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Yo le pido a Dios, estas navidades
Hasta el viernes, eran once las víctimas en el país, que suma el paro armado del Eln, siete de ellas en Aguachica; militares que dejan familias en medio del luto y el dolor. ¿Hasta cuándo la brutalidad de una guerra que duele en el suroccidente, en la Nación y en distintos rincones del mundo?
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21 de dic de 2025, 02:21 a. m.
Actualizado el 21 de dic de 2025, 02:21 a. m.
“Yo le pido a Dios estas navidades
mis felicidades a mis familiares”.
Richie Ray y Bobby Cruz popularizaron, muchas décadas atrás, esta canción que hoy no puede faltar en la playlist de Navidad. El tema nos invita a poner a la familia en el centro; a priorizarla hoy y siempre, a desearle el bien, a ayudarla y acompañarla para que sus anhelos se cumplan: la salud, el plato en la mesa, el abrazo del ausente. La familia reunida no solo en Navidad, sino siempre. La que está, la que nunca se va.
“Y le ruego a Dios por
la humanidad
gloria en las alturas
y en la tierra paz”.
Hemos vivido una semana de atentados en el país: en el Cesar, en el Cauca, en Norte de Santander y en Cali, donde el martes perdieron la vida los subintendentes de la Policía Jorge Leonardo Gómez y Robert Steven Melo mientras patrullaban los alrededores del coliseo María Isabel Urrutia. Hasta el viernes, eran once las víctimas en el país, que suma el paro armado del Eln, siete de ellas en Aguachica; militares que dejan familias en medio del luto y el dolor. ¿Hasta cuándo la brutalidad de una guerra que duele en el suroccidente, en la Nación y en distintos rincones del mundo?
La necesaria paz que anhelamos debería estar presente en el discurso diario, en lugar de acudir al insulto para defender las ideas propias y destruir las ajenas. Debemos pensarnos en esa manera de construir a través de la palabra. Quienes están en el poder, o aspiran a estarlo, deberían dar el ejemplo. La crítica constructiva como regla; el mensaje contundente sin ‘bodegas’ o aduladores dispuestos a ganar a costa del destrozo.
Necesitamos un liderazgo auténtico, que aplauda los logros colectivos en lugar de opacar. El que impulsa y anima, reconoce y orienta; el liderazgo que entiende su dimensión y responsabilidad. Aquel que acompaña, aporta y anima. Hay tantas maneras de practicar la humanidad.
“Los niños que esperen
a los reyes magos
que ellos siempre vienen
con muchos regalos”.
En el mundo hay más de 350 millones de niños que viven por debajo del umbral de la pobreza extrema y casi mil millones en pobreza multidimensional (carencias simultáneas). Y no es solo en los países donde falta todo; también ocurre en las naciones más ricas, donde la abundancia se concentra en unos pocos y afecta a millones. No hemos conseguido salvar vidas del hambre ni de enfermedades controlables. Las campañas de regalos en esta temporada, para llevar obsequios a rincones a los que llega tan poco, podrían ser más efectivas si se acompañaran de estrategias sostenidas para brindar oportunidades reales: estudio, alimento, un sueño.
“Y en el año nuevo tan espiritual
todos rogaremos por eterna paz”.
Que todos los deseos que elevamos al cielo se cumplan, pero, sobre todo, que haya paz en cada corazón. Que nuestras palabras se iluminen de luz. Y si alguna vez debemos llamar la atención, que sea desde la asertividad, desde la comprensión. Que esta Navidad y siempre nos abrace la felicidad y la fuerza para enfrentar la adversidad. Que haya vida, luz y paz para hacer camino al andar.
“¡Ay, qué bella es la Navidad!
Ay, cantando aguinaldo
y bailando ‘na’ má’.”

Comunicadora Social - Periodista y Docente de la Universidad Autónoma de Occidente. Caleñísima. Con 26 años de experiencia en una sala de redacción. Entiende el periodismo como una pasión, pero sobre todo, como una manera de transformar y servir a la sociedad. Ciudad, paz, género y niñez, los temas que le apasionan.
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