cocinados en el invierno.
- Nunca se llenan del todo con la comida: Utiliza un método conocido como Hara Hachi Bu, que se basa simplemente en parar de comer cuando sienten cierta sensación de saciedad.
- No van al gimnasio: Los japoneses están acostumbrados a realizar entrenamientos moderados, sin matarse en el gimnasio. Caminar a diario, hacer yoga o estirar son algunas de sus prácticas habituales que, además, les ayudan a reducir el estrés, uno de los principales factores por los que el cuerpo usa la grasa del organismo.
- Una alimentación basada en el yin y el yang: El filósofo japonés George Ohsawa desarrolló una dieta macrobiótica basada en la dieta, el ejercicio, la meditación y la energía del yin y el yang. Se trata de comer y vivir en armonía y buscar el equilibrio del cuerpo. Para ello, la comida (generalmente de productos orgánicos y de temporada cultivados de forma local) se divide en cereales integrales, como el arroz integral, la avena, la cebada, el trigo sarraceno o la quinoa (entre el 40 y y el 60%), frutas y verduras (entre el 20 y y el 30%) y judías y productos derivados (entre el 10 y y el 25%).
- Toman baños calientes: Esta actividad ayuda al cuerpo a quemar calorías, reduce los niveles de azúcar en sangre, disminuye la inflamación y facilita tener un sueño de mejor calidad. Solo bastan 20 minutos en agua con temperaturas que oscilen entre los 38 y 42 grados.
- La dieta de la respiración prolongada: se trata de una técnica tradicional que consiste en respirar durante tres segundos y exhalar fuertemente durante otros siete. La grasa está compuesta principalmente por carbohidratos, hidrógeno y oxígeno y, cuando esta llega a las células, se descompone en agua y carbono, de forma que cuanto más oxígeno utiliza el cuerpo, más grasa se quema.
- Mantienen una buena postura: gracias al método de Toshiki Fukutsudzi, un popular médico japonés, se ha demostrado que una buena postura ayuda a adelgazar. Esta técnica consiste en sentarse en el suelo con las piernas estiradas y situar una toalla enrollada detrás de la espalda. Acto seguido, hay que tumbarse en posición recta con la toalla bajo la cintura e intentar acercar los dedos de los pies de forma que estos hagan un triángulo. Por último, hay que levantar los brazos por encima de la cabeza e intentar juntar los dedos meñiques. Una vez lograda esta postura hay que permanecer en ella al menos cinco minutos.