Columnistas
Gimnasios barriales
Hasta justo antes de la pandemia estaban registrados en la ciudad cerca de 500 gimnasios, centros de acondicionamiento físico o afines...
He podido intercambiar un par de ideas con Óscar González, quien funge como presidente de una asociación de gimnasios de la ciudad, con una trayectoria cercana a los 20 años, y que aglutina a un número mayor a los 60 miembros. Generosamente, me ilustra acerca de cifras importantes de las que doy cuenta en esta columna y se infiere de ellas una gran oportunidad para el deporte y la actividad física de la ciudad.
Hasta justo antes de la pandemia estaban registrados en la ciudad cerca de 500 gimnasios, centros de acondicionamiento físico o afines (posiblemente bajaron sustancialmente durante la pandemia, pero también, seguramente, se han abierto otros tantos en los dos últimos años). Un gimnasio barrial cuenta con un espacio mínimo de 100 metros cuadrados para poder operar cabalmente con lo que podemos inferir que esos 500 sitios representan mínimo un área mayor a los 50.000 metros cuadrados. Así mismo para que un negocio de estos sea viable financieramente debe contar con por lo menos 60 personas matriculadas lo que representa una cifra mínima, en los mismos 500 sitios del ejercicio, muy superior a las 30 mil personas beneficiadas, y si calculamos unas cuatro personas empleadas representadas en el propietario/administrador, una asistente y dos instructores para cada una de estas organizaciones, bien podríamos estar ante una generación de empleo del orden de las dos mil personas siendo bastante conservadores en el cálculo.
Estos centros de actividad física funcionan especialmente entre las 5:00 y 9:00 de la mañana y las 5:00 y las 9:00 de la noche, lo que nos pone ante la realidad de una capacidad instalada subutilizada, pues son unas 8 horas con muy poca asistencia, lo que nos debe llevar a buscar nuevos públicos y estrategias.
Bien harían las Secretarías de Desarrollo Económico y Deporte y Recreación del Municipio en convocar a estar organizaciones para establecer convenios que beneficien a los ciudadanos con el fin de que asistan en estas horas valle.
Por ejemplo se puede complementar todo el trabajo que cientos de monitores deportivos desarrollan en los parques deportivos de la ciudad, que adolecen como es lógico de maquinaria especializada como pesas y similares que se usan para el fortalecimiento muscular tan necesario en la preparación física (muy importante para los adultos mayores y su salud), de tal manera que los grupos de usuarios que lideran asistan a estos cientos de gimnasios a través de un convenio con la Secretaría del Deporte.
Obligaría esto a que se construyan bases de datos de los gimnasios de la ciudad, se exijan mínimos de operación que garanticen una cabal operación y se formalice aún más el sector. Otra forma de activación de los gimnasios se logra a través de la realización masiva de carreras barriales por parte de la municipalidad, que garantice la participación de las personas de los barrios en donde las carreras se realizan, y cuyo calendario anual esté debidamente publicado con antelación, lo que permite a miles de personas acudir a su preparación en dichos gimnasios. Existirán muchas maneras de apoyar a esta importante red con que la ciudad cuenta y es menester ponerle la debida atención.