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Alerta temprana
La protesta ha sido característica inherente de la juventud, se trata de una mezcla de hartazgo frente a las instituciones y angustia sobre lo que viene.
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27 de oct de 2025, 01:02 a. m.
Actualizado el 27 de oct de 2025, 01:02 a. m.
El mundo observa que una nueva oleada de protestas recorre el planeta. Nepal, Madagascar, Perú y otros estados han sido sacudidos por manifestaciones masivas lideradas por jóvenes que se autodenominan ‘Generación Z’.
En Nepal, las protestas hicieron renunciar al Primer Ministro, dejando un saldo de al menos 72 muertos. En Madagascar, el presidente huyó del país ante las masivas protestas juveniles que han dejado varios muertos.
No es la primera vez en la historia contemporánea que los jóvenes salen a las calles. La protesta ha sido característica inherente de la juventud, se trata de una mezcla de hartazgo frente a las instituciones y angustia sobre lo que viene.
Se suele ubicar como inicio de las grandes protestas generacionales las ocurridas en mayo de 1968, cuando estudiantes franceses llenaron las calles de París y el movimiento se extendió a casi todo el mundo.
Las prioridades de las élites gobernantes distan de las preocupaciones de la Generación Z. Otros ejemplos significativos incluyen la Primavera Árabe de 2011, cuando jóvenes en Túnez, Egipto y otros países árabes derrocaron gobiernos que parecían inamovibles.
Es prudente atender el sentido de las protestas juveniles. Se trata de la generación de relevo, o sea, quienes nos reemplazarán en el futuro mediato. Algunos expertos señalan que lo que conecta estas protestas lideradas por jóvenes obedecen a un sentimiento compartido de que los sistemas políticos tradicionales no responden a las preocupaciones de su generación.
Puede decirse que una de las causas del fenómeno es la horizontalización de la sociedad. El poder vertical tiende a desaparecer, arrastrando conceptos como la representación, pues los descontentos de hoy no necesitan valerse de intermediarios para hacer sentir su voz de protesta.
Basta con entrar a una red social para que el inconforme se una a miles de otros individuos situados en posición similar. En Marruecos, el servidor de Discord “GenZ 212” pasó de 3.000 miembros a más de 150.000 en cuestión de días.
Los datos son preocupantes: la tasa global de desempleo juvenil se mantiene en 13 %, y más de uno de cada cinco jóvenes no está en educación, empleo ni capacitación.
En países de ingresos medios-altos, el desempleo juvenil alcanza el 16%.
En Nepal, con una población cuya edad promedio es de 25 años y un 20 % de desempleo juvenil, las redes sociales se convirtieron en el espacio de trabajo para muchos jóvenes. Cuando el gobierno decidió prohibir estas plataformas, provocó sin quererlo el estallido que lo derrocó.
Colombia no es ajena a la manifestación de inconformidad de los jóvenes. En el actual Gobierno, la Generación Z se siente engañada por las fáciles promesas que en el 2022 se le hicieron. Las reformas que prometían justicia social se han traducido en polarización e incertidumbre económica, mientras el desempleo juvenil continúa siendo uno de los más altos de la región.
Posdata: Se sabe que el actual presidente de Colombia mantiene una vieja rivalidad con las circunstancias de tiempo, modo y lugar. Pero lo que sí es imperdonable para cualquier atropellador es enfrentarse en un supuesto plano de igualdad con quien tiene el más grande de los garrotes. La confrontación con Estados Unidos y su presidente Donald Trump evidencia una peligrosa falta de sentido común que solo puede traer consecuencias nefastas para el país.

Doctor en Jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Abogado en ejercicio. Colaborador de EL PAÍS desde hace 15 años.
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