Las diferencias de edades y el amor

Recibí la invitación de un querido amigo a tomarnos una cerveza y picar algo. Llamémoslo Pacho. El motivo: que habláramos de la vida, pero yo tenía claro que él me quería era hablar de la suya. Llevaba varios años de casado en sus segundas nupcias, con un bombón 23 años menor que él.

Cuando los compañeros de promoción llegábamos a las celebraciones, Pacho siempre sacaba pecho pues nadie había innovado como él. Varios seguíamos con la misma señora de siempre y otros habían hecho cambios ‘chimbos’ que requirieron cirugías plásticas que fueron reverzasos estéticos bárbaros: ojos de felino, labios de bocachico, pómulos de manzana, largas cabelleras rubias; todas con el mismo molde, pero con lamentables resultados. Nuestro amigo no tuvo que rejuvenecerla, él se la consiguió más joven y todo en ella era natural. Pacho no cabía de la dicha. A los 50 encontró una barbie de 23 y allí seguían.

Durante nuestro encuentro, le pregunté que hasta cuando trabajaría. Ya tenemos edad de pensionarnos, muchos lo han hecho y quería saber su plan. Admiro como sale a trabajar todos los días a las 5: 00 a.m., como labora hasta tarde en la noche e incluso ha hecho cursos complementarios a distancia por lo cual, a pesar de estar en el sexto piso, se mantiene actualizado. Hace largas caminatas con su pastor alemán y saca tiempo para hacer atletismo en las calles de Cali.

¡¡Cómo te mantienes de activo, Pacho!! Se quedó pensativo y en la segunda cerveza me dijo: “Te diré la verdad. Yo no soy la estrella que tú crees”. Y con temblor en la voz, agregó: “Yo no es que madrugue a trabajar. ¡Yo huyo de la casa! Por esa misma razón llego tarde y converso en la calle con el perro. Entre las frecuentes tomadas de lección en la cama y la diferencia de temas, de música y de todo, prefiero llegar y que ella esté dormida y dejarla así, igual en la mañana.”

Para animarlo, repasamos juntos muchas de las parejas que a pesar de la edad siguen vigentes. Google nos mostró a Katherine Zeta-Jones y Michael Douglas, 25 años de diferencia y dos hijos. Cayetano Martínez de Irujo tiene 59 años y Bárbara Mirjan solo 26; Enrique Ponce le hace estocadas con oreja y rabo a Ana Soria de 27 ; otro matador, Ortega Cano llegando a los 70, tiene pareja de 45; Mick Jagger, el vocalista de los Rolling Stones con 79 años le lleva 44 a Melanie ; su compañero de banda Ronnie Wood de 75 años convive con Sally Humphrey de 44 y tienen gemelas ; Rod Stewart de 77 años tiene 2 hijos con Penny Lancaster, 27 años menor; Mel Gibson y Rosalind Ross se llevan 36 años; Richard Gere es 33 años mayor que la española Alejandra Silva y Harrison Ford, cuya última película de Indiana Jones está en cartelera es 22 años mayor que la bella Calista Flockhart. Vimos fotos de todos ellos en costa Amalfitana, asistiendo a bodas en Venecia; esquiando en Aspen; broceándose en Mustike, en el azul caribe.

“¿Por qué ellos se ven tan felices a pesar de la diferencia de edades y nosotros estamos en esta jartera?” Se preguntaba Pacho. Me contó que la familia de ella vendría muy pronto. “¿Qué has pensado con ellos?”. “Vamos a acampar en Calima, también tengo reserva en Comfenalco en Yanaconas; estoy engordando un par de gallinas para hacer sancocho en Pance y así vamos a hacer programas muy “bacanos”, contestó Pacho.

Lo animé. Le di ejemplos de momentos duros que todos hemos vivido en pareja. Pacho pidió la cuenta. La mesera se la pasó. Eran $71.000 de las cervezas y la picadita. Pacho entregó la tarjeta de crédito. “¿A cuántas cuotas?”, le preguntó. “A 12 meses”, contestó Pacho con gran seguridad. Comencé a encontrar grandes diferencias con los referentes que inspiraron a Pacho el cambio extremo de pareja. Ojalá consiga trabajo como extra en Hollywood a ver si algún día se acerca a ese mundo de atracacunas y cazafortunas.