Columnistas
Contra la violencia y la polarización
El último informe de la Fundación Pares, menciona que ya se han reportado 200 víctimas de violencia electoral en el país.
La violencia, como la polarización, se han convertido en obstáculos que nos impiden avanzar hacia un futuro mejor en nuestra sociedad actual. Estos fenómenos socavan nuestra capacidad de construir soluciones conjuntas y generan divisiones cada vez más profundas en nuestras comunidades. Es hora de reconocer el daño que están causando y trabajar juntos para superarlo.
La violencia genera miedo, inseguridad y desconfianza entre las personas, lo cual dificulta la posibilidad de establecer diálogos constructivos y encontrar soluciones comunes. Esto, sin contar el impacto negativo en el desarrollo económico y social de una sociedad; los recursos que podrían destinarse a mejorar la calidad de vida de las personas se desvían hacia actividades relacionadas con la seguridad y el control del crimen, perpetuando un ciclo vicioso en el cual los problemas sociales no se abordan adecuadamente debido a la falta de recursos disponibles.
Además, los fenómenos de violencia impiden la participación de ciudadanos en los procesos electorales. En época electoral se aumentan los casos de violencia contra candidatos y sus equipos de campaña, desmotivando a las personas a que postulen sus nombres para ser elegidos o se generan temores para no participar activamente de campañas, al poder ser víctimas de agresiones físicas o verbales.
Al respecto, el último informe de la Fundación Pares, menciona que ya se han reportado 200 víctimas de violencia electoral en el país; una víctima cada dos días (octubre 2022 - agosto 2023).
Por otro lado, la polarización es otro factor que contribuye a obstaculizar nuestra capacidad para debatir, dialogar y construir conjuntamente como sociedad. Esta se da por el aumento de la brecha creada por las diferencias ideológicas entre grupos sociales, lo cual genera tensiones e impide el establecimiento de consensos necesarios para abordar los problemas comunes.
Cuando nos polarizamos, tendemos a ver al otro como un enemigo y no como un aliado potencial para encontrar soluciones. Ejemplo de esto son los diferentes y desafortunados eventos que tuvieron lugar en diversas ciudades de Colombia el pasado fin de semana, donde la polarización reinó sobre el debate informado, ese que tanto requerimos los ciudadanos para fortalecer nuestra participación electoral el próximo octubre.
Es fundamental reconocer que tanto la violencia como la polarización son problemas complejos que requieren un enfoque integral para ser abordados. No podemos esperar soluciones rápidas o fáciles, pero sí podemos comenzar a dar pequeños pasos hacia el cambio.
En primer lugar, debemos promover una cultura del diálogo y el respeto mutuo. Esto implica escuchar activamente las perspectivas de los demás, incluso si no estamos de acuerdo con ellas; y poder plantear con el mismo respeto nuestra propia postura. Solo a través del diálogo abierto y sincero podremos encontrar puntos en común y construir sobre ellos.
Además, es necesario invertir en educación e información objetiva. La falta de conocimiento sobre los problemas sociales, sobre la realidad o sobre las diferentes perspectivas de esta, puede alimentar estereotipos y prejuicios que contribuyen a la polarización.
También es importante fortalecer y acompañar a las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y justicia en nuestras sociedades. La impunidad solo perpetúa el ciclo de violencia y desconfianza. Debemos trabajar para fortalecer el estado de derecho y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a una justicia equitativa.
Celebremos la democracia; demostremos que valoramos y aprovechamos los derechos que, como ciudadanos, se nos reconocen en la Constitución. Pero también reconozcamos nuestros deberes y responsabilidades ciudadanas. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos construir un futuro mejor para todos.