SALUD
¿Cómo reaccionar a un ataque cardíaco?
La esperanza de sobrevivir es alta cuando se actúa a tiempo. Médicos aconsejan tener una capacitación mínima en reanimación cardio-respiratoria. En Cali las enfermedades cardiovasculares siguen en aumento.
Cada vez más caleños están muriendo de enfermedades cardiovasculares, lo que se ha convertido casi en una ‘epidemia’ por ser hoy una de las principales causas de fallecimientos en la ciudad. Todo por hábitos alimenticios inadecuados, obesidad, sedentarismo, ingesta de alcohol y fumar.
El dato es tan preocupante que solo en el primer trimestre de 2019 (aún no hay cifras de todo el año) se reportaron 3452 defunciones en Cali, 163 más que en igual periodo del 2018, cuando hubo 3289 casos.
En Colombia se estima que cada hora alguien fallece por culpa de un paro cardiovascular.
Preocupa, asimismo, el hecho de que cada vez por esta razón se están presentando muertes prematuras, es decir, entre personas jóvenes, o de menos de 40 años de edad, destaca la médica cardióloga y especialista Aura María Rivera.
El evento coronario agudo ocurre de forma inesperada y en la mayoría de las ocasiones no hay una rápida reacción de familiares, amigos u otras personas para brindarle los primeros auxilios a quien lo sufre.
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De acuerdo con el portal MD Saude cerca del 15% de los infartos ocasionan muerte súbita, no dando oportunidad al paciente. Afortunadamente, el 85% de los afectados se salva al llegar al servicio médico de urgencias.
Pero lo anterior no sucedió con el conocido humorista, Leonardo Vargas, quien falleció la semana pasada por un infarto agudo del miocardio mientras observaba un partido de fútbol por televisión en un centro comercial de la ciudad. Aunque fue llevado a la Fundación Valle del Lili, el comediante llegó sin signos vitales.
De acuerdo con el médico cardiólogo e internista del Centro Médico Imbanaco, Carlos Javier Ramírez Estupiñán, para que una persona sobreviva, lo primero que se debe hacer, es asistirla con una reanimación (masaje cardio-respiratorio), o hacer uso de un desfibrilador automático. Después de 4-6 minutos suele haber daño cerebral por la falta de oxígeno.
Estos episodios se han vuelto muy comunes. En abril de 2019 un médico pediatra falleció de un infarto fulminante cuando hacía ejercicio en el Parque del Ingenio. En ese mismo mes, la muerte sorprendió de forma similar a un taxista en momentos en que iba por el sur de Cali.
También se divulgó el miércoles pasado la muerte del cantante y compositor estadounidense David Olney, de 71 años, en pleno concierto durante un festival en Santa Rosa Beach, Florida. Todos fueron decesos repentinos a consecuencia de un ataque cardíaco.
Qué hacer
A pesar de lo sucedido a quienes no lograron sobrevivir, hay personas que han corrido con suerte al acudir al servicio de urgencia al sentir los primeros síntomas, o porque sospechan sobre lo que pudiera ser el comienzo de una arritmia ventricular.
El cardiólogo Ramírez Estupiñán recomienda para enfrentar este tipo de emergencias los siguientes pasos:
*Ante cualquier molestia torácica o dolor opresivo en el pecho, e incluso un pequeño malestar o ‘disconfort’, hay que llamar de inmediato al sistema de emergencias más cercano, y más si la persona queda inconsciente.
*Dar maniobras de reanimación o masaje cardiaco-respiratorio en los primeros minutos. Esto evitará que la persona sufra un daño neurológico. El masaje se hace presionando con fuerza el tercio inferior del esternón. En ningún momento se debe suspender esta maniobra mientras se conecta la persona a un desfibrilador.
*Utilizar un desfibrilador automático que es de simple manejo, ya que puede ser operado por cualquier persona. Basta conectar las palas o parches en el pecho del paciente y encender la máquina. Sin esto, las posibilidades de que la persona sobreviva son mínimas.
*Se le pueden suministrar 300 miligramos de aspirina al paciente mientras es trasladado en ambulancia al hospital.
*Los centros comerciales, aeropuertos, edificios públicos o privados, estadios, teatros y sitios de entretenimiento deben contar con desfibriladores para atender este tipo de emergencias.
El cardiólogo considera que en todos estos sitios de aglomeración de personas debe haber personal entrenado para dar reanimación cardiaca a quien sufre un infarto, mientras llega la ayuda médica.
Sin embargo, el especialista recalca que lo ideal es que haya más campañas público-privadas de entrenamiento entre la comunidad para que se pueda reaccionar rápido frente al evento cardíaco de alguien cercano, o no.
Un riesgo latente
Según la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión Arterial, el corazón funciona como una máquina perfecta, pero tiene ocho enemigos: la sal, las grasas saturadas y trans, diabetes, obesidad, sobrepeso, cigarrillo, sedentarismo, estrés y el alcohol.
Los pacientes diabéticos e hipertensos, con colesterol elevado, historial de muertes en familiares (padres, hermanos o tíos) menores de 50 años por enfermedades coronarias tienen una mayor posibilidad de desarrollar uno.
El cardiólogo Carlos Javier Ramírez advierte que están en riesgo de presentar muerte súbita aquellas personas (sedentarias y con sobrepeso) que durante los fines de semana se convierten en deportistas, montando bicicleta, jugando al tenis, participando en carreras atléticas, o haciendo todo tipo de ejercicios con grandes esfuerzos. “Eso lo vemos frecuentemente, ya que se trata de personas que no están acondicionadas físicamente”, comenta.
De allí, que entre las diez primeras causas de defunción en hombres, la enfermedad isquémica del corazón tuvo una participación de 16,5%, las agresiones (homicidios) el 8,7% y las muertes por enfermedad cerebrovascular el 5,7%, según el informe de Calidad de Vida 2018 del Dane.
El especialista recomienda hacer ejercicio 30 minutos, cinco días a la semana, de moderada intensidad.
Qué causa el infarto
El infarto de miocardio ocurre cuando un coágulo de sangre (trombosis coronaria) obstruye una arteria e impide el normal flujo de sangre hacia el corazón.
El evento sucede por la acumulación de placas de grasa que se rompen de manera súbita. Ese bloqueo daña una parte del músculo cardiaco.
La opresión en el pecho, la falta de aire, el hormigueo en un brazo y el dolor en la mandíbula, son algunas señales de alerta.