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Te necesito, Amado Señor, porque hay días en los que no hay vestigios de fe, y el mal es arrollador.

Gonzalo Gallo

13 de oct de 2023, 02:46 a. m.

Actualizado el 13 de oct de 2023, 02:46 a. m.

Dios mío, gracias por ser mi maestro de amor, de compasión y de nunca juzgar.

Contigo aprendo a no contentarme con hablar del amor, sino a vivirlo, disfrutarlo y compartirlo.

Te tengo bien presente, Señor, y creo que moras en mí, me fortaleces y me inspiras.

Los hermanos, al fallar, son mis maestros y no es fácil aceptarlos y comprenderlos.

No son malos y me enseñan paciencia con sus faltas, y tolerancia con otros modos de ver la vida.

Mi ser se templa, no en la comodidad, sino en la dificultad y en la debilidad asumidas con amor.

Te necesito, Amado Señor, porque hay días en los que no hay vestigios de fe, y el mal es arrollador.

Me amas y me das fuerzas si tiendo a sucumbir. Tú eres mi apoyo y mi buena estrella. Gracias. Te amo.

@gonzalogallog

Conferencista y escritor. Autor de 25 libros, dos de ellos para Mexico. 25 años trabajando medios como prensa, radio y tv. Lleva más de 25 años escribiendo para El País.

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