Columnistas
Reglas claras
Un país de empresarios como lo es Colombia merece condiciones de entorno y de políticas públicas para que todos los tamaños de empresa desarrollen sus potencialidades...
He insistido desde este espacio sobre la importancia que tiene para el sector privado defender la estabilidad en las reglas de juego como factor determinante del crecimiento empresarial, la promoción de la inversión privada y la generación de valor. Esta misma visión es compartida por el sector gremial, que reclama de manera persistente que los empresarios requieren claridades para desarrollar sus iniciativas.
Nada ilustra mejor esto que el grave incidente diplomático con Estados Unidos que puso en juego la estabilidad económica del país, el costo de vida, el empleo y el bienestar de los ciudadanos. El Consejo Gremial Nacional alertó sobre las graves consecuencias que una crisis de este estilo tiene para la economía nacional y el comercio exterior. No se trata solo de amistades o cercanías ideológicas, se trata de relaciones comerciales con una gran incidencia en puestos de trabajo y en el enorme esfuerzo que los empresarios han hecho en posicionar los productos en mercados tan exigentes como el americano.
Se debe generar confianza. Bien lo ha dicho el Consejo Privado de Competitividad en su Informe Nacional, que señala la necesidad de “coordinar y articular acciones entre diferentes entidades y sectores para lograr cambios”. Asegura que “para lograrlo se requiere, de manera prioritaria, confianza entre actores, reglas del juego claras y mecanismos de articulación”.
El país afronta en el 2025 el gran reto de la reactivación, razón de más para que el sector empresarial, que es responsable de cerca del 72% del PIB nacional, tenga certezas, que les permita hacer frente a los desafíos y transformarlos en oportunidades. Las cifras del 2024 mostraron una tímida recuperación, pero el nuevo año requiere que las cosas sucedan, para lograr un crecimiento sostenible. Los efectos negativos de la incertidumbre generada por la falta de reglas claras para sectores como la energía, los hidrocarburos y la salud, entre muchos otros, afectan el bienestar y la vida de millones de colombianos.
La reflexión fundamental alrededor de estos asuntos tiene que ver con que las decisiones que se tomen desde el Gobierno Nacional deben buscar el beneficio para todos los sectores, ser transversales, incentivar la creación de empresas, promover el crecimiento empresarial, la formalización, lo que apalanca la reactivación de la economía y la generación de empleo.
Para avanzar es necesario seguirle apostándole a programas que tiene resultados positivos como Fábricas de Productividad y Sostenibilidad, Centros de Reindustrialización Zascas, programas de apoyo a la Economía Popular y herramientas como la Ventanilla Única Empresarial que facilita la creación de empresas y los trámites asociados a su operación. Iniciativas todas que desarrollan las Cámaras de Comercio como las mejores aliadas para impulsar, con los gobiernos locales y nacional, mejor desempeño en las familias y en los hogares.
Un país de empresarios como lo es Colombia merece condiciones de entorno y de políticas públicas para que todos los tamaños de empresa desarrollen sus potencialidades y aprovechen las oportunidades del mercado. Reglas claras son detonadoras de resultados positivos de largo plazo. Escuchar es la puerta que abre el camino a la concertación y en ello el empresariado colombiano y sus instituciones han estado prestas para hacerlo. Debemos generar confianza para crear un entorno que permita que nuestro tejido empresarial pueda fortalecerse y aportar al crecimiento de la Nación.
Regístrate gratis al boletín diario de noticias
Te puede gustar