Salud
¿Cuánto tardan los pulmones en limpiarse de nicotina?
Desde los primeros minutos empieza el cuerpo a recuperarse, pero solo tras varios meses o años puede evitar padecimientos graves.
Fumar cigarrillo, respirar su humo, aire contaminado, entre otras toxinas, son las causas principales de padecer afecciones graves en los pulmones hacia la edad adulta.
Los pulmones de un fumador reciben, a través del humo del tabaco, más de 4.000 sustancias químicas, entre las cuales, por lo menos 250 son altamente nocivas para la salud.
De hecho, algunas de las consecuencias que empezará a notar una persona fumadora son la poca capacidad pulmonar al inhalar, una menor resistencia física, pérdida del aliento al realizar actividad física, incapacidad de respirar correctamente, cansancio crónico y aumento de la probabilidad de contraer enfermedades respiratorias, como una obstrucción o, incluso, cáncer.
Un fumador tiene una expectativa de vida por lo menos 10 años menor que la de los no fumadores, y de acuerdo con el portal Cancer.org, el riesgo de morir de una enfermedad relacionada con este hábito disminuye hasta en un 90 % si se deja de fumar antes de los 40 años.
La nicotina es una sustancia que está presente en el tabaco, es muy adictiva y en grandes dosis, como las de los fumadores habituales, aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el flujo sanguíneo, lo que puede derivar en enfermedades cardiovasculares.
Por todo esto, es importante que las personas entiendan su situación y tomen decisiones a tiempo para evitar las peores consecuencias. Según la American Cancer Society, hay diferentes rangos de tiempo en los que el cuerpo empieza a actuar tras haber fumado el último cigarrillo.
De hecho, solo 20 minutos después de hacerlo, bajan el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. Entre las dos semanas y los tres meses posteriores, la circulación mejora y la función pulmonar aumenta. Un año después de dejar el hábito, el riesgo de cardiopatía coronaria se reduce a la mitad del que tiene una persona que continúa fumando, así como el riesgo de un ataque cardíaco.
A los cinco años de haber abandonado el cigarrillo y la nicotina, el riesgo de cáncer de vejiga, de boca, de garganta y de esófago se reduce a la mitad, y la posibilidad de enfrentar problemas cerebrovasculares graves, como los derrames cerebrales, también se reduce considerablemente.
A los diez años, el riesgo de padecer cáncer de pulmón es casi la mitad al de una persona que sigue con el hábito de fumar y recién 15 años después, la posibilidad de sufrir una cardiopatía coronaria es igual al de una persona que no fuma.
Los profesionales de la salud han revelado consejos que pueden ayudar a las personas a limpiar sus pulmones de forma más eficiente tras haber abandonado el hábito de fumar.
La recomendación principal es evitar a toda costa las fuentes externas de contaminación, tales como gases tóxicos, partículas de metales pesados, material particulado en las calles y otras sustancias en suspensión.
De hecho, si puede, opte por vivir en zonas donde no se acumulen tantas sustancias químicas en el aire. Otro consejo es realizar ejercicio de forma constante. Bastarán 30 minutos en cinco días de la semana de ejercicio aeróbico para hacer un cambio valioso que fortalezca los pulmones y aumente la capacidad respiratoria.
Hidratarse bien, beber mucha agua y hacer ejercicios de respiración. Tener una alimentación saludable, eliminando los excesos de grasas, ingiriendo frutas, verduras y reduciendo los alimentos procesados.
Esto permitirá relajar la caja torácica de la presión ejercida por las grasas acumuladas, mejorando la capacidad pulmonar.
Por último, se recomienda hacer baños de vapor y tomar jengibre en forma de infusión. Lo primero para depurar la mucosidad en el pecho y lo segundo por su gran capacidad como limpiador natural.
Para los baños de vapor, se recomienda hacerlos con eucalipto durante 15 minutos antes de acostarse, y en el caso del jengibre, este se puede complementar con otras infusiones que igual ayudan a la limpieza pulmonar, como el té de aguja de pino y el té de romero.