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¿La Eucaristía nos une?

Una vida eucarística auténtica sólo se da cuando nos proyectamos hacia los demás...

Iglesia La Encarnación de la Ciudad de Popayán
Iglesia La Encarnación de la Ciudad de Popayán | Foto: Francisco Calderón

22 de jun de 2025, 01:31 a. m.

Actualizado el 22 de jun de 2025, 01:31 a. m.

Por Rodrigo Gallego Trujillo, obispo de Palmira.

Tenemos en este domingo una de las fiestas más entrañables de nuestra fe católica: Corpus Christi, el Cuerpo y la Sangre del Señor… Es la fiesta de la Eucaristía.

Hay un bello principio de la teología que nos dice. “La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia”. Es tan real y profundo que vale la pena pensar cuánto estimamos y frecuentamos la Santa Misa, especialmente cada domingo, y ¿si tiene impacto en nuestra vida?, realmente, ¿la Eucaristía transforma nuestra vida?

La vida cristiana se puede comprender mejor en la vivencia de la Eucaristía, porque es evidente, desde la sagrada escritura, cómo el Señor quiso celebrar la Pascua con sus discípulos y dejarles el mandato de “hagan esto en conmemoración mía” (Lc 22,19); más aún, en los Hechos de los Apóstoles se nos dice que los Apóstoles eran asiduos a la Fracción del Pan (primitivo nombre de la Eucaristía; Hch 2,42). También, recorriendo los textos cristianos más antiguos (La Didajé del año 70 después de Cristo, San Justino, del año 165 después de Cristo), encontramos que la Eucaristía ocupa un lugar central en la vida de la comunidad cristiana.

De este modo, recordamos que la Eucaristía tiene dos grandes momentos: la liturgia de la palabra y la liturgia de la Eucaristía. Son como dos ‘manjares’ que se nos sirven en abundancia y nos nutren de la mejor manera. Por todo, vale la pena repensar cómo estamos viviendo la Santa Misa; qué espacio le estoy dando al Señor… o, si simplemente, me quedé con aquella triste expresión ‘voy a Misa cuando me nace’ … ¡Dios no nos ama cuando le nace!... ¡NO! Dios nos ama siempre, siempre, siempre y se da generosamente en cada Eucaristía.

Es bueno insistir en la necesidad de encontraros como familia de bautizados, cada domingo, en nuestra comunidad para nutrirnos del Señor. Pero, una vida eucarística auténtica sólo se da cuando nos proyectamos hacia los demás, especialmente, cuando compartimos lo que somos y tenemos, con los más necesitados.

En estos tiempos de violencia y división, volver al Jesús Eucaristía será lo mejor.

Mensaje escrito por el Arzobispo de Cali y sus obispos auxiliares para los lectores de El País.

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