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Retos que matan

María José pasó unos cuantos días intubada y con el cerebro hinchado, según el relato de su padre, Andrés Ardila, que cuenta cómo la revivieron tres veces en la clínica...

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Paola Andrea Gómez.
Paola Andrea Gómez. | Foto: El País.

2 de nov de 2025, 12:21 a. m.

Actualizado el 2 de nov de 2025, 12:21 a. m.

El reto consistía en tomarse un trago llamado cucaracho en cinco segundos, tres shots (licor servido en copa que debe tomarse en un solo trago), una cerveza sin parar, tres shots sin usar las manos, trece segundos de aguardiente sin regar y ocho shots de diferentes tragos con pitillo. El reto se promocionó en redes sociales y el premio era de 1,5 millones de pesos. El reto terminó en tragedia. Hoy una familia caleña llora la pérdida de María José Ardila, una joven de 23 años, madre de un bebé y esposa.

Todo lo ocurrido es tan absurdo como preocupante. Pasaron días de información sobre el hecho divulgado inicialmente por Tubarco, hasta que Sagsa Bar, la discoteca donde ocurrió el hecho, emitió un comunicado en el que “lamenta con profunda tristeza los hechos ocurridos el sábado 25 de octubre… Expresamos nuestra solidaridad, apoyo y acompañamiento a la familia en este difícil momento y reafirmamos nuestra disposición a brindar todo el apoyo y colaboración necesarios desde el lugar que nos corresponda”.

La combinación de todo tipo de licores provoca intoxicación, ¿es tan difícil saberlo? La cultura del espectáculo que no conoce de límites, ¿a qué punto hemos llegado? El video en que se ve a la joven mujer ingiriendo el licor y alrededor sus amigos sonriendo, poco antes de que ella desfalleciera, ¿en serio?, ¿de verdad no hubo nadie que comprendiera que lo que estaba ocurriendo podía terminar en tragedia?

María José pasó unos cuantos días intubada y con el cerebro hinchado, según el relato de su padre, Andrés Ardila, que cuenta cómo la revivieron tres veces en la clínica, pero al final perdió la batalla y falleció el jueves 30 de octubre. Tanto él como Carlos, el esposo de la joven, hicieron público el hecho con la intención de que no le pase a alguien más.

El caso se convirtió en blanco de reacciones, donde es tan fácil juzgar y tan difícil sentir compasión. Que era mayor de edad, que era responsable de sus actos, que nadie la obligó, que quién la manda, que qué tipo de amigos tenía, que eso le pasa, por citar los menos dolorosos. Todo tan fácil de decir desde la comodidad de un teclado de celular.

No se trata de eximir o señalar las responsabilidades que a cada quien le cabe en el hecho. Lo que debe llamarnos es a una reflexión profunda, en una sociedad donde los retos absurdos están a la orden del día. Generar conciencia en nuestros hijos, nuestras hijas, de los riesgos que enfrentan, de la responsabilidad que debe existir frente al licor, tan socialmente aceptado, y de tener la potestad de decir no, frente a la presión del público que solo busca divertirse sin medir consecuencias.

Los establecimientos nocturnos deben ser responsables social y legalmente, y ojalá que los operativos que han anunciado las autoridades de salud y el cumplimiento de las exigencias mencionadas por Asobares no sean fruto del momento, sino que propendan por una campaña seria que proteja la vida. Alguien que sepa prestar primeros auxilios, un protocolo que establezca qué hacer en caso de intoxicación, desmayo, convulsión, tantas cosas que pueden ocurrir… La diversión no puede seguir costando vidas.

Como madre de un joven siento profunda tristeza por lo ocurrido, solidaridad con la familia afectada y preocupación frente a este tipo de situaciones. Que la tragedia de María José nos permita construir una verdadera cultura en torno a la diversión nocturna en lugar de quedar en el registro informativo un reto absurdo que mata.

@pagope

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