Editorial

Excesos de Trump con los migrantes

Cientos de miles de personas se manifestaron en varias ciudades, en el marco de una movilización que han bautizado ‘Sin reyes’, para rechazar el que consideran autoritarismo...

Trump, se llama Rebelión migrante.
El presidente Donald Trump ha liderado una cruzada contra los migrantes irregulares en Estados Unidos. | Foto: Getty Images

18 de jun de 2025, 03:31 a. m.

Actualizado el 18 de jun de 2025, 03:33 a. m.

La controversia frente a las redadas contra los inmigrantes en Estados Unidos, que inicialmente dejó una ola de caos y destrucción en la ciudad de Los Ángeles, escenario de agitadas protestas de quienes se oponen a la política migratoria de Donald Trump, rebasó lo humanitario y está comprometiendo el orden constitucional y democrático.

Entre otras razones porque el Presidente de Estados Unidos ha decidido andar sobre la delgada línea que separa su mandato constitucional del autoritarismo y ha querido imponer la ideología sobre las leyes en un país que se precia de tener una democracia madura.

Es justo esa ley de mano recia de Trump la que ha llevado a que en los últimos días cientos de miles de personas, primero en Los Ángeles y luego en muchas otras ciudades de la Unión, salgan a protestar contra la criminalización de los inmigrantes y las cacerías en sitios de trabajo con un enfoque centrado en causas políticas.

Sobre todo porque las redadas, que el Gobierno Trump ordenó el pasado domingo intensificar pese a las protestas, se han centrado en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, las cuales son coincidencialmente gobernadas por mandatarios demócratas que han cuestionado la decisión presidencial y en las que ha centrado su meta poco ortodoxa de realizar el mayor programa de deportación masiva en la historia de Estados Unidos.

En respuesta a ello, el Presidente republicano, yendo en contra de la lógica y la ley, ordenó sin autorización del Gobernador de California, lo que no ocurría hace 60 años, el despliegue de 4000 hombres de la Guardia Nacional y 700 marines para contrarrestar las protestas que se han ido extendido por el país contra un régimen que ya tildan de arbitrario.

Las leyes de 1807 y 1878, que en Estados Unidos le permiten a una autoridad federal recurrir de forma excepcional al uso del Ejército dentro del país, establecen que debe darse un estado de insurrección, algo que está lejos de la realidad que se está viviendo en el país.

El sábado, cientos de miles de personas se manifestaron en varias ciudades, en el marco de una movilización que han bautizado ‘Sin reyes’, para rechazar el que consideran autoritarismo, la política de los multimillonarios y la militarización de la democracia.

No es infundada entonces la preocupación por lo que pueden significar para el orden democrático medidas como las adoptadas por Donald Trump, pasando por encima de la Constitución y las leyes, cuando hasta ahora uno de los pilares de la estabilidad ha sido la independencia de los Estados frente al Gobierno Federal, que se ve en riesgo por las decisiones del mandatario republicano.

En una democracia como la que se precia de tener Estados Unidos, no debe haber espacio para que un presidente considere la migración y a los inmigrantes como una herramienta de destrucción masiva, como lo ha señalado.

La dignidad, la igualdad y el respeto son inherentes al ser humano y no están supeditados a políticas migratorias o ideologías supremacistas. Porque no solo es una violación a los Derechos Humanos, sino un riesgo a la estabilidad del llamado país de las libertades.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Editorial