Política
Petro, en crisis de gobernabilidad: “Está cerca de quedar parado en una baldosa sin poder moverse”
Expertos señalan que la salida frecuente de funcionarios del Gobierno está lejos de acabarse; se desgastan cada vez más la gobernabilidad y las oportunidades para el Presidente.
La soledad en la que se está quedando el presidente Gustavo Petro se ha vuelto palpable, luego de que perdiera a varias de sus fichas más leales, tales como Roy Barreras, Patricia Ariza, Carolina Corcho, Cecilia López y Alfonso Prada, a los que se suman ahora Laura Sarabia y Armando Benedetti.
“El Mandatario está en un enorme lío, porque no tiene personas preparadas en su círculo cercano de confianza para las lides de gobernar”, dice el analista político John Mario González.
Para él, “los aliados más prominentes del Gobierno eran invitados de último momento, aliados circunstanciales que en cualquier momento lo podían abandonar, como Benedetti y Roy. Además, es un Presidente tan solitario, que eligió una importante bancada en el Congreso, pero hoy no solo no tiene las mayorías, sino que en su bancada no hay un solo parlamentario de peso que saque la cara por él”.
A su vez, el asesor político Eduardo Llano comenta que “el Ejecutivo se ha paralizado varias veces por escándalos autoinfringidos, porque no tienen comunicación estratégica. Todos los funcionarios han cometido unas embarradas tremendas y no han salido bien librados porque no saben comunicar lo que hacen y, en ocasiones, pierden la oportunidad de quedarse callados”.
“Con toda la crisis que se da, el santismo sale del Gobierno, entonces sale Alfonso Prada, que era el vocero; José Antonio Ocampo y Alejandro Gaviria, y ahora estamos viendo cómo molieron y sacaron a Laura Sarabia y por ahí derecho a Benedetti”, añade.
Es importante recordar que el primer ‘remezón’ en el gabinete se dio en febrero, luego de que el exministro de Educación Alejandro Gaviria, junto a otros jefes de carteras, presentaron una carta en la que rechazaban la reforma a la salud que impulsaba Carolina Corcho, generando que la leal Jefe de Gabinete pidiera la renuncia de los firmantes del documento.
Después, tras despedir a algunos viceministros que militaban en partidos de la coalición, la cual seguía viva para entonces, Petro pidió la dimisión de todo el gabinete, ‘tumbando’ siete cabezas de una sola.
Al respecto, los analistas señalan que, por acciones como esas, esta demuestra ser una Administración muy similar a la que se conoció a su paso por la Alcaldía de Bogotá, donde inició con un grupo de secretarios pero terminó con otro totalmente diferente.
“Ya habíamos advertido que la constante de este Ejecutivo es la improvisación y la inestabilidad. Fue lo que ocurrió en su alcaldía y ahora ocurre con el equipo más cercano de colaboradores, ministros, congresistas y todo el equipo de campaña de Gustavo Petro”, dice el senador opositor Carlos Fernando Motoa.
“La soledad de Petro se desprende de dos hechos fundamentales”, explica González, “el primero es que siempre fue un contestatario que sacó provecho político por oponerse e intentar incluso tumbar gobiernos, pero nunca se preparó en realidad para gobernar, como lo demostró su mala gestión como alcalde de Bogotá, y, segundo, porque es muy confuso y totalmente errático conceptualmente”.
En ese sentido, Carlos Charry, director del Doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, observa que “esto representa mayores dificultades para el Gobierno, para su gobernabilidad y para tener mejores vasos comunicantes, tanto con el Congreso como con las diferentes dependencias administrativas del Estado. Posiblemente, veremos en los próximos días que haya más modificaciones en viceministerios y altos cargos”.
“Ante la ruptura de la antigua coalición, el Mandatario está buscando poner personas claves, pero tampoco es que cuente con muchas fichas para recomponer a quienes se han ido. Eso puede implicar que esa sensación de cortocircuito con las diferentes estancias pueda llegar a una especie de bloqueo de ejecución”, agrega.
Sin embargo, para el asesor político Llano esta situación “le da una oportunidad a Petro para rodearse de su círculo más cercano, sin tener que reconocer las alianzas que lo llevaron al poder, porque, al salir de Roy y Benedetti, se quita una cantidad de burocracia de encima. Ya no es el Gobierno del Pacto, es el del petrismo”.
Y añade: “El Presidente va a llegar a un momento en el que no va a confiar en absolutamente nadie, y debería hacerlo, porque veo que es como cuando el piso se empieza a caer alrededor y uno termina parado en una baldosa. Gustavo Petro cada vez está más cerca de quedar parado en una sola baldosa y sin poder moverse”.
Asimismo, John Mario González indica que “las personas en quienes más confía el Jefe de Estado son viejos militantes del M-19, con escasa preparación gerencial, a los que les conocen sus debilidades y seguramente por ello no los lleva a ese primer círculo de la Casa de Nariño”.
Ante esa desolación, los expertos señalan que el Jefe de Estado no la tendrá nada fácil, porque se le agotan las posibles opciones de fichas, sobre todo ahora que necesita ocupar la vacante que dejó Laura Sarabia.
“Va a ser difícil encontrar a un jefe de Gabinete con preparación, que sepa jugar en equipo, que le guarde la espalda al Presidente y articule una estrategia para recomponer el discurso gubernamental y las mayorías en el Congreso”, comenta González.
Explica que “lo grave es que el Gobierno perdió las mayorías en el Legislativo, se le hundirán todos sus proyectos de reforma ‘social’ y tendrá que decirle al país qué camino escogerá. Si escoge el de la confrontación, las mayorías ya no están con él, pero si escoge la concertación, ya no será al precio de dos o tres ministerios, sino que varios partidos le exigirán adoptar un programa centrista, sensato, y eso sería borrar lo que dijo en su programa de Gobierno de marzo de 2022″.
De otro lado, el analista político Álvaro Benedetti señala que Roy Barreras no generaba confianza ni inspiraba lealtad para Petro, porque, si bien hace parte de las personas que fueron cercanas a él en la campaña, “un poco desde sus veleidades políticas, siempre se arrima al mejor postor”.
“Son nueve meses generando ruido en los que Petro no se logra acompasar a todas las figuras, en algunos casos más deslumbrantes que otras, pero en todo caso importantes en la toma de decisión, y no solo me refiero a los ministros, sino al cuerpo diplomático, y a quienes son más estratégicas dentro de los lineamientos discursivos del Gobierno”, indica Benedetti.
Para él, esa inestabilidad en la Administración “no corresponde a un tema de falta de solidez, sino de desorden, de un proyecto político que pareciera ser, por el hecho de que están todos coaligados en una iniciativa ciertamente diferente en Colombia, pero en hasta ahora ha generado mucho temor en todos los grupos de interés”.
Y continúa: “Hay mucha duda, especialmente en los mercados y en la opinión, de cara a la gobernabilidad del proyecto político y su continuidad en el tiempo. Todo esto lo que hace es debilitarlo y minar las posibilidades a futuro, porque tal parece ser que incluso las bases de opinión del petrismo están empezando a dudar de la viabilidad del Gobierno y están cuestionando su coherencia”.