Columnistas
De Cuba viene poca música
Quienes seguimos amando a Cuba, su música, su vacilón, su alegría, su embriagante son cubano, queremos que su dirigencia rompa el bloqueo americano.
En el petrismo hay grandes admiradores del gobierno cubano. Les conviene ir mañana a Cuba a ver la vida cotidiana y el mercado y los colegios para no repetir las torpezas de ellos en Colombia. Según fuentes serias, Cuba tiene hoy una monumental caída económica, la pobreza toca al 90%.
Leo que en Santiago de Cuba, que fuera potencia azucarera, hay miseria. Malviven: solo tienen energía tres horas de día, sin telenovelas y aman las telenovelas. Pocos alimentos y carísimos. En Santiago desafiaron gritando: “Mal gobierno, pasamos hambre”.
Nosotros, los inteligentes y politizados a los 15 años, éramos línea ‘Fidel y Cuba, a los yanquis dales duro’. Nos enamoramos de la triunfante revolución cubana, del legendario Fidel Castro. Mucho amor al heroico pueblo cubano, pero con los años nos decepcionamos por su entrega a Rusia, sus aventuras guerrilleras en Colombia, el ego de Fidel.
Torpes funcionarios de ultraizquierda de Cuba se pifiaron en los planes agrícolas, mineros, pesqueros y reventaron la economía. Lástima: un país de gentes inteligentes, deseando irse a los Estados Unidos. Cuba enfrentó al imperialismo yanqui. Cuba socialista acabó el analfabetismo, fue potencia deportiva (aún lo es) y en cultura logró grandes avances.
Cuba está en la ruina económica. El turismo sufre el implacable saboteo del ‘imperialismo yanqui’ y de los gobiernos gringos. El bloqueo a Cuba acabó con su agricultura, no hay repuestos. El capitalismo es superinjusto, pero el socialismo es ineptísimo e improductivo.
Quienes seguimos amando a Cuba, su música, su vacilón, su alegría, su embriagante son cubano, queremos que su dirigencia rompa el bloqueo americano. Vainas diplomáticas: Cuba, por darle asilo a tipos que Estados Unidos llama terroristas, está en la lista negra del gobierno gringo.
Sigo enamorado de Cuba, tierra de Pablo Milanés, del talentoso Cabrera Infante, del Trío Matamoros, del grandioso Rolando Laserie. Buenas, buenas, en Cuba, en Sagua la Grande, nació mi entrañable amigo Pardo Llada de los últimos 50 años, un fenómeno del periodismo y la política, el que me empujó a ser parlamentario y fui aplicado y serio.
Pardo Llada, el del ‘equipo amado’. Un liberal, un republicano que no soportó que muchos analfabetos llegaran a ministros del gobierno socialista en Cuba y se exiló. Por eso llegó a Cali donde vivió 40 años y fue un personajón cívico, burlón y muy querido, igual que su novia-esposa Elsy Calderón. Bravo, Pardo Llada, y colorín colorao.