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¿Quién podrá ayudarlo?

Un año y medio de gobierno debería haberle mostrado con claridad cómo es de complejo el manejo del Estado, cómo están de interconectadas las decisiones...

2 de diciembre de 2023 Por: Ricardo Villaveces
Ricardo Villaveces
Ricardo Villaveces | Foto: El País

Poco a poco los colombianos y quienes nos miran desde el exterior nos hemos acostumbrado a la montaña rusa de emociones y sentimientos que despierta Petro con su manera de gobernar. Como se ha dicho reiteradamente, su personalidad es de una gran complejidad y los profesionales del tema podrán dedicar mucho tiempo a su análisis cuando se quiera analizar lo que fue este gobierno. El problema son las consecuencias negativas que puede tener para el país.

En buena medida esta catarata de ocurrencias, de anuncios, de peleas se comienza a volver parte del paisaje y ya no despiertan las reacciones del comienzo del gobierno. Incluso indicadores como el de la tasa de cambio muestran que no se están registrando grandes turbulencias. Sin embargo, gradualmente todos los indicadores se van deteriorando.

Después de las elecciones locales, cualquier analista externo diría que estaban dadas las condiciones para impulsar el tan mentado acuerdo nacional, que hiciera posibles cambios que requiere el país en varios frentes. Esto requeriría liderar un proceso en el que los actores más relevantes se sintieran representados y convocados por los planteamientos del presidente y donde fuera claro que se estaba poniendo al interés nacional como gran prioridad. Un año y medio de gobierno debería haberle mostrado con claridad cómo es de complejo el manejo del Estado, cómo están de interconectadas las decisiones y cómo es de importante el papel de los técnicos y los expertos en la gestión.

Petro en sus conflictos internos debe haberlo entendido en algún grado, pues ha dado señas en esa dirección. Pero es increíble que cuando va a ejecutar predomina en su personalidad esa atracción que tiene por el conflicto y la confrontación. ¿Cómo puede ser posible, por ejemplo, que a estas horas no se haya reunido con los gobernadores y alcaldes electos de las principales regiones sin importar si las considera de su línea de pensamiento o no?

Muy positivo que haya invitado a un grupo de importantes empresarios para conversar con ellos, pero ¿cómo va a tener presentación que excluya a representantes de Antioquia o de la costa norte? Muy positivo que haya hecho este acercamiento, pero lo que no se puede pensar es que allí esté toda la interlocución que se requiere para avanzar en los acuerdos.

Inclusive en los sectores a los que pertenecen quienes asistieron a esa reunión, difícilmente se puede decir que todos se sentían representados. La estrategia de ‘los cacaos’ la usó Samper en los momentos críticos de su gobierno, pero las circunstancias eran diferentes. Y, ¿qué puede explicar que salga a respaldar las barbaridades de su ministro de salud, que hasta el propio ministro rectificó? O convertirse en el gran abanderado de la causa palestina, deteriorando la relación con Israel y, en alguna medida, con los Estados Unidos.

Sus obsesiones por convertirse en líder mundial, que lo lleva a viajar sin pausa y su obstinación lo tienen desconectado con el país. Ojalá la señora Sarabia, que cada día toma más protagonismo, tenga la claridad de influir en él para que no desperdicie la oportunidad de corregir el rumbo.

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